En este capítulo, Pablo toca otro aspecto que es importante cuando se trabaja con nuevos conversos —la necesidad de dar seguimiento enseñando y exhortando sobre la revelación cristiana de la verdad y el andar cristiano—. Esto nos muestra que los nuevos creyentes requieren de atención práctica después de ser salvos. Con esto en mente, el hábito de Pablo y sus colaboradores era el dejar un par de obreros para que se quedaran con los nuevos creyentes, o de regresar a ellos en el futuro para ayudarles con esto. Algunos ejemplos del libro de los Hechos son:
• ANTIOQUÍA (en Pisidia), ICONIO Y LISTRA.— Pablo y Bernabé regresaron para confirmar a los nuevos creyentes en la fe (Hechos 14:21-23).
• SIRIA Y CILICIA.— Pablo y Silas regresaron para fortalecer a los nuevos conversos en esas áreas (Hechos 15:40-41).
• FILIPOS.— Lucas se quedó para confirmar y animar a los nuevos convertidos. Esto se indica por el uso de la palabra “llegaron” en lugar de “llegamos” (Hechos 17:1). Lucas escribió el libro de los Hechos; cuando él acompañaba a Pablo, él decía “nosotros”, y cuando no le acompañaba, él decía “ellos”. (Lucas se unió al grupo misionero en Troas y fue con ellos a Macedonia y a la ciudad de Filipos, Hechos 16:10).
• TESALÓNICA.— Al principio nadie se quedó porque la persecución era muy intensa (Hechos 17:10), pero luego enviaron a Timoteo desde Atenas para confirmarles y animarles (1 Tesalonicenses 3:1-2).
• BEREA.— Silas y Timoteo permanecieron allí para ayudarles en la fe (Hechos 17:14) y después fueron a Atenas cuando Pablo les llamó (Hechos 17:15). (Sabemos que llegaron a Atenas porque Timoteo fue enviado desde Atenas a Tesalónica por Pablo y Silas, 1 Tesalonicenses 3:2).
• ATENAS.— Ya que Silas no es mencionado como acompañante de Pablo de Atenas a Corinto (Hechos 18:1), entendemos que permaneció en Atenas y pastoreó a los pocos que creyeron en esa ciudad (Hechos 17:34), y después fue a Macedonia. (Silas y Timoteo fueron luego a Corinto para reunirse con Pablo, Hechos 18:5; 2 Corintios 11:9).
• CORINTO.— Silas y Timoteo se quedaron en Corinto cuando Pablo fue con Aquila y Priscila (Hechos 18:18). Apolo también fue allá después (Hechos 18:27-28).
• ÉFESO.— Aquila y Priscila se quedaron en Éfeso cuando Pablo fue a Jerusalén (Hechos 18:19-28). Luego, Pablo exhortó a Timoteo para que se quedara ahí cuando él fue a Macedonia (1 Timoteo 1:3).
El propósito de un trabajo de “seguimiento”
Versículos 1-5.— Teniendo una preocupación por sus convertidos en Tesalónica, Pablo y Silas pensaron que sería bueno enviar a Timoteo de regreso a Tesalónica desde Atenas “á confirmaros y exhortaros”.
• El “confirmar” a los santos (versículo 2a) es establecerles en la doctrina del “evangelio” de Pablo y de la “revelación del misterio” (Romanos 16:25).
• El “exhortar” a los santos (versículo 2b) es alegrar sus corazones y animarlos en cuestiones prácticas de la vida cristiana.
La primera parte es doctrinal y la segunda es práctica. Estas dos siempre van juntas en la Escritura. De hecho, cada doctrina del Nuevo Testamento debe tener un resultado práctico en la vida del cristiano. Podemos estudiar ambas (la doctrina y la práctica) de forma separada con el objetivo de aprender, pero en última instancia, no se pueden separar la una de la otra, de lo contrario se producirá un desequilibrio en el creyente.
