Esta tercera sección del libro de Apocalipsis trata de los acontecimientos que ocurrirán “después de estas”. Bien podemos preguntar: “¿Después de qué?”. La respuesta es: “Después de que la historia de la Iglesia en la tierra esté concluida”. Esto se confirma por el hecho de que la expresión frecuentemente repetida en los capítulos 2 y 3, “lo que el Espíritu dice á las iglesias”, ya no se menciona en el libro a partir de este punto en adelante. Esto se debe a que se considera que la Iglesia ha terminado su historia en la tierra y ha sido llamada al cielo.
El Arrebatamiento no se menciona directamente en la parte profética del libro
En los capítulos 4–5 se da por sentado que el Arrebatamiento (la venida del Señor por Sus santos; Juan 14:2-3; 1 Tesalonicenses 4:15-18) ha ocurrido, ya que en estos capítulos se ve a los santos en el cielo. Estrictamente hablando, el Arrebatamiento no se menciona directamente en la parte profética del libro, porque el objetivo de la profecía no es revelar enseñanza concerniente a la Iglesia, sino exponer los juicios que preparan el camino para el establecimiento del reino de Cristo. Al tratar con la Iglesia en los siete mensajes, el Señor habla del Arrebatamiento (capítulos 2:25; 3:11), y tal vez pueda verse de forma indirecta al ser Juan llamado al cielo en el capítulo 4:1. Y de nuevo, en el capítulo 22, después que se han dado las profecías del libro, el Señor habla de Su venida de manera generalizada, tres veces, pero no la distingue de Su Aparición. (Esto se hace para que sea aplicable tanto a los creyentes como a los incrédulos). Por otro lado, la Aparición de Cristo (la venida del Señor con Sus santos; 1 Tesalonicenses 3:13; 4:14; 2 Tesalonicenses 1:7-10; 2:8; Tito 2:13; 1 Juan 2:28; 3:2; Judas 14-15) se menciona muchas veces en el libro (capítulos 1:7; 3:3; 10:1; 11:15; 14:14-16; 16:15-21; 18:21-24; 19:11-21).
En los capítulos 4 a 22, pasamos a las cosas que son estrictamente proféticas. Estos capítulos tienen que ver con los legítimos derechos de Cristo sobre la “herencia”, que es toda cosa creada en el cielo y en la tierra (capítulos 4–5). Estos capítulos también contienen muchos juicios que caerán sobre la tierra (capítulos 6–19), y el eventual reinado del Señor sobre todas las obras de Sus manos (capítulos 20–22).