El Apocalipsis o Revelación de Juan

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UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,
venga; y el que quiera, torne del agua de la vida gratuitamente." Apocalipsis 22:17
El Apocalipsis es un libro de juicio en todo, juicio de las iglesias por la Palabra de Cristo, juicio del mundo, el retorno del Señor, el reino, la cuidad celestial y el estado eterno.
El Apocalipsis fue dado a Jesucristo por Dios como soberano y revelado a Juan, quien escribió lo que vio y oyó.
En cuanto al tiempo se divide en tres partes: pasado, presente y futuro (1:4).
Las cosas que él vio y lo que se halla en el capítulo 1.
Las cosas que son, es decir, las siete iglesias especificadas como existentes en el Asia de entonces (capítulos 2 y 3).
Las cosas que han de ser después de éstas, que continúan hasta el fin. Evidentemente las palabras "después de éstas", se refieren a la remoción de la iglesia en su totalidad de la tierra, y no meramente a la desaparición de las siete iglesias particulares mencionadas. El Apocalipsis en su totalidad fue dirigido a las siete iglesias en representación de la iglesia entera, aunque se dirige un mensaje corto distintivo a cada asamblea local (capítulo 4).
Entonces los capítulos 2 y 3 contienen los mensajes a las siete iglesias (asambleas).
El siete en la Biblia es un número cabal y perfecto. Se nota que, en el testimonio de las primeras cuatro asambleas hay un abandono del primer amor, persecución, mundanalidad, hombres falsos que seducen a los santos.
Específicamente notamos la característica de cada iglesia: Éfeso, su primer amor dejado; Esmirna, persecución; Pérgamo, la unión de la iglesia con el mundo y bajo la protección del Estado; Tiatira, el Romanismo, la iglesia falsa; Sardis, período de la Reforma y el Protestantismo; Filadelfia: hermandad, "Tienes poca fuerza, has guardado mi Palabra, y no has negado Mi nombre" (3:8). Filadelfia representa los últimos tiempos de la historia de la iglesia en la tierra—fidelidad al Señor de parte de aquellos que se paran firmes y moralmente en la verdad de la iglesia.
Laodicea, esta asamblea se caracterizaba no por iniquidad definitiva, sea de doctrina o de práctica, sino más bien por su persecución e indiferencia a Cristo y rechazamiento a la verdad revelada.
Se puede decir que es la etapa final de la apostasía. Se jactaba de sus riquezas, de una arrogancia racionalista (3:16-17). Cristo está afuera, pero todavía tocando al corazón de cada individuo, para entrar (3:20).
Desde el capítulo 4, otra sección del libro comienza, es decir, “las cosas que han de ser después de éstas.” La iglesia de los capítulos 2 y 3 ha cesado de ocupar un lugar en la tierra y de aquí en adelante, (4:1 al 22:21) o sea hasta el fin, todas las cosas son futuras, quiere decir que tendrán lugar después del arrebatamiento de la iglesia.
No se sabe cuándo terminará el período de la iglesia, pero los detalles de cómo concluirá los tenemos en l Tesalonicenses 4:14-17. Pero evidentemente las señales ya se están manifestando y muy pronto los creyentes, muertos y vivos, "seremos arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor."
La Revelación termina con la venida de Cristo con las siguientes palabras preciosas:
"He aquí vengo pronto"
"He aquí vengo pronto"
"Ciertamente vengo en breve. Amén sea así".
"Ven, Señor Jesús"
Véase los versículos 7, 12, 20.
Muchos creyentes temen leer este libro, pero no deben olvidar que hay una bendición prometida para aquel que lo lea (véase 1:3).
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Apocalipsis 3:15
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!" A mí me gusta mucho té muy caliente o té muy frío, pero no tanto té tibio. Esperamos que, al llegar a este punto, hayas leído toda la Biblia hasta Apocalipsis. Esperamos que no estés tibio en tu alma, sino caliente. Uno que es frío probablemente no tiene a Cristo ni hace una profesión. Uno que es caliente tiene todo su enfoque puesto en el Señor Jesucristo. Uno que es tibio está tratando de andar con un pie en el mundo y uno en el cristianismo. ¡No sirve! ¡Sé ferviente por el Señor; Él es digno!