Una carta, como esta misma epístola, sería una gran ayuda para los tesalonicenses, pero realmente necesitaban que alguien estuviera con ellos cara a cara para ministrarles. El enviar a Timoteo a los tesalonicenses, de hecho, muestra que no hay nada que pueda reemplazar las visitas personales entre los santos. Enviar una carta, hacer una llamada telefónica, dar un libro de ministerio o una grabación de audio, son cosas buenas y útiles, pero los nuevos creyentes necesitan un contacto personal, cara a cara. Por lo tanto, hay algunas situaciones que realmente solo pueden ser atendidas por la visita personal (1 Corintios 11:34b).
Podemos preguntarnos: “¿cuáles son los principios del evangelio de Pablo y el Misterio que Timoteo enseñó a los tesalonicenses con intenciones de establecerles?” La siguiente es una lista de cosas que pudieron haberles enseñado con este fin:
Enseñanza acerca de las personas de la Divinidad: Teología
• La Trinidad —la divinidad de las Personas en la Deidad —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 3:16-17).
• La Persona de Cristo —Su deidad, Su eterna condición de Hijo, Su encarnación y Su humanidad sin pecado (2 Juan 9).
• Cristo el Primogénito (Romanos 8:29) y Unigénito (Juan 3:16).
• Los aspectos de propiciación y de sustitución en la obra expiatoria de Cristo (Romanos 3:25; 4:25).
• La resurrección de Cristo y Su ascensión en gloria (1 Corintios 15:12-20; Hechos 1:9-11).
• Cristo nuestro Sumo Sacerdote y Abogado (Hebreos 2:17; 1 Juan 2:1).
Enseñanza sobre la salvación y las bendiciones relacionadas con ella: Soteriología
• La justicia de Dios (Romanos 3:21-26).
• La vivificación y sellado del Espíritu (Efesios 1:13; 2:1).
• La diferencia entre el nuevo nacimiento y la salvación (Juan 3:3-8,14-17).
• La diferencia entre comprado y redimido (1 Corintios 6:19; 1 Pedro 1:18-19).
• Los varios aspectos del perdón —eterno (Efesios 1:7), gubernamental (Mateo 18:26-35), restaurador (1 Juan 1:9), administrativo (2 Corintios 2:10), y el perdón fraternal (Efesios 4:32).
• Justificación por fe y justificación de vida (Romanos 5:1,18).
• Reconciliación —de personas y cosas (Colosenses 1:20-21).
• Regeneración (Tito 3:5).
• La filiación de los creyentes (adoptados hijos) (Gálatas 4:1-7).
• El verdadero carácter de la vida eterna (Juan 17:3).
• La aceptación del creyente “en Cristo” (Romanos 8:1) y la constitución de Cristo en los santos —“Cristo en vosotros” (Romanos 8:10; Colosenses 1:27).
• La seguridad eterna del creyente (Juan 10:27-28; Romanos 8:31-39).
• Los varios aspectos de la santificación (1 Corintios 6:11; 1 Tesalonicenses 4:4-7; 1 Corintios 7:14).
• La posición y estado de los creyentes (Romanos 5:2; Filipenses 2:20).
• Las dos naturalezas del creyente (Romanos 7:14-24).
• La diferencia entre pecados y pecado (Romanos 3:25; 6:2).
• El “viejo hombre” y el “nuevo hombre” (Efesios 4:22-24).
• Los dos estados: “en la carne” y “en el espíritu” (Romanos 8:9).
• La morada del Espíritu (sello, arras y unción) y el estar lleno del Espíritu (1 Tesalonicenses 4:8; Efesios 5:18; 2 Corintios 1:21-22).
• Liberación (Romanos 8:2).
• Perfección cristiana (Colosenses 1:28; Hebreos 10:14; 11:40).
• La raza de la nueva creación donde la “semejanza” y la “imagen” son restauradas (Santiago 3:9; Colosenses 3:10).
• Glorificación, incluyendo inmortalidad e incorruptibilidad (1 Corintios 15:51-57).
