Éxodo 25-27: Unos símbolos del Tabernáculo

Exodus 25‑27
Alguien ha dicho que la Palabra de Dios es como un libro que tiene texto y dibujos. El Nuevo Testamento provee el texto con la doctrina a la luz de la obra consumada de Cristo y Su resurrección de entre los muertos; en cambio el Antiguo Testamento contribuye con ejemplos o ilustraciones de las doctrinas que hallamos en el Nuevo. Razón por la que resulta muy provechoso para el alma escudriñar los símbolos que la Palabra de Dios usa para aprender más de Él. Romanos 15:4 nos explica: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. Así que aunque los detalles literales estaban dirigidos a otros, la aplicación de estas escrituras del Antiguo Testamento sirve para nuestro bien espiritual.
El estudio del Tabernáculo es un campo que está lleno de joyas espirituales; pues ilustra de manera maravillosa cómo podemos adorar a Dios y también Su carácter. Tan solo estudiaremos uno de ellos: el arca del testimonio; pero el altar de bronce, las lámparas, las vestimentas de los sacerdotes y muchos más que se mencionan, bien merecen que los escudriñemos cuidadosamente. Además, cada material utilizado en la construcción del tabernáculo tiene su significado espiritual.
“Harán también un arca de madera de acacia... Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor” (Éxodo 25:10-11). La madera es un símbolo común en la Palabra de Dios que simboliza la humanidad; por ejemplo en Marcos 8:24 leemos: “Veo los hombres como árboles”. En este versículo vemos la conexión entre el hombre y la fuente de la madera: el árbol.
El arca estaba hecha de una madera muy especial: la acacia; esta madera es como el ciprés, porque dicen que es casi incorruptible. Al meditar en esto reconocemos que nuestro Señor Jesucristo se hizo hombre, pero un hombre sin mancha y cuando fue tentado no cedió a la tentación ni tampoco podía; pues fue realmente un hombre perfecto e incorruptible. También notamos que la madera estaba cubierta con oro: un metal muy apreciado y valorado que tiene una belleza renombrada. Las Escrituras se refieren al oro más de 300 veces y en Apocalipsis 3:18 dice: “Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego”. Del contexto reconocemos que Dios está pidiendo que vayan a Él para recibir la justicia divina que Él otorga a todos los que se acercan en arrepentimiento. Cuando pensamos en oro puro, como el del arca, pensamos en la divinidad del Justo y Perfecto Dios.
En el arca tenemos una combinación de la humanidad incorruptible, la madera de acacia y la divinidad, el oro. ¿En quién hallamos esta combinación? Obviamente solo en el Señor Jesucristo. ¡Qué símbolos tan apropiados para aquel lugar donde Dios se encontraba con el hombre en el Antiguo Testamento! En Éxodo 40:20 hallamos algo muy interesante: “Y tomó el testimonio y lo puso dentro del arca...”. Solo Jesucristo cumplió la ley a la perfección, esto es, el testimonio. Pero Su perfección provino de Su interior; pues no es que simplemente logró no pecar, sino que desde dentro Su deleite es hacer la voluntad de Su Padre. Y, ¿qué significan el altar de bronce, el altar del incienso y la fuente de bronce? Medita bien sobre el material con el que fueron construidos y pide la guía y ayuda del Espíritu Santo para entender estos preciosos símbolos.