Capítulo 1: Para el día de la adversidad

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En el día de la adversidad
Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros.
(Isaías 65:13)
El más dulce de los cantos
Que pueda el fiel repetir;
El mayor de los tesoros
Que en Cristo pueda adquirir:
Es gracia más abundante
Para esta vida vivir.
Vida de amor tan excelso
Que nos permita gozar
De su intimidad preciosa;
En nuestro diario andar.
Disipa todas las penas;
Los cuidados del mañana,
Este cántico glorioso;
Quien me salvó es quien me guarda.
(Trad. de Spita.)
Yo sé que el seno del Señor está presto para recibir todos los conflictos y ansiedades mías.
Debemos ser pacientes, porque Dios es el Hacedor de todas las cosas, y cuando nos impacientamos lo que hacemos es realmente hallar faltas en Él.
Él es el gran Dador, y si retiene su mano de darnos hoy, es porque nos quiere dar doble mañana.
Él es suficiente para nosotros, aun cuando nuestro camino fuera diez mil veces más triste y difícil.
El que todo lo hizo y todo lo sostiene, es igualmente poderoso para hacer frente a toda contingencia que pueda ocurrir entre el calvario del dolor y la nube de gloria.
Con un corazón quebrantado y una voluntad sometida he dado gracias por aquellas aflicciones más agudas de mi vida, y digo, no de un modo ligero, sino como delante de Dios: «Tú sabes que yo no podía haber pasado por esto si no me hubieses dado la gracia de recibirlo como de tu mano, y encontrar que «del comedor salió comida» y del fuerte salió dulzura».
Muchas veces hemos cantado: «Jesús las cosas todas hizo bien» y así debe ser, sea lo que sea que nos ocurra; pues si el Padre del amado Hijo Unigénito es el que dispone todas las cosas a gloria de su Hijo, todo lo que ocurra está bien.
Él te ama a ti y quiere que su voluntad sea toda tu satisfacción; quiere que halles tu todo en Él y en su Hijo.... Él piensa que si Él mismo halla en su Hijo todo su contentamiento, puede hacer que el Hijo de su amor te baste cuando todo haya desaparecido. Él te ama de tal modo en Él, que está haciendo que todos tus afectos y todos tus pensamientos tengan al Señor Jesús como su centro.
Su amor quebrantó mi corazón para dar entrada a Cristo, y sé que su amor es quien lo hizo. Hasta entonces nunca comprendí, ni la necesidad que la criatura tiene de Cristo, ni la suficiencia de Cristo para un corazón quebrantado.
¿No es digno Él de tener a sus santos consigo?.... Las palabras «si me amaseis ciertamente os gozaríais porque yo voy al Padre» pueden también ser citadas aquí y ser verdad en tu caso. Amamos a los que se van. ¿Es que solamente les amamos por razón de nosotros mismos?.... Esto es un malvado egoísmo, que olvida el gozo ele Dios y de Cristo al recibir en su presencia a un ser amado para nosotros, y que nos impide también pensar que para ellos ha sido una gran ganancia.
Yo rehúso decir o escribir «desconsolados» cuando el Señor se ha llevado a otra persona a su presencia; ni siquiera deberíamos decir «afligidos» cuando seres amados han ido a estar con ÉL. Ciertamente si yo le amo a Él más que todas las cosas, debo ser lo bastante generoso para darle todo lo que yo amo.
G. V. W.
Palabras de consuelo
Él hiere, y sus manos curan.
Beso la mano, Señor
Que me azota con ternura,
Permíteme que en tu seno
Deposite mi amargura.
Es amarga sí la copa
De mi suerte terrenal
Mas tú eres para mí
Más que todo lo que aquí
Puede turbar mi alegría.
Tú eres para el alma mía,
La razón de mi existir.