• Bautismo (Romanos 6:3-4; Gálatas 3:27).
• Los misterios del Reino de los Cielos (Mateo 13-25).
• Juicio eterno —el sufrimiento de los perdidos en el Hades y en el Infierno (Mateo 11:23; 10:28).
Enseñanza sobre la doctrina y actuación de la Iglesia: Eclesiología
• La formación de la Iglesia como el cuerpo y la esposa de Cristo a través del bautismo por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:12-13; Apocalipsis 21:9).
• El llamado, carácter y destino celestial de la Iglesia (Hechos 10:11-16).
• La verdadera base sobre la cual los cristianos son reunidos, dando una expresión práctica de la verdad acerca de un solo cuerpo (Mateo 18:20; Efesios 4:4).
• La verdad sobre la sencillez original de la Cena del Señor en la Mesa del Señor (1 Corintios 10:16-17; 11:20-26).
• La unidad del Espíritu (Efesios 4:3).
• La libertad del Espíritu para guiar en oración, alabanza y ministerio cuando los santos son reunidos como asamblea (1 Corintios 12:1-11).
• El sacerdocio de todos los creyentes (1 Pedro 2:5).
• La distinción entre don y oficio en la Iglesia (Efesios 4:11; 1 Timoteo 3:1-14).
• Los dos aspectos de la casa de Dios (1 Timoteo 3:15; 2 Timoteo 2:19-20).
• Oficios administrativos en la casa de Dios (1 Timoteo 3:1-14).
• Disciplina y juicio en la asamblea (1 Corintios 5:1-13).
Enseñanza acerca de los eventos futuros: Escatología
• El propósito de Dios de reunir todas las cosas en Cristo en dos esferas (cielo y tierra) en un día venidero —el Milenio (Efesios 1:10).
• El trato dispensacional de Dios con Israel, la Iglesia y los santos del reino Milenario (Romanos 9–11).
• Los tiempos de los Gentiles (Lucas 21:24).
• La diferencia entre los “postreros días” de la Iglesia e Israel (Hebreos 1:2; 2 Timoteo 3:1).
• La diferencia entre la Iglesia y el Reino (Mateo 16:18-19).
• El “evangelio del reino” y su distinción del “evangelio de la gracia de Dios” (Mateo 4:23; Hechos 20:24).
• El alcance y orden de los eventos proféticos en el “principio de dolores”, la “grande aflicción [gran tribulación]” y la “indignación” (Mateo 24:8,21; Isaías 26:20, traducción J. N. Darby).
• La venida del Señor por Sus santos (el Arrebatamiento) antes de la Tribulación (1 Tesalonicenses 4:15-18), y luego con Sus santos (la Aparición) al final de la Gran Tribulación (1 Tesalonicenses 3:13; 5:1-4).
• El tribunal de Cristo (2 Corintios 5:10).
• Las dos resurrecciones (Juan 5:29).
• La herencia de todas las cosas (Efesios 1:11,18).
• El Milenio (Apocalipsis 20:4).
• El Estado Eterno (Apocalipsis 21:1-8).
• Los varios aspectos del Reino (Mateo 13:11).
• “El Día del Señor” (1 Tesalonicenses 5:2), el “Día de Cristo” (Filipenses 1:10), y el “Día de Dios” (2 Pedro 3:12).
Enseñanza práctica
Algunos temas que Timoteo pudo haber expuesto a los tesalonicenses en su deseo de “confirmarlos” en su andar práctico son:
• Lo que involucra el caminar por fe (2 Corintios 5:7).
• Comunión (Hechos 2:42; 1 Corintios 1:9).
• Discipulado (Lucas 14:25-33; Juan 8:31).
• Dedicación y consagración (Romanos 12:1-8).
• Las virtudes cristianas de fe, esperanza y amor (1 Tesalonicenses 1:3).
• Moralidad (1 Corintios 6:12-20; 1 Tesalonicenses 4:1-7).
