Introducción

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Para que un creyente sea establecido en la plena revelación de la verdad cristiana, necesitará comprender lo que le fue dado a la Iglesia en el doble ministerio de Pablo. En Romanos 16:25, Pablo habla de estas dos cosas como “mi evangelio y la predicación de Jesucristo” y “la revelación del misterio”. Su “evangelio y predicación” se revela en la epístola a los Romanos, y la “revelación del misterio” se revela en Efesios y Colosenses. El evangelio anuncia lo que Dios tiene para la bendición del hombre, mientras que el Misterio revela lo que es para el disfrute de Dios acerca de Su Hijo.
El misterio
“El misterio” es un secreto que Dios ha mantenido escondido en Sí mismo “desde tiempos eternos”, pero ahora lo ha dado a conocer por las revelaciones especiales dadas al apóstol Pablo (Efesios 3:4-5; 3:9; Colosenses 1:26; Romanos 16:25). Revela el gran propósito de Dios de glorificar a Su Hijo en dos esferas: en el cielo y en la tierra, en el mundo venidero (el Milenio), a través de un vaso de testimonio especialmente formado, la Iglesia, que es la esposa y el cuerpo (místico) de Cristo.
El Misterio no es Cristo en Su santa y gloriosa Persona, ni es Su vida en perfección mientras caminó en este mundo, ni es Su muerte, resurrección y venida (Su Aparición) para reinar sobre este mundo. Todas estas cosas fueron mencionadas en el Antiguo Testamento y conocidas por aquellos que estaban familiarizados con esas Escrituras. El Antiguo Testamento presagia un Mesías judío reinando sobre la tierra, con Israel y las naciones gentiles regocijándose en sumisión a Él. Pero el Misterio revela algo más; cuando Cristo reine, tendrá un complemento de Su lado: la Iglesia, Su cuerpo y Su esposa. Dios usará este vaso especial para realzar la gloria de Cristo en ese día venidero de la manifestación. Además, el Misterio revela que Cristo no solo reinará sobre la tierra, sino que el universo entero estará bajo la administración de Él y Su esposa.
Pablo les dijo a los ancianos de Éfeso: “Porque no he rehuído de anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27). Por lo tanto, aquellos a quienes les estaba escribiendo deben haber tenido ya algún contacto con estas verdades maravillosas.
El desarrollo de la verdad en las epístolas
Se ha mencionado con frecuencia que la verdad más exaltada en toda la Biblia se encuentra en la epístola a los Efesios. En las epístolas de Pablo, hay una clara progresión en cuanto a la verdad relacionada a nuestra identificación con Cristo:
 
 
 
 
Sentados
 
 
 
Resucitados
Resucitados
 
 
 
Vivificados
Vivificados
 
 
Sepultados
Sepultados
 
Muertos
Muertos
Muertos
 
Crucificados
Crucificados
 
Gálatas
Romanos
Colosenses
Efesios
La Epístola a los Efesios no presenta a Cristo como “crucificado”, “muerto” o “sepultado”, como en Gálatas, Romanos y Colosenses. Comienza desarrollando la verdad acerca de nuestra identificación con Él al otro lado de la muerte, como “vivificados”, “resucitados” y “sentados” con Él, en las regiones celestiales (Efesios 2:5-6). La epístola ve al creyente en el terreno más alto en Cristo, y revela la más amplia gama de bendiciones que tenemos en Él.
Dos perspectivas diferentes del hombre en la carne en las epístolas de Pablo
La condición caída del hombre se ve de dos maneras diferentes en las epístolas de Pablo:
•  En Efesios y Colosenses, el hombre es visto como muerto en sus pecados (Efesios 2:1-3; Colosenses 2:13).
•  En Romanos y Gálatas, el hombre es visto como vivo en sus pecados (Romanos 1:32; Gálatas 1:4).
Además, en Romanos, Cristo Mismo es visto como vivo en la tierra, nacido de la simiente de David según la carne, y declarado Hijo de Dios (Romanos 1:3-4). Por otro lado, en Efesios y Colosenses Cristo es visto como muerto, y luego el poder de Dios obra en Él para levantarlo de entre los muertos y sentarlo a la diestra de Dios (Efesios 1:19-21; Colosenses 1:18; 2:12).
El remedio para la doble condición caída del hombre se encuentra en Cristo de dos maneras: en Su muerte y en Su resurrección. En Romanos, se considera que el hombre vive en la tierra como un pecador culpable ante Dios. Se encuentra tan afectado por el desorden de sus pecados, y bajo el control de su naturaleza pecaminosa, que no tiene poder para detener el curso pecaminoso de su vida. La forma de Dios de liberarle de su lamentable condición es hacerle pasar por la muerte. Este es el aspecto de la verdad que es desarrollado en Romanos. Se introduce la muerte de Cristo (y nuestra identificación con ella) como el remedio para esta condición. Cristo murió y derramó Su sangre (Romanos 3:25; 4:25; 5:6-8) para quitar los pecados del creyente, y también para acabar judicialmente con el pecador ante Dios, y así romper su conexión con esa condición en que vive (Romanos 6:1-11; Gálatas 2:20). Pero en Efesios, el hombre es visto como muerto en sus delitos y pecados (Efesios 2:1), y el remedio para él se encuentra en el poder de Dios que resucitó a Cristo de entre los muertos, obrando para vivificarlo junto con Cristo (Efesios 2:5). Así, es libertado del estado de muerte espiritual en el que había estado atrapado.
Las dos partes de la epístola
Si bien la verdad que Pablo presenta en esta epístola es muy elevada, Dios quiere que sea extremadamente práctica. Hay dos divisiones principales en la epístola: los capítulos 1–3, que son doctrinales, y los capítulos 4–6, que son prácticos. Dado que cada doctrina cristiana tiene una aplicación moral y práctica en la vida de los creyentes, las exhortaciones dadas en los últimos tres capítulos se basan en las doctrinas establecidas en los primeros tres capítulos.
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Publicado por:
CHRISTIAN TRUTH PUBLISHING
9-B Appledale Road
Hamer Bay (Mactier) ON P0C 1H0
CANADÁ
Primera edición en inglés—febrero de 2009—versión 1.5
Primera edición en español—junio de 2021
Nota: La mayoría de las Escrituras citadas en este libro han sido tomadas de la versión Reina-Valera Antigua. Aunque la mayoría de los lectores probablemente están más familiarizados con la versión de 1960, ésta tiene derechos de autor, por lo que hemos utilizado la Antigua versión. En los lugares donde la Antigua versión no provee el sentido correcto, se han traducido pasajes de las traducciones de King James, J. N. Darby, o W. Kelly para ayudar a transmitir los pensamientos de la obra original en inglés. Estas versiones, en especial la de J. N. Darby, son fieles traducciones de los idiomas originales.