Mateo Capítulo 22

Matthew 22  •  8 min. read  •  grade level: 14
Listen from:
La Fiesta De Bodas; La Gracia Despreciada Por Israel; Su Juicio; La Introducción De Los Gentiles
En el capítulo 22, la conducta de ellos con respecto a la invitación de la gracia es presentada a su vez. La parábola es, por lo tanto, una semejanza del reino de los cielos. El propósito de Dios es honrar a Su Hijo celebrando Su boda. Antes de todo los judíos, quienes ya estaban invitados, son convidados a la fiesta de bodas. Pero estos no quisieron venir. Esto fue llevado a cabo durante la vida de Cristo. Después, estando todas las cosas preparadas, de nuevo Él envía a Sus mensajeros para inducirlos a venir. Esta es la misión de los apóstoles a la nación, cuando la obra de la redención haya sido consumada. Y ellos, o bien desprecian el mensaje, o matan a los mensajeros. El resultado es la destrucción de aquellos hombres malos y su ciudad. Esta es la destrucción que cayó sobre Jerusalén. Rechazando ellos la invitación, los desvalidos, los Gentiles, aquellos que estaban fuera, son llevados adentro a la fiesta, y la boda se llenó de convidados. Otra cosa se presenta ahora. Es cierto que hemos visto el juicio de Jerusalén en esta parábola, pero, como es una semejanza del reino, tenemos el juicio de aquello que está también dentro del reino. Debe haber disposición para la ocasión. Para una fiesta de bodas debe haber un traje de boda. Si Cristo tiene que ser glorificado, todo debe ser conforme a Su gloria. Podrá haber una entrada exterior en el reino, una profesión de cristianismo; pero aquel que no esté vestido con aquello que pertenece a la fiesta, será echado fuera. Debemos vestirnos de Cristo mismo. Por otro lado, todo está preparado—no se requiere nada. No les correspondía a los convidados traer nada; el Rey suministró todo. Pero debemos imbuirnos del espíritu de aquello que se hace. Si existe alguna idea de lo que es idóneo para una fiesta de bodas, lo más apropiado sería sentir la necesidad de aparecer vestido de boda: si no, el honor del Hijo del Rey ha sido olvidado. El corazón era extraño a ello; el hombre mismo se convertirá en un extraño por medio del juicio del Rey cuando Él tome conocimiento de los convidados que han entrado.
Así también la gracia ha sido mostrada a Israel, y ellos son juzgados por rehusar la invitación del gran Rey a la boda de Su Hijo. Y luego, es juzgado también el abuso de esta gracia por aquellos que parecen aceptarla. Es manifestada la introducción de los Gentiles.
Aquí concluye la historia del juicio de Israel en general, y del carácter que el reino asumiría.
Los Fariseos Y Los Herodianos Reciben Respuesta
Después de esto (capítulo 22:15 y siguientes), vienen las diferentes clases de judíos, cada una a su vez. En primer lugar, los Fariseos y los Herodianos (es decir, aquellos que favorecían la autoridad de los Romanos, y aquellos que se oponían a ella) buscan enredar a Jesús en Sus dichos. El bendito Señor les responde con esa sabiduría perfecta que siempre exhibió en todo lo que Él dijo y en todo lo que Él hizo. Por parte de ellos, era pura maldad manifestando una total falta de conciencia. Era su propio pecado que les había traído bajo el yugo Romano—una posición verdaderamente contraria a aquella que debería haber pertenecido al pueblo de Dios en la tierra. Aparentemente, por consiguiente, Cristo debiera o bien convertirse en un objeto de sospecha para las autoridades, o renunciar a Su derecho de ser el Mesías, y consecuentemente el Libertador. ¿Quién había suscitado este dilema? Fue el fruto de sus propios pecados. El Señor les muestra que ellos mismos habían aceptado el yugo. El dinero llevaba la marca de ello: que lo den, pues, a aquellos a quienes pertenece, y que den también—lo cual no estaban haciendo—a Dios lo que es de Dios. Él los deja bajo el yugo, el cual estaban obligados a confesar que habían aceptado. Él les recuerda los derechos de Dios, los cuales habían olvidado. Por otra parte, de una fortaleza tal ha sido el estado de Israel conforme al establecimiento del poder en Nabucodonosor, como “una vid de mucho ramaje, de poca altura.” (Ezequiel 17:6).