(Anónimo)
Yo solamente puedo decirte lo que me digo a mí mismo: «Pon tus ojos en Aquel que está arriba».... «Esteban, lleno del Espíritu Santo, levantó los ojos al cielo, y vio la gloria de Dios y a Jesús».... Cuando nos demos cuenta de lo deleznable y corrupto de todas las cosas que nos rodean, volvamos nuestros ojos arriba; todo el poder y consuelo debe venir ahora de arriba. En la medida que tu ojo sea educado en ver la exaltación de Cristo, tu corazón será vigorizado para soportar todas las cosas por amor a Él, como fue con el primer mártir, aunque no haya apenas lugar para la comparación.
Ciertamente comparto tu sufrimiento y estoy gozoso de saber que sólo hay una simpatía mayor que la que yo puedo expresarte y es la de Aquel que no solamente te sostiene en medio del sufrimiento, sino que levanta al dolorido para sufrir a su lado en su propia compañía. Esto es para mí lo que significa la declaración de que nuestro Sumo Pontífice ha sido hecho más alto que los cielos.
Así Él me levanta. Su brazo se extiende hasta mí, pero me levanta hasta Él.
La muerte amenaza todos los lazos cuando con rudeza quebranta el más querido; pero es el momento para ti de encontrar luz en las tinieblas y conocer mejor el compañerismo del «Hombre de dolores».
Tú ocultas tu cabeza en el dolor, y el cielo todo parece oscuro....; sin embargo, este es el momento para que tu corazón encuentre en Jesús un recurso y satisfacción como nunca antes habías conocido.... Nadie más puede venir bastante cerca de ti. La dignidad del dolor prohíbe la intrusión de cualquiera que no sea Aquel que puede simpatizar de verdad.
El horror de la mayor oscuridad es la puerta a los más benditos descubrimientos de su amor.
El Señor te lleva a ver cuánto Él aprecia tu corazón. «Dame, hijo mío, tu corazón»; y el corazón lleno de Cristo trae toda bendición de parte de Dios, como dice: «Por cuanto vosotros me amasteis.»
No es siempre el largo discurso lo que hace eficaz el ministerio. A menudo una migaja de la mesa del Señor vale más que un largo mensaje.
Debes procurar no vivir de tu propio gozo en las cosas divinas.... Me temo que juzgas tu propio estado por la cantidad de tu gozo. Yo creo que esto es insensato. Yo me juzgo a mí mismo por lo que Cristo es para mí y no me preocupo de ningún modo acerca de mi gozo; pero hallo que cuando Él es bastante para mí, mi gozo es completo. Me regocijo en el Señor, porque Él llena mi copa.
Acércate a los santos tanto como puedas ya que Cristo les ama y cuando ellos se mantienen en su amor, tú tendrás una compañía práctica para continuar en el feliz sentimiento de que Su amor es el todo. No necesitas turbar tu alma acerca de tu propia obediencia, pues si te mantienes en su amor deberás obedecer y cuanto más continúes en este amor, mejor será tu obediencia.
J. B. S.
Aflicción leve
Lo leve y momentáneo de nuestra aflicción, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria.
(2.a Corintios 4:17)
Si es largo, y aun oscuro, tu camino terrenal,
Renovará como el águila, tu fuerza y vigor vital
Recordar cómo te trajo en el pasado Su mano;
Saber que no te ha olvidado su eterno amor, soberano.
J. N. D.
¡Ah, qué bendición es estar a los pies de Jesús en nuestras tristezas, pues allí la luz divina las alumbra, y aunque suframos y nos sintamos oprimidos por nuestras pruebas, no dudaremos de su amor, mientras estemos allí!
«JESÚS LLORO». Todos sabemos que los versículos de la Biblia fueron puestos por los hombres. Sin embargo, ¿quién puede dudar que el Espíritu de Dios controló el que estas dos únicas palabras formasen un versículo? Ciertamente, debían estar separadas, ya que nos proporcionan una visión interna del mismo corazón del Señor. Han sido consuelo para muchos afligidos en todos los tiempos, y continuarán trayendo consuelo a su pueblo hasta el día que Dios enjuagará las lágrimas de todos los rostros.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os hará descansar. Tristezas indecibles caracterizan a la raza humana y esta invitación no está limitada a los cargados del pecado. Jesús se dirige a cualquiera que se halla bajo el peso de alguna posible tristeza o disgusto; cualquiera que sea tu carga, el Señor te habla a ti.