• Matrimonio y responsabilidades familiares (1 Corintios 7).
• Juicio propio (1 Corintios 11:27-32).
• La escuela de Dios y sus disciplinas (Hebreos 12:5-11).
Estas listas cubren muchas doctrinas y prácticas cristianas básicas, pero no son de ninguna manera exhaustivas. Son temas que todo creyente necesita entender y en los que debe ser establecido y animado. La gente de hoy tiene mucha ventaja en comparación con los que vivían antes de que el Nuevo Testamento fuera escrito. Sin embargo, aunque las epístolas no fueran aún escritas, Timoteo aprendió estos temas a los pies de Pablo (2 Timoteo 3:10,14). Esto le hacía muy útil para confirmar a los hermanos tesalonicenses (1 Timoteo 4:16; 2 Timoteo 2:2).
Enseñanza y trabajo pastoral
Para que una persona pueda confirmar y ayudar a otros en la doctrina y vida práctica cristianas, debe primero estar bien establecida ella misma. Como ya fue mencionado, Timoteo era apto para esta obra ya que Pablo le dijo, “Pero tú has comprendido mi doctrina, instrucción [manera de vivir]” (2 Timoteo 3:10, traducción King James). Tenía un don de enseñar (1 Timoteo 1:3; 4:6,13) y de pastorear (Filipenses 2:19-21). Por tanto, Pablo le llama “ministro de Dios” (versículo 2). Al hacer esto, Pablo dio su recomendación apostólica de Timoteo a los tesalonicenses, lo cual les daría confianza en él, y la seguridad de que lo que les enseñó venía de Dios.
El propósito práctico de este doble ministerio de confirmación y exhortación a los santos era “para que nadie se conmueva” (versículo 3). Al decir esto, Pablo les recuerda que se encontraban en una batalla espiritual contra un enemigo muy malvado —el diablo, a quien llama “el tentador” (versículo 5)—. Satanás buscaba debilitar su confianza en el Señor a través de “tribulaciones” de persecución, las cuales estaban diseñadas para que dejasen de seguir al Señor.
En los versos 3b-4, Pablo les recuerda que ellos vieron la ferocidad de esto de primera mano, en lo que le sucedió a Silas y a él cuando estaban con ellos (Hechos 17), y que era normal “pasar tribulaciones” de este tipo en el cristianismo. Entonces, tenían que estar preparados para tal situación. Cada nuevo convertido necesita entender que ser cristiano no es tendencia. Todo el sistema mundial y todos los que participan en él se oponen a Dios y Cristo. El tomar una posición cristiana significa que habrá un rechazo y persecución por parte de aquellos que odian a Cristo (Juan 15:19). Desafortunadamente, al escuchar una presentación errada del evangelio, muchos en la actualidad tienen la idea de que al ser salvos no tendrán más problemas en sus vidas. Al igual que María Magdalena, confunden al Señor con “el Hortelano” (Juan 20:15). Es decir, piensan que Él convertirá sus vidas en un hermoso lecho de rosas, y que nunca más estarán enfermos, ni tendrán problemas económicos, y que todo lo que emprendan en la vida será un éxito, etc. Sin embargo, la Escritura no enseña esto. La verdad es que el Señor no necesariamente nos sacará de nuestros problemas, sino que nos ayudará en ellos. Por tanto, todo nuevo convertido debe estar preparado para la adversidad, ya que eso es el cristianismo normal. Es muy importante que entiendan esto para que no se desilusionen cuando vengan los problemas y la oposición.
Perfeccionando lo que faltaba
Versículos 6-7.— Timoteo regresó a Pablo y a sus colaboradores “haciéndoles saber” las buenas noticias de que el estado espiritual de los tesalonicenses era bueno. Cuando les comentó a los Apóstoles acerca de su “fe y caridad [amor]” y su gran deseo de ver a los misioneros nuevamente, Pablo y sus colaboradores fueron “consolados”, ya que ellos también estaban siendo abofeteados con “necesidad y aflicción” por los ataques de Satanás. La noticia de que los tesalonicenses soportaban estas cosas a causa de Cristo era algo por qué agradecer al Señor. Esto muestra que la continuidad en nuestro andar da evidencia de la realidad de nuestra fe.
