Eterna Perdición

 •  3 min. read  •  grade level: 14
Listen from:
Esto se refiere al juicio que pertenece a aquellos que están eternamente perdidos (Mateo 25:46). Ellos existirán en el infierno eternamente, donde pagarán el precio por sus pecados. (Véase Infierno)
Algunos piensan que “eterna perdición” (2 Tesalonicenses 1:9; Filipenses 3:19; Mateo 7:13; 2 Pedro 2:1, 2:12, 3:16, etcétera) significa que las personas son consumidas por el fuego del juicio de Dios, y así dejan de existir. Esta falsa doctrina es llamada aniquilacionismo. La Palabra de Dios indica que “eterna perdición” no tiene que ver con la pérdida del ser de una persona, sino con la pérdida de su bienestar eterno bajo el juicio de Dios.
Job 14:2222But his flesh upon him shall have pain, and his soul within him shall mourn. (Job 14:22) y Job 30:2424Howbeit he will not stretch out his hand to the grave, though they cry in his destruction. (Job 30:24) dan a entender claramente que los incrédulos siguen existiendo después de morir. Dice que ellos “claman” y se “entristecen” incluso después de ser destruidos. Apocalipsis 19:20 nos dice que la Bestia y el Falso Profeta fueron lanzados vivos al lago de fuego. En el capítulo 20 nos dice que el diablo es lanzado en el abismo durante el Milenio, y entonces es soltado. Y después de una breve rebelión, leemos: “Y el diablo que los engañaba, fué lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás” (Apocalipsis 20:10). Nota: ¡La Bestia y el Falso Profeta estaban todavía allí en el lago de fuego después del reinado de mil años de Cristo! Ellos no dejaron de existir. Nuevamente, dice en Apocalipsis 14:10-11, “y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero: y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran á la bestia y á su imagen, no tienen reposo día ni noche.” El tormento es una condición que requiere que una persona exista para soportarlo. No se puede atormentar lo que no existe. El Señor también dijo: “Donde el gusano de ellos no muere” (Marcos 9:48). Esto indica que los tormentos de una conciencia culpable no se extinguirán en los perdidos bajo el castigo eterno. Por otra parte, varias Escrituras nos dicen que el fuego del juicio de Dios sobre el perdido “nunca se apagará” (Mateo 3:12; Marcos 9:43, 9:45; Lucas 3:17). ¿Qué necesidad habría de que el fuego continuara si aquellos que fueron lanzados a él fuesen aniquilados inmediatamente? Algunos dicen que la propia muerte es el juicio, pero la Escritura dice, “está establecido á los hombres que mueran una vez, y después (de la muerte) el juicio” (Hebreos 9:27). Si “después” de la muerte viene el juicio, ¿cómo podría la muerte ser el juicio?
Incluso en el lenguaje común, “perdición” no significa la cesación de la existencia. Por ejemplo, si tomamos un hacha y hacemos pedazos una bonita mesa de madera, podríamos ser acusados de echar a perder la mesa. Sin embargo, habría tanto material tirado en una pila inútil en el piso como cuando era una bonita mesa. Una vez destruida, ella no puede ser utilizada más para el propósito para el cual fue hecha—pero el material del que fue construida todavía existe. Es lo mismo con la perdición de los seres humanos. El hombre fue hecho para la gloria de Dios (Isaías 43:21; Apocalipsis 4:11); si él va a la “eterna perdición,” él no puede más ser capacitado por la salvación para el propósito para el cual él fue creado.