Toda tu responsabilidad en el presente momento es descansar en el Señor y «esperar pacientemente en Él». ¡Qué bendición es que seas invitado a descansar en el regazo del Señor fuera cual fuere tu aflicción!
Es ciertamente una cosa inefable estar en comunión con su mente y objeto cuando nos hallamos afligidos.
Dios escoge mis circunstancias, mi enfermedad, mis tristezas en vista a lo que Él está cumpliendo en mí. Sabemos que «a los que a Dios aman todas las cosas les ayudan a bien...., porque a los que conoció también predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo» (Romanos 8:27-29). Así Él escoge para nosotros las circunstancias que mejor pueden cumplir su propósito de hacernos conforme a la imagen de su Hijo. La consecuencia de esto es que si yo estoy dentro de su plan nunca trataré de cambiar mis circunstancias. En comunión con el corazón de Dios dejaré esto a Él con plena confianza y gratitud.
¡Cuán misericordioso es que, en los caminos de nuestra vida, dirigidos por Dios, nos acercamos gradualmente a nuestras tristezas y encontramos que cuando llegan, están «adornadas con su amor»!
Solamente Él, que ha hecho el vacío en tu vida, puede llenarlo y lo hará. Cuando todos los vacíos de la tierra sean llenados con su presencia, nosotros ganaremos infinitamente más que lo que hemos perdido.
Cuando el Señor vuelva, perderemos todos en un instante nuestros cuerpos de flaqueza. Me parece que nos tomará algún tiempo antes de que nos acomodemos a nuestras nuevas circunstancias. ¡Cuánto nos alegraremos, empero, en aquella situación de perfección absoluta de cuerpo y alma! Todavía tenemos que esperar para esta liberación, pero esta bendita esperanza nos alienta en medio de esta peregrinación.
Los sufrimientos de este «poco más»
Sin embargo, un poco más, y el que ha de venir vendrá y no tardará.
(Hebreos 10:37)
Un poco más y habrá pasado.
¿Renunciarás a su cruz?
Teniendo a Cristo a tu lado
Y andando en su plena luz?
Ten tus pérdidas por nada,
Esta vida pasa aprisa;
Darás por bien empleado
Todo el dolor del pasado
Cuando seas aprobado
Con su celestial sonrisa.
Las aguas amargas de Marah deben ser gustadas cuando mediante el paso de las aguas saladas del Mar Rojo somos librados de Egipto para siempre. Pon en ellas el árbol de la cruz de Cristo, en las aguas amargas de tu cruz, y te serán endulzadas totalmente.
«Crucificado» es un hecho terrible, pero estar crucificado con Cristo, significa gozo y veneración. El vituperio es cruel, pero el vituperio de Cristo es mayor tesoro que los tesoros de Egipto.
Si hemos gustado realmente la bondad de Dios, sentiremos que nunca es tan dulce como cuando no tenemos nada más de que gozar.
Todos tenemos que aprender de Dios...., en medio de sus bendiciones....; quizás al principio o quizá más tarde, algún tiempo u otro, debemos tener nuestros corazones tan bien arraigados en Él, que podamos apoyarnos en Él y nada más, siendo traídos a una posición en la que nada más se necesite para hacernos felices y donde podamos encontrar tan sólo en Él nuestro todo.
En Lucas 9:28-43 aprendemos que Jesús estaba con sus discípulos tanto cuando bajaron al valle como cuando estaban en el monte, y esto es nuestro consuelo. Nunca supongamos que hemos perdido a Cristo.... El Señor nos da a conocer, mientras pasamos por este mundo, que Cristo está limpiando nuestros corazones de las circunstancias que nos contaminan, de modo que podamos gustar la gloria mientras todavía nos hallamos entre las multitudes de este mundo. Él puede ser el todo para nosotros, como es ya el todo por nosotros.
