A Cual Iglesia Congregacion Acudir

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1. ¿A cuál iglesia (congregación) acudir?

¿A cuál iglesia (congregación) acudir?

Uno de nuestros lectores nos dice que en su ciudad hay varias IGLESIAS (CONGREGACIONES) evangélicas con distintos nombres. Y nos pregunta:
¿A cuál acudir?
Usted como miembro de una de esas IGLESIAS (CONGEEGACIONES), ¿qué le diría? Pienso que, con el mayor de los convencimientos, le invitaría a ir a su IGLESIA (CONGREGACIÓN).
Pero más importante que ir a una determinada IGLESIA (CONGREGACIÓN), es ir a Cristo y permanecer en Su Palabra.
Así el nombre: de la IGLESIA (CONGREGACIÓN) sería algo muy secundario. Pero, por desgracia, muchos prefieren llevar a los hombres a sus IGLESIA (CONGREGACIÓN) antes que a Cristo, y por eso el nombre de sus IGLESIA (CONGREGACIÓN) es tan importante para ellos.
¿No deberíamos reflexionar todos sobre la pregunta de este ex-católico, que nos pregunta: ¿a cuál IGLESIA (CONGREGACIÓN) acudir? Si para los que buscan a Cristo se hace tan confuso saber a cuál IGLESIA (CONGREGACIÓN) acudir, nos podemos preguntar entonces: ¿qué luz alumbra en esas IGLESIAS (CONGREGACIONES), la Luz de Cristo o la luz de sus propias teas religiosas, que los hombres han ido modelando a través del tiempo con sus propios dogmas y doctrinas?
Con pena lo digo, pero es ridículo salir de una religión perfectamente estructurada como es la IGLESIA católica romana, y que, a veces, te encuentres con un sucedáneo religioso en miniatura de esa misma religión con nombre evangélico.
No olvidemos que el único NOMBRE dado a los hombres en que podamos ser salvos (Hechos 4:12), es: JESÚS, el Cristo, el Hijo de Dios. Por tanto, ningún otro nombre, ya sea de IGLESIA (CONGREGACIÓN), de santo, de virgen, ni de Papa ni de ningún líder religioso, pastor, cantante, etc., es dado para salvación, sino para confusión.
Es tiempo de que todos los que nos llamamos cristianos nos despojemos de nuestras propias doctrinas religiosas y aceptemos la sola Palabra de Dios, para que creamos que Jesús es el Hijo de Dios y tengamos Vida en SU NOMBRE. (Juan 20:31).
Y nos vistamos de Cristo y Su justicia, dejando a un lado nuestros harapos religiosos y nuestras propias obras, que nos diferencian a unos de los otros, y unámonos en FE verdadera a Cristo Viviente para ser todos uno en Él.
No busques un nombre de IGLESIA (CONGREGACIÓN) más o menos bíblico, busca a Cristo en esa IGLESIA (CONGREGACIÓN), y si no encuentras allí a Cristo, VETE, y ORA, porque Él te dirá adónde has de ir (Lucas 22:7-18).
Tal vez me preguntes, ¿y cómo conocer que esos "cristianos" permanecen en Cristo? Si ves que esos cristianos se aman unos a los otros, Dios permanece en ellos. Porque "Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios, y Dios en él" (1ª Juan 4:16).
Y hoy, como ayer, sigue vigente lo que Cristo ha dicho:
"En esto conocerán TODOS que sois Mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35).
El distintivo de la IGLESIA (CONGREGACIÓN) de Jesucristo es el AMOR, porque Dios es AMOR. Si no amas, no digas que crees en Dios, que nos ha hablado.
"muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo [ ... ] el cual habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de Sí Mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas" (Hebreos 1:1-4).
Que fácil ha sido para algunos, a través de los siglos, hacer sus propios sistemas doctrinales y poner sus rótulos, para que los distingan de los demás. Pero todo eso no los identificaba con los discípulos de Cristo, porque les faltaba lo más esencial:
"tener amor los unos con los otros".
Siempre habrá diferencias de opiniones y sensibilidades entre nosotros, pero eso nunca puede llevarnos a presentar un Cristo dividido. Porque entonces nos haríamos merecedores de la censura del Apóstol Pablo, al preguntarse:
"¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo (o vuestro líder o pastor) por vosotros?" (1ª Corintios 1:13).
La causa de todo esto no está en el celo espiritual por las cosas del Señor, sino en el celo religioso carnal por buscar la propia gloria humana.
Con qué facilidad olvidamos unos y los otros que: "ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento" (1ª Corintios 3:7).
Con ese olvido estamos demostrando que no somos espirituales, sino carnales, incapaces de mantener una relación madura en la fe con el Señor.
¡Que "ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios"! (1ª Corintios 3:21,23).
AMEN.