"El Señor proveerá": Génesis 22:7-14

Genesis 22:7‑14
El alma podrá aprovechar de muchas maneras por las preciosas lecciones llenas del Espíritu que éste y otros pasajes proporcionan sobre la fe adoradora, la esperanza, la obediencia y la dependencia de Abraham. Ninguna recomendación podía ser más dulce de la que está escrita en la Palabra, “Él (Abraham) tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fué esforzado en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que todo lo que había prometido, era también poderoso para hacerlo” (Romanos 4:20-21).
Las palabras “Dios SE proveerá de cordero” han dado ocasión al pensamiento generalmente tenido y a menudo impreso como un lema, no yendo más allá de que el Señor proveerá misericordias temporales, tales como, los medios de vida, comodidades, alimento, salud, etc. Pero el registro de Génesis 22 Revela un propósito mucho más elevado, la provisión admirable de amor divino, que PARA SU PROPIO GOZO abriría el camino para que un Dios santo derramase Su afecto divino en las almas de los creyentes; removiendo las restricciones de las demandas de la justicia y la santidad de que el pecado fuese juzgado y quitado, PROVEYENDO UN SACRIFICIO EXPIATORIO.
El anuncio del Calvario en el ofrecimiento de Isaac; la bendita armonía del padre y de su hijo mientras que “fueron ambos juntos” al altar del sacrificio, revela a nuestros corazones castigados los propósitos de la gracia para abrir el camino para ricas bendiciones a nuestras almas, por cuanto Dios, “Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21).
Por lo tanto, reflexionamos en las palabras: “Dios SE proveerá de Cordero” como denotando el deseo maravilloso del corazón amoroso de Dios en remover todo obstáculo que refrenase el influjo más completo de ese querido amor Suyo para aquellos escogidos en Cristo antes de que el mundo empezase (Efesios 1:4). El Cordero “entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 4:25), probó ser para Dios Mismo el medio necesario por el cual “Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos 3:26).
No hubo un rescate aliviador para el Cordero que Dios proveyó: “El que aun a Su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros” (Romanos 8:32). Solamente yendo hacia la muerte pudo ese bendito Cordero de Dios prevalecer para abrir las compuertas para el derrame del amor del corazón de Dios. Así “DIOS SE PROVEERÁ” pone ante nuestras almas la manera que domina el corazón por la cual el sacrificio de Jesús —los sufrimientos del Salvador— han llegado a ser los medios por los cuales el amor que procuró expresarse, pueda ahora tratar con el pródigo que regresa, de acuerdo con Lucas 15:20: “Violo su padre, y fué movido a misericordia, y corrió, y echóse sobre su cuello, y besóle”.