Introducción

Romans  •  2 min. read  •  grade level: 16
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El autor de estas notas recomienda de forma decidida un estudio detenido y en oración de esta epístola como el fundamento de todo conocimiento de las Escrituras. Bien recuerda el autor el beneficio que recibió durante dos años, al dejar de lado todo otro tipo de lectura y dedicarse al estudio de esta epístola, con algunas otras personas, en su juventud, hará unos cuarenta años.
No puede sorprendernos que contenga una verdad tan sólida y fundamental cuando recordamos que fue escrita a la asamblea en lo que entonces era la metrópoli del mundo entero.
Es importante y útil observar, al leer cualquiera de las preciosas epístolas o libros de las Sagradas Escrituras, el carácter y designio de cada libro, y también el orden y las divisiones del mismo. El tema del Espíritu en esta epístola es evidentemente revelar la relación de Dios con el hombre y del hombre con Dios—la manera en que Dios podía ser justo al justificar al hombre. Por ello, es el fundamento de toda verdad.
El lector cuidadoso observará en el acto tres divisiones en esta epístola. Los capítulos 1 a 8 revelan a Dios el Justificador—el evangelio de Dios a judíos y gentiles sin diferencia, exhibiendo a ambos la misma gracia. Los capítulos 9 a 11 exponen que Dios no ha olvidado Sus promesas a Israel, sino que a su debido tiempo las cumplirá todas a ellos como nación. Los capítulos 12 hasta el final contienen la parte preceptiva.
Tenemos, por otra parte, una subdivisión muy importante en los primeros ocho capítulos. Hasta el capítulo 5:11 se trata de la justificación respecto a los pecados; luego, hasta el final del capítulo 8 se trata más de la cuestión de la justificación y de la liberación respecto al pecado. Pasaremos ahora al capítulo 1.