Todos los cristianos han examinado, en mayor o menor medida, la Palabra de Dios (la Biblia) para encontrar el camino de la salvación, pero parece que muy pocos de ellos, después de haber sido salvados, han escudriñado la Palabra para saber cómo el Señor quiere que se reúnan para la adoración y el ministerio. Aunque todos creen que hay un sólo camino para la salvación, muchos consideran que cada uno tiene la libertad para escoger cómo adorar. Parece que en el cristianismo de la actualidad los cristianos hacen lo que el pueblo de Israel hacía en el tiempo de los jueces: “Cada uno hacía como mejor le parecía” (Jueces 17:6; 21:25; Deuteronomio 12:8; Proverbios 21:2). Como resultado, existe una gran variedad de opiniones acerca de la adoración cristiana, y muchas están en conflicto entre ellas. Los cristianos han estado adorando por muchos años de una manera o estilo que se adapte mejor a sus preferencias y a su afiliación denominacional. Por generaciones los cristianos han aceptado lo que la tradición ha traído a la iglesia, sin cuestionar nada de ello. De hecho, la mayoría piensa que el orden tradicional de las iglesias de hoy en día es el orden de Dios.
La Biblia: La autoridad máxima
Las preguntas que debemos hacernos son: “¿Le importa a Dios la forma en que Su pueblo le adora, o la manera en que deben reunirse para el ministerio? ¿Tiene Él una opinión sobre este tema?” Creemos que la respuesta es: “Sí, por supuesto”. Ya que sólo hay un lugar al que podemos acudir para obtener respuestas con autoridad sobre este y otros temas —la Palabra de Dios (la Biblia)— es hora de que vayamos a los fundamentos del cristianismo y echemos un vistazo a las Escrituras para ver lo que Dios tiene que decir sobre el tema del orden de la Iglesia. Puesto que es “la iglesia del Señor” (Hechos 20:28), seguro que Él tiene algo que decir acerca de cómo los cristianos deben adorarle. Creemos que el patrón para la adoración y el ministerio cristiano, y para el gobierno de la Iglesia, está en la Biblia, pero la mayoría de los cristianos simplemente lo han pasado por alto.
Cristianismo denominacional: Desafiando su veracidad bíblica
Ya que debemos estar preparados siempre “para responder con mansedumbre y reverencia á cada uno que nos demande razón de la esperanza que hay en nosotros” (1 Pedro 3:15), debemos poder dar una respuesta procedente de la Palabra de Dios acerca de por qué adoramos de la manera que lo hacemos. ¿Podemos, pues, mostrar la autoridad de las Escrituras para la manera en que nos reunimos como cristianos para la adoración y el ministerio? ¿O acaso solo estamos siguiendo las tradiciones de los hombres?
Para estimular nuestros pensamientos acerca de estas cosas, haremos unas preguntas a todos los creyentes para probar la autoridad bíblica que tienen ellos para adorar de la forma en que lo hacen. Las siguientes preguntas no tienen la intención de criticar el orden de culto y ministerio en la iglesia actual, sino para hacernos reflexionar acerca de cuál es realmente el orden de Dios.
1) ¿Qué autoridad otorga la Palabra de Dios para establecer “divisiones” supuestamente “denominacionales” o “no denominacionales” en el testimonio cristiano, cuando claramente el Señor y los apóstoles enseñaron que los cristianos deben ser unánimes en todo? (Juan 10:16; 11:51-52; 17:11,21; Efesios 4:2-4; Filipenses 2:2). De hecho, la Escritura censura el establecimiento de sectas y divisiones entre los cristianos (Romanos 16:17; 1 Corintios 1:10; 3:3; 11:18-19).
2) ¿Qué autoridad tienen los cristianos de parte de Dios para designar nombres a sus supuestas iglesias, tales como Presbiteriana, Bautista, Pentecostal, Alianza, Cristiana Reformada, Anglicana, etc., cuando la Biblia no nos instruye a reunirnos en ningún otro nombre más que en el Nombre del Señor Jesucristo? (Mateo 18:20; 1 Corintios 5:4).
3) ¿Qué autoridad tienen los cristianos para designar nombres a sus supuestas iglesias con los nombres de algunos siervos destacados del Señor?, como, por ejemplo: luteranos (Martín Lutero), menonitas (Menno Simons), wesleyanos-metodistas (John Wesley), etc. La Escritura censura la constitución de una comunión de cristianos en torno a un líder en la iglesia (1 Corintios 1:12-13; 3:3-9).