La esperanza está claramente ausente aquí. Es el tercer aspecto en el trío de virtudes cristianas mencionadas en el capítulo 1:3 —fe, amor y esperanza—. Ya que estas tres cosas normalmente van juntas en referencia al estado del cristiano, es evidente que la ausencia de la esperanza muestra una debilidad en los tesalonicenses en cuanto a ella. De lo que Pablo hace referencia en el capítulo 4:13-14, deducimos que tenían un malentendido con respecto a los santos que habían fallecido. Aparentemente creían que los fallecidos no tendrían parte en el reino de Cristo cuando Él reine. En la segunda carta a los tesalonicenses también vemos que tenían malentendidos acerca del “día del Señor”, lo cual era resultado de la mala enseñanza que se había infiltrado entre ellos y que había perturbado su esperanza.
Versículos 8-9.— Pablo continúa diciendo a los tesalonicenses que él y sus colaboradores no descansarían hasta que ellos alcanzaran un punto en su desarrollo espiritual que les permitiera estar “firmes en el Señor”. Esta era una preocupación importante para Pablo (Colosenses 1:28), y debería ser la preocupación de todo cristiano que obra con nuevos convertidos. Hasta que los nuevos convertidos no lleguen “á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo”, seguirán siendo “niños” y estarán en constante peligro de ser “fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error” (Efesios 4:13-14). Por lo tanto, es imperativo que todos ellos se establezcan en la fe lo antes posible.
Con todo, Pablo dio “gracias” por el progreso espiritual que veía en ellos, y continuaba “orando de noche y de día” por ellos y por la oportunidad de estar con ellos en persona para “completar lo que falta” a su “fe”. Probablemente esto se refería a aquellas cosas que malentendieron acerca de la esperanza (versículo 10). Hasta que llegara ese momento, Pablo esperaba que esta epístola atendiera esa necesidad. Encomendó el tiempo de su visita al “mismo Dios” quien abriría el camino a su debido tiempo (versículo 11).
Versículos 12-13.— Mientras tanto, el deseo y oración de Pablo era que “multiplique el Señor, y haga abundar el amor entre ellos, y para con todos”. Esto indica que él tenía mucho interés en su crecimiento espiritual —lo cual no es solo tener un entendimiento intelectual de la verdad, sino también tener los afectos del corazón en armonía con la verdad, lo cual se evidencia en el “amor entre vosotros”—. Por lo tanto, el crecimiento espiritual no es simplemente aferrarse a la verdad, ¡sino que la verdad también se aferre a nosotros!
El objetivo final de Pablo era que Dios “confirme” sus “corazones en santidad, irreprensibles delante de Dios y nuestro Padre, para la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos Sus santos”. En otras palabras, él quería verlos pasar por los peligros y obstáculos en el camino de la fe y que fueran preservados en santidad hasta el final de su travesía terrenal, para que se muestren en toda la gloria del reino cuando venga Cristo. El aspecto de la Segunda Venida del Señor que se refiere aquí es la Aparición de Cristo, “cuando viniere para ser glorificado en Sus santos, y á hacerse admirable en aquel día en todos los que creyeron” (2 Tesalonicenses 1:10).
En este tercer capítulo, vemos que el gran deseo de Pablo era que los tesalonicenses crecieran espiritualmente en el Señor, que fueran aprobados por Dios, y que al final fueran mostrados en la gloria del reino con Cristo. Esto ha sido el tema base del capítulo. La madurez cristiana es su objetivo. Por tanto, un trabajo de seguimiento con los nuevos convertidos involucra:
• Confirmarlos a través de la sana doctrina.
• Animarlos a través de interacción personal.
• Orar por ellos con respecto a su crecimiento espiritual.