La Incredulidad De Los Saduceos
Los Saduceos vienen seguidamente ante Él, preguntándole acerca de la resurrección, pensando probar su absurdidad. Así, en cuanto la condición de la nación fue exhibida en Su discurso con los Fariseos, la incredulidad de los Saduceos es manifestada aquí. Ellos sólo pensaban en las cosas de este mundo, buscando negar la existencia de otro. Pero cualquiera que fuese el estado de degradación y sometimiento en que el pueblo había caído, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, no cambiaba. Las promesas hechas a los padres permanecían seguras, y los padres estaban viviendo para gozar de estas promesas en el futuro. Era la Palabra y el poder de Dios lo que se cuestionaba. El Señor los mantiene con poder y evidencia. Se hizo callar a los Saduceos.
La Esencia De La Ley Perfecta
Los intérpretes de la ley, sorprendidos por Su respuesta, hacen una pregunta, que da ocasión al Señor para extraer de toda la ley, aquello que, a los ojos de Dios, es su esencia, presentando así su perfección, y aquello que—cualquiera sea la manera como pueda alcanzarse—constituye la felicidad de aquellos que caminan en ello. Sólo la gracia se eleva más alto.
Aquí finaliza el interrogatorio de ellos. Todo es juzgado, todo es traído a la luz con respecto a la posición del pueblo, y las sectas de Israel; y el Señor ha expuesto ante ellos los perfectos pensamientos de Dios acerca de ellos, tanto en el tema de su condición, de Sus promesas, o de la sustancia de la ley.
La Pregunta Del Señor; Su Única Respuesta; La Verdadera Posición De Cristo
Era ahora el turno del Señor para proponer Su pregunta, a fin de presentar Su propia posición. Él pide a los Fariseos que reconcilien el título de Hijo de David con aquel de Señor, que David mismo le dio, y ello en relación con la ascensión de este mismo Cristo a la diestra de Dios hasta que hubiera puesto a sus enemigos por estrado de Sus pies, y Él hubiese establecido Su trono en Sión. Ahora bien, esta era la posición completa de Cristo en ese momento. Ellos fueron incapaces de contestarle, y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. De hecho, comprender ese Salmo (Salmo 110), hubiera sido comprender todos los caminos de Dios con respecto a Su Hijo en el momento que ellos iban a rechazarle. Esto concluyó, inevitablemente, estos discursos, mostrando la verdadera posición de Cristo, quien, aunque Hijo de David, debía ascender a lo alto para recibir el reino, y, mientras lo esperaba, debía sentarse a la diestra de Dios conforme a los derechos de Su gloriosa Persona—el Señor de David, así como el Hijo de David.
La Condición, Los Privilegios Y La Responsabilidad De Todas Las Clases De Judíos
Hay otro punto de interés a ser observado aquí. En estas entrevistas y estos discursos con las diferentes clases de los judíos, el Señor presenta todos los aspectos de la condición de los judíos respecto a sus relaciones con Dios, y, después, la posición que Él mismo tomó. Primeramente, Él muestra la posición nacional de ellos hacia Dios, bajo responsabilidad ante Él, según la conciencia natural y los privilegios que les pertenecían. El resultado iba a ser que ellos serían cortados, y la introducción de otros en la viña del Señor. De esto se trata el capítulo 21:28-46. Luego Él expone la condición de ellos respecto a la gracia del reino, y la introducción de pecadores Gentiles. Aquí también el resultado es que son cortados y la destrucción de la ciudad. Más tarde, los Herodianos y los Fariseos, los amigos de los Romanos y sus enemigos, los supuestos amigos de Dios, dan evidencia de la verdadera posición de los judíos con respecto al poder imperial de los Gentiles y con respecto a Dios. En Su entrevista con los Saduceos, Él muestra la certeza de las promesas hechas a los padres, y la relación en que Dios permanecía con ellos respecto a la vida y la resurrección. Después de esto, Él pone el verdadero significado de la ley ante los escribas; y luego, la posición que Él tomó, siendo Él mismo el Hijo de David, según el Salmo 110, el cual estaba ligado a Su rechazo por los líderes de la nación que estuvieron alrededor de Él.