4) ¿Qué autoridad de parte de Dios tienen los hombres para establecer iglesias siguiendo distinciones nacionales?, como: “La Iglesia de Inglaterra”, “Hermanos Menonitas Chinos”, “Iglesia Ortodoxa Griega”, “Iglesia Bautista Filipina”, “Iglesia de Dios Alemana”, etc. La Escritura nos dice que no hay distinciones nacionales ni sociales en la iglesia de Dios, la cual es el Cuerpo de Cristo (Colosenses 3:11).
5) ¿Qué autoridad tienen los cristianos para adornar y arreglar sus lugares de culto de la misma forma que el tabernáculo y el templo correspondientes al orden judaico en el Antiguo Testamento? Los edificios de muchas iglesias tienen a menudo un mobiliario adornado de oro y otros materiales preciosos, y muchos tienen un supuesto “altar”, aunque no parece igual al altar del Antiguo Testamento. Algunos tienen partes especiales del edificio designadas como más sagradas que otras. ¿Qué autoridad tienen los cristianos para tomar cosas así del judaísmo, cuando la Biblia enseña que el cristianismo no es una extensión del orden judaico, sino un camino completamente nuevo de entrada a la presencia de Dios? (Hebreos 10:19-20; 13:13; Juan 4:23-24).
6) Hay alguna base en la Palabra de Dios para tener cruces levantadas en los edificios de las iglesias?
7) ¿Hay alguna base en la Palabra de Dios para designar a estos edificios con el nombre de “iglesia”? La definición bíblica de la “iglesia” es la de una compañía de personas (creyentes) llamadas por medio del evangelio a salir de los judíos y de los gentiles, unidos en un cuerpo por la morada del Espíritu de Dios, y así unidos a Cristo la Cabeza en el cielo. Entonces, la Iglesia es una compañía de personas redimidas, y no un edificio físico construido por mano de hombre (Hechos 11:22; 15:14; 20:28; Romanos 16:5; 1 Corintios 1:2; Efesios 5:25).
8) ¿Hay alguna base en la Palabra de Dios para establecer a un hombre en la iglesia (un supuesto “ministro” o “pastor”) para “dirigir” la adoración? La Escritura enseña que el Espíritu de Dios ha sido enviado al mundo con el propósito de dirigir la adoración cristiana (Filipenses 3:3; Juan 4:24; 16:13-15). La Biblia indica que el Señor, por el Espíritu Santo, es quien debe presidir en la asamblea de los santos y dirigir como Él decida (1 Corintios 12:11).
9) ¿Qué autoridad bíblica existe para tener servicios de adoración planeados anticipadamente en esas iglesias? A menudo se entregan programas impresos describiendo el orden en el que tendrá lugar el culto de aquel día en particular.
10) ¿Qué autoridad les da la Escritura para llamar “adoración” a los servicios que se dan en esas iglesias, cuando generalmente consisten en estar entretenidos con música y en tener a un hombre predicando un sermón?
11) ¿Qué autoridad tienen del Nuevo Testamento para justificar el uso de instrumentos musicales para ayudar en la adoración cristiana? La Biblia define como adoración cristiana a lo que produce el Espíritu de Dios en los corazones y bocas de los creyentes en acción de gracias, alabanza, etc. No es algo que tiene que ver con instrumentos inanimados (Juan 4:24; Hechos 17:24-25).
12) ¿Qué autoridad dan las Escrituras para repetir oraciones prescritas de devocionarios en los servicios de la iglesia? La Biblia dice que no deberíamos usar de vanas repeticiones en nuestras oraciones, sino que debemos orar con nuestras propias palabras expresadas de corazón (Mateo 6:6-8; Santiago 5:16; Salmo 62:8); “dirigiéndonos a Él libremente” (1 Timoteo 4:5, traducción J. N. Darby).
13) ¿Qué autoridad tienen para recitar los Salmos de David en sus supuestos servicios de culto “cristiano”, cuando los Salmos no expresan los sentimientos de los creyentes que conocen la obra consumada de Cristo en la cruz? Los Salmos no expresan la adoración de personas que ocupan un terreno cristiano; solo los cristianos conocen el privilegio de tener acceso a la presencia de Dios como adoradores purificados (Hebreos 9:14; 10:19-22).
14) ¿Por qué la mayoría de las iglesias celebran la Cena del Señor una vez al mes o cada tres meses, cuando la Escritura dice que después de que la Iglesia fue establecida, los creyentes tenían el hábito de partir pan cada día del Señor (domingo)? (Hechos 20:7).