Es extraordinariamente dulce sentir que nos acercamos al hogar (a menudo en medio de trabajos difíciles y penosos, que son un privilegio realizar), para después gozar del eterno reposo con el Señor.
Mientras la gracia de Cristo sea una realidad, si hubiese tan sólo un creyente sobre la tierra y todo hubiese fallado a su entorno, encontraría, sin embargo, que el poder de Cristo se ejerce a su favor.
Por oscura que sea la dispensación, tenemos exactamente la gracia que necesitamos para nuestras circunstancias.
Nunca temáis la persecución, pues ella suele hacer brillar la faz de los perseguidos como la faz de un ángel.
El propio sacrificio es siempre un motivo de gozo cuando la gracia lo sostiene. No hay mayor gozo que el de la abnegación.
Nuestra alma es probada mediante aflicciones para ver hasta dónde va nuestra voluntad propia. Dios nos escudriña, y así aprendemos en qué mano estamos, y además, lo que Dios es por nosotros, en su fiel cuidado diario.
Somos cegados acerca del mundo para que nuestros ojos sean más hábiles para discernir y apreciar lo celestial.
Todo lo que hace el cielo agradable para Cristo, lo hace agradable para mí. ¡Ven, pues, Señor Jesús!
La perfección de Cristo consistió no tanto en obrar como en sufrir; en el sufrimiento tuvo lugar la más entera consagración de sí mismo.
Cuando estemos en su eterna presencia ¡cómo sentiremos que todas nuestras pequeñas tristezas y separaciones eran tan sólo como pequeñas gotas para hacernos sentir, mientras andábamos por el camino, que no estábamos todavía con Él; y cuando estábamos con Él por fe, darnos cuenta de lo grata que sería nuestra felicidad eterna.
J. N. D.
La mirada arriba
A Él miraron y fueron alumbrados.
(Salmo 45)
Señor, eres mi deleite;
De tu cuidado dependo.
A Ti acudo en la aflicción,
En Ti halla mi corazón
Amigo seguro y tierno.
Cuando las cisternas rotas
De humana amistad se secan
Tú permaneces el mismo;
Pues que tu amor me deleite
Y sólo a Ti glorifique.
(Rylan)
¿Qué preferiríais?: ¿Tener un camino llano y suave, o una senda tan dura que el Señor fuese obligado a mostraros su rostro a cada paso del camino?
Cristo lloró; pero lloró como a la vista de Dios....; veamos si las penas que nos afligen proceden de Él y refluyen por medio de Él a Dios. En tal caso, pueden ser todo lo profundas que se quiera, pero lo que es de Dios y para Dios, es sostenido por Dios, y así podemos darle gracias siempre por todas las cosas.
«Lo que te agrada a ti, Señor, me agrada a mí», es un gran lema para obtener paz y tranquilidad, y para detener todo resentimiento por lo que no hemos obtenido.
Es magnífico para cada uno de nosotros el saber estar listos para actuar bajo su responsabilidad, pero sin ir nunca más allá de lo que Él ve que es nuestro deber. Nunca obremos bajo la luz que los otros tienen.... Preferiría obrar bajo la medida de la luz que Dios me ha dado a mí, o pararme porque no la tengo, que actuar según el criterio de otra persona, sin estar seguro de que su pensamiento es el pensamiento de Dios para mí. Cada vez veo más claro que la frase bíblica Te enseñaré el camino por donde debes andar, sobre ti fijaré mis ojos, es la única guía propia y segura.
¿Hasta dónde Cristo ha sido formado de un modo tan práctico en nuestras mentes y corazones que sus pensamientos sean los nuestros, sus cuidados nuestros cuidados, sus intereses los nuestros, y nada más?
No seríais fácilmente preocupados por los sucesos, si vierais todo lo que tenéis en Cristo para capacitaros a sobrellevar con calma todas las cosas.
¿El poder restaurador de la Venida del Señor ha tomado posesión de vuestros corazones?
