Y permítanme seguir adelante conmigo para agregar otra palabra sobre lo que el Señor dice en cuanto al caldeo en Habacuc 2:14. “La tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar”.
El orgullo del hombre, ya sea caldeo o cualquier otro, que afectaría al imperio universal, siempre ha sido, y seguirá siendo, juzgado y quebrantado; y ese dominio estará reservado para Jesús “el Señor”, y sólo para Él. Él será hecho más alto que los reyes de la tierra, y Su reino será de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Ni la incredulidad pasada o presente de su propia nación, Israel, ni los propósitos e intentos de ninguno de los gentiles, obstaculizarán esto. (Véase Números 14:21; Hab. 2:14.) Porque, en los próximos días pacíficos del cetro del justo, esto se cumplirá. (Véase Isaías 11:9.)
El pueblo trabajará después de esto, pero se cansará por nada, por “mucha vanidad” (Hab. 2:13). Pero Jesús lo tendrá. “Bendito sea su glorioso nombre para siempre, y que toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y amén” (Sal. 72:19).