15) ¿Qué autoridad hay en la Escritura del Nuevo Testamento para tener un coro de cantantes entrenados para ayudar en la adoración cristiana?
16) ¿Qué autoridad hay en la Escritura para la utilización de ropajes y vestimentas especiales en los servicios de adoración cristiana? Los grupos del coro generalmente van vestidos de túnicas; y muchas veces el ministro también, dependiendo de a qué denominación pertenecen.
17) ¿Qué autoridad tienen esas iglesias para que las mujeres enseñen y prediquen públicamente cuando la Biblia dice que las hermanas no deben desempeñar un papel público en la Iglesia, ya sea en la administración, la enseñanza o la predicación? La Escritura dice que ellas deben permanecer en silencio en la asamblea (1 Corintios 14:34-38; 1 Timoteo 2:11-12).
18) ¿Qué autoridad tienen las mujeres en esas iglesias para orar y profetizar (ministrar la Palabra de Dios predicando y enseñando) con sus cabezas descubiertas cuando la Palabra de Dios dice que deben cubrirlas? (1 Corintios 11:1-16).
19) ¿Qué autoridad bíblica hay para permitir sólo a ciertas personas (el pastor o ministro) llevar el ministerio oficial de la Palabra de Dios? ¿Por qué no hay libertad en esas iglesias para todos los que sean capaces de ministrar ministren según la dirección del Espíritu? La Biblia enseña que cuando los cristianos se reúnen en asamblea, todos (los hermanos) deben tener la libertad de ministrar según el Señor les conduzca por el Espíritu (1 Corintios 12:6,11; 14:24,26,31).
20) ¿Qué autoridad bíblica existe para la idea de que una persona deba de estar ordenada para estar en el ministerio? No aparece en la Biblia ningún pastor, ni maestro, ni evangelista, ni profeta, ni sacerdote que hubiese sido oficialmente designado para predicar o enseñar. ¡La Escritura enseña que la mera posesión de un don espiritual le da autoridad a la persona que lo posee para utilizarlo! (Romanos 12:6-8; 1 Pedro 4:10-11).
21) ¿Qué autoridad bíblica existe para la idea de que en la actualidad hay hombres en la tierra que tienen potestad para designar a otros? ¿De dónde han recibido esta potestad?
22) ¿Hay alguna autoridad bíblica para designar a alguien como pastor de una iglesia local? La Escritura nunca habla del don de pastor como si fuera un oficio en una determinada localidad, más bien, es un don dado a la Iglesia universalmente (Efesios 4:11). Además, ¿qué autoridad existe para designar el título de “pastor” (por ejemplo, “Pastor Fulano de Tal”) a aquellos que enseñan y predican, cuando en la Escritura el don de pastorear nunca se le asigna a nadie como un título?
23) ¿Qué autoridad hay en la Escritura para que los supuestos ministros se den el título de “Reverendo”, cuando la Biblia dice que “Reverendo” es el Nombre del Señor? (Salmo 111:9, traducción King James). Algunos religiosos toman el nombre de “Padre”, aunque la Escritura dice que no deberíamos llamar a nadie “Padre” en un sentido religioso! (Mateo 23:9). Otros en la iglesia adoptan el título de “Doctor” (que significa “maestro” o “instructor” en latín), lo que la Escritura también dice que no debería de ser (Mateo 23:8-10).
24) ¿Es bíblica la práctica de que la iglesia escoja a su “Pastor” o “Ministro”? El procedimiento usual es invitar al candidato a “Pastor” a la iglesia, donde tendrá la oportunidad de demostrar su valía dando algunos sermones. Si su predicación se considera aceptable, entonces la iglesia (generalmente a través de la junta de diáconos) lo escogerá para que sea su “Pastor”. ¿Es esto un procedimiento conforme a la Palabra de Dios?
25) ¿Qué autoridad bíblica hay para que las iglesias escojan a sus ancianos? En la Biblia no aparece una sola asamblea de cristianos que haya escogido a sus ancianos.
26) ¿Qué autoridad tienen las iglesias en base a la Escritura para celebrar días y festividades “cristianas” como el Viernes Santo, día de Pascua, Día de Todos los Santos, Cuaresma, Navidad, etc.? La Escritura dice que el cristianismo no tiene que ver con días y temporadas especiales (Gálatas 4:10; Colosenses 2:16).
27) ¿Qué autoridad bíblica tienen estos ministros en los púlpitos de esas iglesias para enseñar doctrinas como: La teología del pacto, Amilenialismo, Seguridad de salvación condicional, Purgatorio, Absolución, Observancia de la ley, etc.?
