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The Will of God or the Will of Man?
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«Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad» (1ª Timoteo 2:3‑4).
Mi amado lector, no cabe la menor duda de que Dios quiere que usted sea salvo. No solo nos lo dice en las Sagradas Escrituras, sino que obró una salvación tan grande incluso a un costo muy alto para Sí mismo; pues de esta manera podemos entender que en verdad es Su deseo, como lo leemos en Juan 3:16: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». También en 2ª Pedro 3:9 nos dice que «el Señor...es paciente... no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento». El juicio de Dios muy pronto caerá sobre este mundo, pero Dios desea profundamente que usted sea salvo, así que continúa esperando que se acerque a Él en verdadero arrepentimiento y que deposite su fe en nuestro Señor Jesucristo.
El hombre siempre ha sido contrario a Dios. Cuando en el principio Dios le dijo a Adán que no comiese del árbol del conocimiento del bien y del mal, el hombre obedeció más bien a la sugerencia de la serpiente (Satanás) y comió. Es más, cuando el Señor Jesús vino al mundo para buscar y salvar a los perdidos, tuvo que decirles: «y no queréis venir a Mí para que tengáis vida».
Hacia el final de Su vida terrenal aquí en este mundo, el pueblo judío Le llevó ante Poncio Pilato, el gobernador romano de aquel entonces, para que le condenase a muerte. La Escritura nos relata que luego de disputar con el pueblo tratando de librarle, él finalmente cedió y «entregó a Jesús a la voluntad de ellos» (Lucas 23:25). Pero, ¿qué deseaban ellos?...Matar al Bendito Hijo de Dios de la forma más miserable y terrible que podían pensar.
Al observar todo este acontecimiento desde el inicio, Dios hubiese quedado completamente justificado si aniquilaba al hombre por tan terrible crimen cometido contra Su Amado Hijo. Pero en vez de juzgar así a la Humanidad, Dios levantó al Señor Jesús de entre los muertos y por medio de Él, ahora nos ofrece perdón gratuito para todo aquel que arrepentido acude con fe a los pies de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Además, le da la vida eterna, el don del Espíritu Santo y la esperanza de un hogar en la casa celestial de Su Padre.
Sin lugar a dudas, Dios ha demostrado que quiere salvarle; pero en realidad, lo único que impide que usted sea salvo es su propia voluntad.