UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”. Judas 20-21
Fue escrita por Judas, hermano de Santiago, también llamado Jacobo. Se dirige a los creyentes llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo.
La apostasía había cundido, y los cristianos habían recibido instrucciones de contender eficazmente por la fe que les había sido encomendada.
Algunos hombres malvados habían entrado encubiertamente, convirtiendo la gracia de Dios en disolución, negando a Dios que es el único que tiene dominio, y negando al Señor Jesucristo. Tres circunstancias se presentaron para mostrar cómo fue castigada esta apostasía que en figura ya se había iniciado desde la antigüedad:
(1) Algunos rescatados de Egipto fueron destruidos (versículo 5).
(2) Los ángeles caídos fueron reservados en prisiones de obscuridad hasta el gran día (versículo 6).
(3) Sodoma y Gomorra cayeron sufriendo el juicio del fuego eterno (versículo 7).
Tres etapas de discernimiento de la verdad se mencionan en el versículo 11.
El camino de Caín: la voluntad y naturaleza del odio del hombre manifestado contra Dios y exteriorizado con una religión sin la sangre como base de la redención.
El error de Balaam: buscar la recompensa (dinero, poder o aplauso), o sea la corrupción eclesiástica tan marcada en estos días. Véase Apocalipsis 2:14.
La contradicción de Coré: oposición al sacerdocio de Cristo y a la autoridad. Véase Números 16.
Los santos tienen enumeradas las cosas que deben observar en vista de la apostasía o impiedad de los últimos días (versículos 20 y 21) Son los siguientes:
Edificarse sobre la santísima fe.
Orar en el Espíritu Santo.
Conservarse en el amor de Dios; y
Esperar la misericordia del Señor Jesucristo para vida eterna.
La epístola acaba con una doxología de alabanza (versículos 24 y 25).
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Judas 15
“para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra Él”. En este versículo vemos el futuro de los apóstatas. ¡Qué triste es cuando hay los que andan entre los cristianos, participando, haciendo una profesión, y engañando a los otros y tal vez a sí mismos porque nunca se han arrepentido de sus pecados! En el tiempo del juicio, parece que van a estar en rebelión abierta en contra del Señor Jesucristo. ¿Cuál es la causa?
Muchas veces se predica el evangelio sin insistir en la necesidad de arrepentimiento. Es como sembrar semilla sin trabajar la tierra primero. La aceptación del evangelio está en la cabeza no más. Aún hoy en día algunos de los enemigos más fuertes del evangelio pueden ser los que han pasado mucho tiempo en una congregación. ¡Es tiempo de examinar nuestros propios corazones y nuestra forma de predicar el evangelio!