El canto de las aves testifica de Dios

Fred John Meldau
Son los reyezuelos, como cantores, de primera categoría: “llena de trinos y carrerillas, el volumen de un ave tan pequeña es asombroso”.
Autores y naturalistas famosos han escrito mucho sobre el canto maravilloso del ruiseñor. Plinio, de la antigua Roma, escribió: “Los ruiseñores vierten un chorro de canción ... . ¡Qué conocimiento pleno de la música de una sola ave! Su sonido es modulado, siendo ora extendido en una nota larga con una exhalación continua, ora variada al controlar la misma, ora en staccato, ora combinada al prolongarla, o bajada repentinamente, y a veces sólo un susurro, ya sea fuerte, bajo, atiplado, con trinos, con largas notas ... soprano, mezzo soprano, barítono; en una palabra tiene en esa pequeña garganta todos los dispositivos que la ciencia humana ha incorporado en el mecanismo complicado de la flauta”.
El sinsonte, sin duda, es “la más dotada de todas las aves cantoras”. Le gusta bromear y puede imitar los cantos de las otras aves y toda suerte de sonidos de animales, como puede remedar el chirrido de una carretilla vieja o el ladrido de un perro. Los sinsontes son admirables cantores “poseyendo maravillosa técnica”, y algunos observadores dicen que “superan aun al ruiseñor y al tordo en sus arranques emocionados”. Hubo “un sinsonte que imitó 32 especies distintas de aves cantoras durante diez minutos de canto ininterrumpido”, según consta en documentos pertinentes.
Se dice que el tordo ermitaño emite una de las más etéreas canciones, una serie gradual de cadencias ascendentes tan semejantes al sonido de una campana, tan espiritual en tono y en ejecutoria, que parecen superar la habilidad de un ave.
¿Quién creó la pequeña garganta del ruiseñor, del tordo y del reyezuelo, haciéndolos mucho más versátiles que cualquier flauta inventada por el hombre, y les dio una habilidad tan fenomenal para poder producir tan bellas melodías? ¿Quién formó la garganta del sinsonte de tal modo que puede reproducir, fielmente, cien sonidos que apenas pueden ser distinguidos de los originales? ... De cierto, toda ave es un testigo vivo de Dios su Creador. La supuesta operación de la “evolución” jamás podría crear la garganta de un ruiseñor o la de un sinsonte, o infundir diez mil milagros de canción en otras especies de aves.
(Traducido e impreso con permiso, de WHY WE BELIEVE IN CREAT1ON, NOT IN EVOLUTION [POR QUÉ CREEMOS EN LA CREACIÓN, NO EN LA EVOLUCIÓN], por Fred John Meldau, páginas 180-183).