Eclesiastés

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UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé
para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho
debajo del sol." Eclesiastés 2:11
Eclesiastés fue escrito por Salomón, y los primeros tres versículos nos dan el tema del libro. "Vanidad de vanidades, dijo el Predicador... todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?" (1:1-3).
La expresión "debajo el sol" ocurre veintiocho veces en los doce capítulos, y nos da el escenario donde ocurren las empresas humanas que sin Dios son pura vanidad.
Salomón disfrutaba de todo: sabiduría, riqueza, poder, en fin, todo lo que el corazón pudiera desear y está registrado por inspiración para nuestra instrucción en justicia. El hombre en este libro, en cuanto a su relación directa con Dios, falla; pero es responsable a la vez ante Él como Creador. El nombre de Jehová no se menciona ni una vez en el libro de Eclesiastés, pero la enseñanza divina está siempre presente.
En el último capítulo, la muerte alcanza al hombre antes que él halle la sabiduría. Es un cuadro triste de su decrepitud, frustración y muerte. Por eso es de necesidad urgente acordarse del Creador en los días de la juventud, "antes que vengan los días malos," porque "Dios traerá toda obra a juicio". Véanse los versículos 1 y 14.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Eclesiastés 11:9
"Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios." Un compañero en el colegio me dijo una vez que, de toda la Biblia, éste era su versículo favorito hasta la palabra "ojos."
En resumen, la primera parte habla de hacer lo que quieres. Hay muchos sin Cristo que están haciendo esto. Están tratando de aprovechar su adolescencia al máximo. Cosas como fiestas, inmoralidad, y aun placeres que pueden ser lícitos en su lugar, como deportes, ocupan su tiempo, no dejando tiempo ni deseo para Dios. A mi compañero no le gustaba la parte que comienza con "pero sabe". Cosechamos lo que sembramos. Dios no puede pasar por alto ningún pecado. Hebreos 12:2 dice: "puestos los ojos en Jesús." Es la receta para cosechar buen fruto en vez del fruto de la carne.