Ningún pecado es traído a Dios sino cuando viene para ser exterminado y limpiado por la sangre.
Dios querría que consideráramos como un privilegio especial ser totalmente ganados por el Hijo de su amor.
Recordad que no hay para vosotros camino más llano ni más ancho que el que anduvo el Hijo del Hombre mientras estaba en el mundo.
Puedes haber pasado por aguas profundas; y muchas penas pueden haber dejado huella en tu frente. Pero cuando pasaste por la tribulación, ¿qué sentiste más, la prueba o la comunión de Jesucristo contigo?
Juzgo que la cosa más grande es pertenecer a Dios y saber estar tranquilo. «Callé, porque tú lo hiciste» —dijo David—. Hay reposo en dar a Dios su propio lugar.
Estoy seguro de que lo mejor para nosotros es dejar que la sabiduría y el amor divino tomen su lugar en el timón de nuestras vidas y decidan por nosotros lo que nosotros tendríamos que decidir.
En cuanto al cielo todo está bien. Está preparado para nosotros, y son más felices los que se encuentran allí que los que estamos aquí. Nuestro buen Señor nos ha fijado el tiempo de nuestra partida y nos mantiene listos y dispuestos a deslizamos allí a cualquier momento.
G. V. W.
Consejo y aliento
El que piensa estar firme mire no caiga.... Fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar.
(1.a Corintios 10:12-13)
Maravilloso es tu Amor
Y jamás olvidará,
A sus hijos bien amados;
Objeto de su cariño,
Que en tu gracia han confiado.
Aunque tal vez los castigues
Por librarles del pecado,
Tu mano les alimenta
Y cariñoso les alienta
Con gran ternura y cuidado.
J. N. D.
Lo que tenemos que hacer, ora como cristianos, ora como apóstatas o como pecadores, es reconocer la actitud de Dios hacia cada una de estas clases de personas. Él nunca abandona a uno de los suyos, ni les retira su amor, aunque cambie sus maneras. Como alguien ha dicho, nosotros no cesamos de amar a un hijo travieso, pero no le acariciamos.
La perfección de la vida cristiana es la absoluta confianza en Dios. Todos los caminos llevan a esto, y aquél que alcanza esta virtud en alguna medida, jamás será confundido.
Esperar en la presencia del Señor es el medio más seguro de ser calificado para obedecer sus mandatos.
El temor del Señor puede levantar al más flaco y humilde por encima del temor del hombre.
La simpatía es el más raro de todos los ministerios, a la vez que es el más dulce. No se muestra al mundo pero deja su marca.
Orando por los enfermos, oí una vez de un hermano esta expresión: «Señor, que los que son demasiado flacos para orar, sean capaces de apoyarse en Ti.»
Hasta que el alma no está en paz y libertad, las cosas divinas no pueden serle comunicadas.
Obtenemos reposo por una revelación del amor del Padre por medio de Cristo.
El único consuelo que se presenta a mi mente en casos de demencia es que aun cuando la razón haya sido destronada, el espíritu puede estar en comunión consciente e inteligente con Dios. Yo formé este juicio hace muchos años.
No hay en el mundo almohada más suave que el amor, y nosotros tenemos el amor perfecto del Señor para apoyar en ella nuestras cabezas.
«El Señor es mi Pastor, nada me faltará» (Salmo 23:1). «Nada me faltará.» Esta conclusión fluye, no de lo que nosotros somos para Él, sino de lo que Él es para nosotros.
Desear bendición es fácil, pero el camino para la bendición es a través de nubes y tempestades, esto es, a través de los más duros ejercicios.
El secreto de muchas de nuestras flaquezas y tristezas es que nuestros corazones no han sido leales al Señor.... Cuando estamos enfermos damos siempre por supuesto que todo está bien en nuestras vidas espirituales, y nos olvidamos de que la mano del Señor puede estar en la enfermedad para recobrar los afectos de su pueblo.
Lo que es verdad acerca de nosotros, no siempre es verdad en nosotros. Es verdad acerca de cada creyente que está en Cristo, pero para ser leal a Él, debe llegar a esta posición de un modo experimental.