28) ¿Da la Escritura alguna autoridad para celebrar “reuniones de testimonio”, en las que una persona se levanta y explica a la audiencia cómo fue salvado, a menudo detallando su vida pasada de pecado?
29) ¿Qué autoridad da el Nuevo Testamento para tomar diezmos (el 10% de los ingresos) de los asistentes en la congregación, cuando el diezmo es claramente una ordenanza mosaica para Israel? (Levítico 27:32,34; Números 18:21-24).
30) ¿Qué justificación bíblica tienen para recolectar fondos y pedir donaciones a audiencias mixtas de creyentes e inconversos en esas iglesias? La Biblia indica que los siervos del Señor no tomaron “nada” de los inconversos de este mundo entre los que predicaban el evangelio (3 Juan 7).
31) ¿Son acaso los seminarios y las escuelas bíblicas la manera en que Dios prepara a un siervo para el ministerio? ¿Está justificado por las Escrituras la emisión y recepción de diplomas y posgrados (por ejemplo, Doctorado en Teología)? La Biblia dice que no deberíamos darnos títulos lisonjeros unos a otros (Job 32:21-22; Mateo 23:7-12).
32) ¿Hay alguna base en la Palabra de Dios para que esas iglesias envíen ministros y pastores a un lugar determinado para llevar a cabo un servicio para el Señor? A menudo oímos comentarios como: “El pastor Fulano de Tal fue enviado por tal organización”. La Escritura muestra que es Cristo, la Cabeza de la iglesia y el Señor de la mies, el que envía a Sus siervos mediante la conducción del Espíritu a la obra que tiene preparada para ellos, y que la Iglesia debe sencillamente reconocerlo dando al siervo las diestras de la compañía (Mateo 9:38; Hechos 13:1-4, traducción J. N. Darby; Gálatas 2:7-9).
33) ¿Dónde en las Escrituras se da el concepto de la iglesia como organización para la enseñanza? A menudo oímos a las personas decir: “Nuestra iglesia enseña que ... ”. En la Biblia no vemos a la Iglesia en una posición de autoridad para estar estableciendo doctrinas como un cuerpo legislativo, sino vemos a la Iglesia como una compañía de creyentes siendo enseñada por maestros que habían sido suscitados por el Señor (Hechos 11:26, Romanos 12:7; Apocalipsis 2:7, 2:11, 2:17, 2:29, 3:6, 3:13, 3:22; 1 Tesalonicenses 5:27).
34) ¿Hay alguna autoridad de las Escrituras del Nuevo Testamento para que la Iglesia “bautice” a los bebés y promueva servicios de “dedicación” para niños cristianos?
“¡Podemos hacer lo que sea en la adoración si la Escritura no dice nada al respecto!”
Algunos cristianos responden a estas cosas razonando que, si las Escrituras no mencionan o prohíben algo de manera específica, en tal caso Dios no lo considera de importancia. Según ellos, la Biblia no trata específicamente la cuestión de cómo los cristianos deben reunirse para la adoración y el ministerio, y por eso concluyen que es algo que debería dejarse al gusto y a discreción de cada uno. Por esta razón no ven nada malo en introducir en el cristianismo cosas que no están en la Biblia.
Convenientemente, esta perspectiva pasa por alto la condición actual en la Iglesia de hoy. Sin embargo, esta suposición es totalmente incorrecta, porque la Biblia sí trata el asunto de cómo deben reunirse los Cristianos para la adoración y el ministerio. El estándar de Dios se encuentra claramente en las Escrituras. Pensar que la adoración de Dios en el cristianismo es simplemente una cuestión de preferencia personal es pura ignorancia. W. Kelly dijo: “La mujer de Samaria [Juan 4] pensaba, como muchos otros, que la adoración de Dios era sólo una cuestión de preferencia humana. ¡Es extraño que incluso los hijos de Dios duden de que la adoración a Dios debe ser acorde con Su voluntad! Que Él mismo sea privado de voz en Su propia adoración es, en verdad, el pináculo de la incredulidad del hombre. Pero así ha sido, y así es, que los hombres no ven el carácter presuntuoso de su propia voluntad al no dejar a Dios decidir cuál es Su voluntad para la adoración de Sus hijos”.
