Gran Tribulación

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La “grande aflicción” (Mateo 24:21) se refiere a la terrible persecución que será dirigida al remanente judío fiel durante la segunda mitad de la 70a semana de Daniel (Daniel 9:27). También se le llama “tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7), “tiempo de angustia” (Daniel 12:1), y “la hora de la tentación” (Apocalipsis 3:10). Ella durará 1260 días (Apocalipsis 11:3, 12:6).
La causa de esta persecución será el resultado directo del remanente fiel de los judíos rehusar recibir la marca de la bestia y adorar su imagen (Apocalipsis 13:14-16). Esto provocará el odio amargo de la Bestia y del Anticristo, y ellos desencadenarán contra el remanente la más terrible persecución que el mundo jamás ha conocido (Mateo 24:21). Ellos harán “guerra” contra los santos y “vencerán” a muchos en martirio (Apocalipsis 11:7, 12:13-17, 13:7, 13:15; Salmo 12:1; Isaías 57:1). Los judíos apóstatas en la tierra, que recibirán al Anticristo y adorarán la imagen de la Bestia, ayudarán en la persecución de sus hermanos. W. Scott menciona que este terrible período de persecución “será acortado” por el Señor por unos 17 ½ o 18 días a causa de los escogidos (Mateo 24:22). Esto se ve en el hecho de que los últimos tres años y medio de la semana profética, que son 1278 días (42 meses), serán reducidos a 1260 días (Exposition of the Revelation of Jesus Christ , p. 172).
En la mitad de la semana profética, la Bestia personal (el “cuerno pequeño”—Daniel 7:8, 7:20-21) se levantará y asumirá el papel de “príncipe” romano como líder de la confederación occidental de diez naciones—“la bestia” (Apocalipsis 13:1). (Estas potencias occidentales también pueden ser referidas como el Imperio romano revivido). Al asumir el cargo, el nuevo líder del imperio romperá los términos del “pacto [acuerdo]” (“la protección de las abominaciones” – traducción J. N. Darby) que se habrá firmado con la masa incrédula de judíos (Daniel 9:27).
El imperio entonces, bajo este hombre diabólico, tomará el control de la tierra de Israel y la mantendrá como parte del imperio. Él abolirá todo culto judío para dar paso a un nuevo tipo de religión—“la abominación espantosa”—que es la adoración a la bestia y a su imagen (Daniel 12:11; Mateo 24:15; Apocalipsis 13:14-16). Como resultado, las cosas se convertirán espiritualmente en densas tinieblas en el reino de la Bestia—el Occidente (Apocalipsis 8:12). El verdadero conocimiento de Dios será abolido de su reino y habrá hambre por la Palabra de Dios (Amos 8:11-12).
Como se ha mencionado, todos en el reino de la Bestia, que se nieguen a recibir la marca de la Bestia y a adorar su imagen serán perseguidos. Muchos serán perseguidos hasta la muerte (Apocalipsis 13:7, 13:15). Por causa de la ciudad de Jerusalén y la tierra de Israel de entregarse a la maldad de la idolatría que el Anticristo va a introducir, y por la persecución que le seguirá, el remanente judío se verá obligado a huir a los montes, las cuevas y las cavernas de la tierra en busca de seguridad. Serán perseguidos sin medida (Salmos 42-72—el 2º Libro de los Salmos; Mateo 24:16-21; Apocalipsis 12:6, 12:14-15). La persecución será tan severa que la gente dudará en expresar sus pensamientos a sus propios cónyuges o a miembros de su familia por temor a ser entregados a las autoridades. El amigo más querido no será digno de confianza (Jeremías 9:4-5; Miqueas 7:2, 7:5-6; Mateo 10:21-23).
Algunos del remanente judío huirán a los montes de Judea por protección (Mateo 24:16). Otros huirán hacia el este, a la tierra de Moab—Jordania hoy en día (Isaías 16:3-4; 1 Samuel 22:34; Salmo 44:11; Salmo 61:2). Otros irán al norte hasta las montañas de Hermón, al sur del Líbano (Salmo 42:6). Aunque la mayoría del remanente huirá, un pequeño número quedará atrás en Jerusalén. Dios los usará para mantener un testimonio adecuado para Sí mismo (expresado por los “dos testigos”) en cara a la idolatría. Ellos serán milagrosamente protegidos por Dios a través de toda la duración de su testimonio de 1260 días, y entonces Él permitirá que sean martirizados (Apocalipsis 11:3-13).
La Gran Tribulación terminará con el ataque del Rey del Norte y su confederación árabe (Daniel 11:40-42). Los judíos apóstatas, que persiguen al remanente, serán masacrados por los ejércitos atacantes. El rey de ellos (el Anticristo), que prometió seguridad para los judíos, huirá de su puesto en la tierra (Zacarías 11:17), dejando a los judíos apóstatas que confiaron en él a ser masacrados (Isaías 8:21-22). ¡Aproximadamente 10 millones de judíos apóstatas serán muertos por los ejércitos atacantes! (Zacarías 13:8). Después de eso, el Señor aparecerá del cielo para juzgar a los enemigos de Israel. Él restaurará y bendecirá a la nación (el remanente de los judíos que sobrevivió y los verdaderos entre las diez tribus) de acuerdo con las promesas de los profetas del Antiguo Testamento (Romanos 11:26-27; Oseas 6:1-3; Malaquías 4:2).