Finalmente llegó el día en que se completaron el muro y las puertas. A pesar de los esfuerzos del enemigo, se logró en sólo 52 días (Neh. 6:15). A pesar del trabajo obvio involucrado, y el gran esfuerzo requerido para reemplazar las piedras que formaban el muro, nunca leímos sobre dificultades técnicas. ¡No, todas las pruebas vinieron de aquellos que se oponían a la obra!
La Palabra de Dios no es tan complicada que no podamos entenderla; la dificultad en la comprensión no es mecánica. Sin embargo, es sólo en la medida en que deseemos hacer Su voluntad, que la aprenderemos y entenderemos. “Si alguno desea practicar su voluntad, sabrá acerca de la doctrina, si es de Dios” (Juan 7:17 JND). Cuando somos egoístas, entonces todo se complica. Por otro lado, cuando buscamos hacer la voluntad de Dios, ¡debemos esperar mucha oposición!