El hermano Kelly también dijo: “La voluntad del hombre es muy mala en cualquier situación, pero especialmente lo es cuando se entromete en la adoración a Dios. Estén seguros de que aquellos que se quejan de la falta de claridad sobre tal tema en las Escrituras tienen una cuestión mucho más seria que resolver. Porque esto es un asunto de revelación, y, por lo tanto, requiere fe de nuestra parte, tal como la salvación del alma de una persona. La misma fe que puede confiar en Dios en una cosa puede confiar en Él en todo; mientras que, por otro lado, la incredulidad que duda de Dios en un punto está lista para dudar en todo. Como principio invariable, rechazo que la Palabra de Dios sea difusa [en el tema de la adoración]; permitir tal pensamiento no surge de otra cosa que de una infidelidad secreta, y la infidelidad, de una voluntad no juzgada”.
Además, no es un buen principio el razonar de lo que no está en la Biblia para conocer la mente de Dios sobre un tema particular (2 Timoteo 1:7). En esencia, lo que se está diciendo es: “¡Podemos hacer lo que queramos en la adoración y el ministerio mientras no esté prohibido en la Biblia!” Esto no es racional. Nos recuerda lo que un hermano bien intencionado, pero confundido, dijo una vez: “¡Hay más entre las líneas de la Escritura que en las mismas líneas!” Seguro que esta no puede ser la forma correcta de buscar y encontrar la voluntad de Dios en este tema. Si aplicáramos ese principio a otros temas que pertenecen a la doctrina y la práctica cristiana, podríamos encontrarles un sin fin de significados. La verdad se perdería enseguida. De hecho, a grandes rasgos, esto es lo que ha sucedido con respecto a este mismo tema de cómo los cristianos deben reunirse para la adoración y el ministerio. La razón por la que Dios nos dio Su Palabra es para que conozcamos Su voluntad (1 Corintios 2:12-13). Es honroso para nosotros “escudriñar” la verdad en Su Palabra y por Su gracia procurar practicarla (Proverbios 25:2; Hechos 17:11-12). El hábito del apóstol Pablo era “disputar ... de las Escrituras” (Hechos 17:2); no disputaba contra las Escrituras. Esto muestra que realmente no tenemos ningún derecho de llevar nuestros pensamientos a la Palabra de Dios y tratar de hacerla decir lo que queramos.
Tal vez el patrón para la adoración y el ministerio cristiano es tan simple que la gente lo ha pasado por alto y piensa que no se menciona. Permitir que las ideas y preferencias humanas tengan lugar en la adoración de Dios ha resultado en el orden tradicional de gobierno de la Iglesia que existe en el cristianismo denominacional. No es que esto no tiene fundamento en la Palabra de Dios solamente, pero que contradice claramente las declaraciones de Su Palabra. T. B. Baines dijo: “Una de dos: O Dios ha establecido un orden para la asamblea, o ha dejado que el hombre lo haga. Si Él ha establecido un orden, es claramente obligatorio para todos, y toda desviación de ese orden es un acto de desobediencia”. Si buscáramos honestamente la voluntad de Dios, la única manera lógica de obtener ayuda en este tema sería yendo a la Palabra de Dios y empezar “desde cero”, diciendo: “No haremos nada, sino lo que se menciona en la Biblia en nuestro culto y ministerio ... ”. Esto es lo que intentaremos hacer al tratar el tema en este libro.
La necesidad de desaprender ciertas cosas
Antes de que intentemos presentar el orden de Dios en la Palabra de Dios para los cristianos que se reúnen para la adoración y el ministerio, lamentablemente, hay muchas ideas falsas que deben primero desaprenderse. De la misma manera que un constructor cava profundamente para quitar un montón de basura y material inestable antes de poner la primera piedra en el cimiento (Lucas 6:48), creemos que es necesario despejar ciertas ideas erróneas que han llegado a ser aceptadas en el mundo cristiano y que simplemente no tienen apoyo Escritural.
A lo largo del tiempo, muchas de las cosas del testimonio cristiano han sido adoptadas por muchos como si fueran el camino de Dios. Parece que muy pocos han pensado siquiera en comprobar si esas cosas están de acuerdo con la Palabra de Dios, que provee los estatutos y la guía del cristiano. La gente simplemente ha aceptado todo sin cuestionar. Uno de los problemas de esto es que cuando hemos vivido tanto tiempo con estas costumbres, tienden a instalarse en nuestras mentes y a ser aceptadas como la verdad, cuando en realidad son sólo tradiciones. Esas ideas preconcebidas nublan nuestros pensamientos y nos impiden ver la verdad. Por lo tanto, para muchos de nosotros, aprender la verdad del orden de Dios para la adoración y el ministerio significará que tendremos que desaprender algunas cosas que hemos aprendido (erróneamente) a lo largo de los años. Y eso no siempre es fácil.