Condenación

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Esto se refiere a la condenación irrevocable de las personas que mueren y dejan este mundo en sus pecados. Se aplica a Satanás y sus ángeles también.
Muchos piensan que juicio y condenación son la misma cosa y utilizan los términos de forma intercambiable. Sin embargo, no lo son: “Juicio” es la sentencia o veredicto que fue colocado sobre todos los hombres porque todos pecaron. (Algunas versiones de la Biblia traducen “juicio” como “sentencia” para indicar esto.) Si los hombres vienen a Cristo y son salvos, ellos evitan este juicio. “Condenación” por el otro lado, es algo final e irrevocable; nunca es revertida. Es la porción futura de todos los que pasan de este mundo en sus pecados sin fe (Marcos 16:16—“será condenado”). “El mundo” (1 Corintios 11:32), “la carne” (Romanos 8:3), “el diablo” (1 Timoteo 3:6) y las personas que han muerto sin que sus pecados hayan sido perdonados (Juan 5:29) son los únicos que se dicen estar bajo condenación ahora. Por eso, los hombres que están vivos en este mundo en sus pecados están bajo juicio, pero no están bajo condenación—al menos no todavía. Si ellos pasan de este mundo en su condición perdida, entonces pasarán a la condenación.
Romanos 5:16 muestra claramente que el juicio y la condenación no son sinónimos. Dice: “el juicio á la verdad vino de un pecado para condenación.” Esto demuestra que el juicio precede a la condenación. W. Scott dijo: “juicio y condenación no significan la misma cosa. La condenación es futura y final. El juicio la precede.” J. N. Darby afirma en la nota al pie de su traducción en Lucas 20:47 que la palabra “juicio” es “la sentencia pronunciada sobre el delito cometido ... el juicio no es la condenación.”
Algunos pueden preguntarse cómo es que Juan 3:18 se ajusta a esto. Dice: “El que en Él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” Sin embargo, esta traducción en la versión de la Reina-Valera no es correcta. Debería leerse, “juzgado,” en lugar de “condenado.” Romanos 8:1 afirma, “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” Nótese que no dice, como algunos imaginan, “Ahora pues, ya no hay más condenación para los que están en Cristo Jesús,” lo que implicaría que antes estaban bajo condenación, pero han escapado por medio de la fe en Cristo. El punto en el versículo es que, siendo justificados como resultado de estar “en Cristo,” es imposible que el creyente llegue a la “condenación.”
C. H. Mackintosh dijo: “el lector del inglés [y del español] debe ser informado que, en todo el pasaje de Juan 5:22-26, las palabras “juicio” y “condenación” son ambas expresadas por la misma palabra en el original, y esa palabra es simplemente “juicio,” que es el proceso, no el resultado” (Papers on the Lord’s Coming, p. 48).
J. N. Darby dijo: “Todos sabemos, si sabemos algo, la diferencia entre los pecados del pasado (o del presente) y la naturaleza mala (el pecado); o sea, el fruto, y el árbol. Si alguien me pregunta, ‘¿El hombre es condenado por ambos?’ Yo debería decir: él está perdido, en vez de condenado” (Collected Writings, vol. 34, p. 406).