El que va a la guerra, ¿lo hace a sus expensas? No, el que le llama le equipa y le mantiene, y el servidor tiene que aprender solamente a valerse de lo que le es provisto. El Señor no espera nada más de nosotros, sino que miremos a Él, y aun para esto nos dará el poder.
Permitidme una pregunta: ¿Cuántos de vosotros habéis dicho hoy en vuestros corazones: «El Señor Jesús podría venir antes de que este día termine?»
Siempre estamos dispuestos a esperar liberación de las pruebas; pero me temo que olvidamos que el objeto de Dios para nosotros es que aprendamos a esperar una nueva revelación de Cristo aceptando su mente en la prueba.
E. D.
Apoyándose en Cristo
¿Quién es ésta que viene del desierto apoyándose sobre su amado?
(Cantar de los Cantares 8:5)
¡Ay de mí! Siempre tropiezo;
Mas si en mi Amado me apoyo
Me saca atento del hoyo,
Me calma, y me da sosiego.
Cruces y pruebas son buenas;
Y el dolor siempre es ligero,
Cuando a mi Cristo me allego
Y mi corazón Él llena.
(Anónimo)
Dios envía lluvia y tiempos fructíferos, pero aun cuando cada año llegan nunca llegan exactamente del mismo modo sino con días de sol y de lluvia diferentes del año pasado. Así es en el terreno espiritual. Cuando necesito algo, suele venir de donde menos lo espero y no de donde yo esperaba que viniera. Así Dios mantiene mi vista fija en sí mismo y no en los instrumentos humanos.
Existe la tendencia a perder nuestra dependencia de Dios, cuando estamos gozando los resultados de la misma dependencia.
Considero que la defensa propia es indigna de cualquiera que está por el Señor y por su verdad; y nunca he visto un caso en el cual aquel que tenía la razón no fuera perjudicado al tratar de defenderse.
Debemos empezar nuestros días con la confianza de que Cristo nos basta para hacer frente a cualquier dificultad con que podamos tropezar durante el mismo.
Yo tengo a uno que me ama diez mil veces mejor de lo que yo me amo a mí mismo, y sé que estoy en su esfera; pertenezco a su casa, y Él cuida de mí.
¡Cuán poco comprendemos la magnitud del hecho de que Dios es nuestro Padre! Si un hombre tuviera como padre ai emperador, no iría a pedir ayuda a cualquiera. Nosotros no sabemos soportar la espera a que con frecuencia nos vemos sometidos cuando nos volvemos a Dios, pero la espera es simplemente la prueba de nuestra fe. «El que creyere no se apresure.»
El alma que se ha acostumbrado a esperar en Dios, comprende de tal modo su valor, que nunca más puede prescindir de ello.
Cada hora es una dificultad mientras estamos aquí y si no mantenemos nuestros ojos fijos en Él en las pequeñas dificultades, no sabremos encontrarle en las grandes.
Yo no creo que su timidez es un impedimento real; antes considero que este defecto natural puede ayudarle a depender más de Él, haciéndole sentir su necesidad del Señor.
Estoy muy interesado en observar que no es cosa mía, sino de Dios, el capacitarme para ser Su testigo.
No es pecado el ser turbado por malos pensamientos, si los resistes. El esfuerzo de Satanás consiste en conseguir que los adoptes y así te hundas en el pecado. Encontrarás que, si te mantienes cerca del Señor, te sentirás más establecido después de un asalto de esta clase; y el único camino para combatir los ataques de Satanás es combatir con la Palabra. Si Satanás puede llevarte a quedar indiferente a sus ataques, éstos te harán mucho daño; pero si por el contrario te impulsan a apoyarte más en el Señor y en su Palabra, cesarán pronto, y tú quedarás «fortalecido».... «Después que hayáis por un poco de tiempo padecido, Él mismo os perfeccione, fortifique y establezca.»
