Hageo 1

Haggai 1
Hageo 1
Bajo tales condiciones, el Espíritu de Dios visita a Hageo, y por medio de él la palabra del Señor se dirige a Zorobabel el jefe de Judá, y a Josué el sumo sacerdote, y a la congregación de cautivos que regresaron (Hag. 1:1).
Fue en el segundo año de Darío, rey de Persia, que Hageo fue llamado por el Espíritu. Esta notificación del tiempo tiene significado en ella. Revela la degradación de Israel. La moneda de los romanos va de ida y cuando a través de la tierra, e Israel entonces será enseñado por su tierra a aceptar esa insignia de su estado vasallo; y así ahora el Espíritu les enseña la misma lección, marcando las eras de su historia por el reinado de los persas.
Hageo comienza desafiando a la gente a causa de su descuido de la casa de Dios y su preocupación por sus propias casas; y les pide que tomen conocimiento de su condición actual como consecuencia de esto, y que señalen cuán desigual era el fruto que estaban recogiendo de sus campos y viñedos al trabajo que habían gastado en ellos (Hag. 1: 2-11). Y, bajo esta reprensión, el pueblo es traído de nuevo al temor de Dios; y el miedo siendo despertado, la conciencia siendo alcanzada, el barbecho de la naturaleza arada, la misma voz de Dios por Hageo comienza su ministerio de consuelo y aliento. “Yo estoy con vosotros, dice el Señor” (Hag. 1:13). Pero el Espíritu visitó el corazón de la gente, así como los labios del profeta, y por lo tanto se llegó al final del ministerio. “Y Jehová despertó el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué, hijo de Josedec, sumo sacerdote, y espíritu de todo el remanente del pueblo; y vinieron y obraron en la casa del Señor de los ejércitos, su Dios” (Hag. 1:14).