Introducción

 
Durante los cincuenta años en los que el autor de este folleto ha permanecido entre cristianos reunidos solamente en el nombre del Señor, de acuerdo con la promesa de Su presencia en medio de dos o tres (Mateo 18:20), ha presenciado repetidos intentos para llegar a introducir la música instrumental como un auxiliar para el testimonio evangélico. Hasta ahora estos esfuerzos han sido limitados a las actividades de las escuelas dominicales, trabajo misionero, reuniones juveniles, cultos de evangelización, casamientos y funerales.
Considerando que esta tendencia es manifiesta hoy día, juzgamos oportuno volver a examinar el cuerpo completo de la conexión, si es que la hubiere entre los instrumentos musicales y la cristiandad bíblica. Precisamos de la gracia para llevarla a cabo, no con espíritu de controversia, sino más bien mediante una búsqueda seria y cabal de la Palabra para conocer la mente del Señor en este asunto. La Palabra de Dios es siempre el último tribunal de apelación en todo lo que concierne al orden en su casa. Que así examinemos esta cuestión con corazones prestos a aprender y busquemos solamente Su propósito tal como Él se ha complacido en revelarlo a nosotros. “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20).
Edición española arreglada por J.H.S. Traducida por A.C.D. y R.G.V. 1960