Hay una profundidad de amor que no podemos fácilmente comprender, en el propósito que el Señor tiene de que conozcamos su ayuda. Alabado sea su nombre. A Él le gusta hacerse indispensable a nosotros.... Es una cosa maravillosa cuando uno no tiene nada en que apoyarse o confiar, sino en la poderosa mano que desciende del «alto Cielo».
J. B. S.
El corazón sumiso
¿No nos someteremos más bien al Padre de los espíritus y viviremos?
(Hebreos 12:9)
Cruces y penas ¿qué importan?
Me hallo libre de cuidado:
Dios, no sólo está a mi lado,
Sino también en el Trono.
La fe es una planta divina que sólo crece en el terreno de una voluntad quebrantada.
He aprendido dos lecciones: La primera, no esperar nada sino del Señor; y la segunda, no tomar nada de aquello que deseamos, aun cuando se halle a nuestro alcance, por nosotros mismos, sino esperar que el Señor lo ponga en nuestras manos. Si el fruto está maduro (y uso la expresión «fruto maduro» figuradamente), déjalo en la rama cerca de ti, no te esfuerces en arrancarlo tú mismo; deja que el Señor lo ponga en tus labios y así lo gozarás mejor.
No somos útiles para Dios hasta que nuestra voluntad es quebrantada.
Es indecible la tranquilidad del alma que reposa solamente en la voluntad de Dios.
Cuando hayas aprendido que tu único lugar seguro es la presencia de Dios, y que tu única felicidad es hacer la voluntad suya, no tendrá que enseñarte nada más.
Cuantos más sujetos estamos a la voluntad de Dios, más creceremos en santidad.
(Lucas 22:42 y siguientes). No puedes esperar una respuesta de Dios a menos que tu voluntad propia haya desaparecido. Impides las respuestas a la oración, cuando tienes voluntad propia acerca de la cosa por la cual estás orando.
Madame Guyon solía decir que la única diferencia que había sentido, acerca de los lugares en que le tocó estar,1 era que en ellos había sentido más o menos cerca la presencia de Dios. Así será con nosotros, cuando no tengamos voluntad propia ni otro hogar que la presencia divina.
Si conociéramos el pensamiento de Dios nunca nos preocuparíamos acerca de sus procederes para con nos» otros; ni desearíamos que su mano fuera levantada hasta haber aprendido lo que Él quiere enseñarnos.
El apóstol Pablo dijo: «En buena y en mala fama.» No se detuvo en explicarnos el significado de esta frase, y es que un verdadero servidor de Dios no tiene tiempo para ello, pues el defenderse solamente conduce a que se levanten más acusaciones.
Nunca debemos tratar de justificarnos a nosotros mismos cuando se trata de un asunto personal; pero cuando el nombre del Señor es deshonrado, debemos hablar por amor a su gloria.
Nunca hallamos al Señor defendiéndose a sí mismo.
Puede que tu carácter no sea vindicado acá abajo; Jesús murió bajo una nube de acusaciones y malos entendidos. Él nunca se defendió, mientras estuvo en este mundo, utilizando el poder que tenía, de las falsas acusaciones de que fue objeto.
La voluntad de Dios era la única regla de conducta de la vida de Cristo. Él nunca se guio por consideraciones o afectos humanos. ¿Estamos nosotros decididos a hacer que la voluntad de Dios sea asimismo nuestra única regla de conducta?
Un corazón que está en el secreto de la mente divina, debe estar contento de ser menospreciado, y de andar solo; si tal es la voluntad de Dios.
Si no estamos en el camino de la voluntad de Dios, no estamos en el camino de poder.
Nuestra verdadera sabiduría es la sujeción a la voluntad de nuestro Señor. A la vista humana, ningún otro plan estratégico para la toma de Jericó podía ser más insensato que el que adoptó Josué; pero era el plan de Dios, y de ahí su completo éxito.
E. D.
 
1. Madame Guyon fue una dama hugonote francesa que inició los primeros años de su vida en un lujoso palacio y los últimos en una triste mazmorra de Francia, a causa de su fe. — (Nota Edit.)