Introducción

James
Ésta es la epístola inspirada más antigua del Nuevo Testamento, escrita alrededor del 45 d. C. En aquel tiempo, la Iglesia estaba predominantemente compuesta por creyentes judíos; los gentiles apenas empezaban a ser salvos y a sumarse a su número. En cuanto a la comprensión de la verdad plena del cristianismo, la Iglesia se encontraba en un período de transición. Los creyentes en aquel tiempo no habían llegado a comprender plenamente la fe que habían asumido, en gran parte porque la enseñanza del apóstol Pablo, que expone “todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27; Colosenses 1:25), no les había sido dada todavía. En consecuencia, no se separaron totalmente, en la práctica, del orden judío, que el escritor de Hebreos llama “el campamento” (Hebreos 13:13, LBLA). Esa epístola, que insiste en la completa separación del judaísmo, no se escribió hasta más tarde, alrededor del 63 d. C. Los creyentes judíos en el Señor Jesucristo no habían comprendido el significado de Su enseñanza en Juan 10:1-9, que habla de ser conducido fuera del “redil” judío a la plena luz y libertad del privilegio y servicio cristiano en Su “rebaño” (Juan 10:16).
Por lo tanto, estos judíos cristianos aún estaban, entendiblemente, muy apegados a sus sinagogas y ese orden judío de las cosas. Se aferraban con tenacidad de la Ley de Moisés (Hechos 21:20), desconociendo las alturas de la posición celestial, el llamado y el destino de la Iglesia. Se veían a sí mismos como un remanente fiel e iluminado del pueblo judío (por ej., Daniel 11:35; 12:3) que tenía nuevas esperanzas para la nación, centrado en el Señor Jesucristo, el Mesías de Israel. Su esperanza era ver el reino de Cristo establecido en la tierra acorde a las enseñanzas de los profetas del Antiguo Testamento. Ellos creían que esto ocurriría pronto.
Debemos tener esto en cuenta al leer la epístola de Santiago; las cosas son vistas desde un punto de vista muy judío, aunque eran creyentes en el Señor Jesucristo.
El propósito de la epístola
Esta epístola es una de las epístolas judeocristianas en nuestras biblias (Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro). Estas epístolas fueron escritas para que los conversos judíos se familiarizaran con los diversos aspectos del cristianismo con los que naturalmente tendrían problemas al salir del judaísmo. En esta epístola, Santiago aborda ciertas preguntas, idiosincrasias y tendencias judías que estaban arraigadas en ellos, en su forma de pensar y su manera de ser. Tales “vendas” colgaban de estos judíos conversos y eran un obstáculo para su libertad y servicio cristiano. Por lo tanto, necesitaban quitárselas. Sin embargo, muchas veces aquellos que son salvados y salen del judaísmo no ven estos obstáculos con claridad y necesitan la ayuda de otros para quitarse esas cosas. Este fue el caso con las vendas que estaban en Lázaro. El Señor dijo a Sus discípulos: “Desatadle, y dejadle ir” (Juan 11:44). Esto es, esencialmente, lo que Santiago y Pedro (que eran ministros de la circuncisión) estaban haciendo por sus hermanos judíos en sus epístolas (Gálatas 2:7-9).
Aunque las cosas que Santiago aborda tienen una aplicación específica para los que tienen un origen judío, los principios prácticos que aborda aplican para todos los cristianos de todas las épocas, sean judíos o gentiles. El carácter práctico del libro es como “sal” que preserva a los santos separándolos del mundo y de las tentaciones que presionan a cada cristiano (Mateo 5:13). El libro, por lo tanto, es intensamente práctico, conteniendo muy poca enseñanza doctrinal. Es significativo que no hay ni una sola referencia a la obra redentora del Señor en la cruz. En cambio, Santiago se enfoca en cuestiones prácticos a las que se estaban enfrentando sus hermanos.
La importancia de vivir por fe
El propósito principal de Santiago al escribir esta epístola era recalcar a sus compatriotas, que habían recibido al Señor Jesucristo como su Salvador, la importancia de vivir según la fe. Viniendo del judaísmo, que se regía en gran medida por la vista y el oído, necesitaban aprender a andar por fe y no por vista, que es un elemento esencial del cristianismo (2 Corintios 5:7; Romanos 1:17; Gálatas 3:11; Hebreos 10:38). Por lo tanto, la epístola se enfoca en la necesidad de vivir por fe en las circunstancias cotidianas de la vida.
Al darse cuenta de que era muy probable que entre ellos hubiera algunos que no eran verdaderos creyentes en lo absoluto, Santiago se dirige a su audiencia como una compañía mixta de creyentes; algunos eran meros profesantes. Resalta la importancia de que cada creyente demuestre la realidad de su fe con una conducta propia de un verdadero cristiano. Los exhorta a una conducta práctica que manifieste su fe y, de este modo, demuestre que son verdaderos creyentes. El versículo clave del libro es el versículo 18 del capítulo 2: “Yo te mostraré mi fe por mis obras”. El hermano Nicolas Simón dijo que lo que en esencia Santiago estaba diciendo era: “Los verdaderos creyentes, por favor, ¡levántense!”. En otras palabras, era el momento de que aquellos que verdaderamente tenían fe en nuestro Señor Jesús se identificaran a sí mismos de entre las masas de meros profesantes cristianos, mostrándolo en sus vidas. Puesto que hoy en día hay más cristianos meramente profesantes relacionados con el cristianismo que nunca, esta epístola es más necesaria de lo que jamás ha sido.
La fe verdadera será manifiesta en la conducta de un creyente en las circunstancias cotidianas de la vida. Siendo este el caso, Santiago aborda situaciones que todos encontramos en nuestra vida cotidiana, y luego muestra como pueden ser usadas como oportunidades para validar nuestra fe en Cristo. En cierto sentido, Santiago se basa en las enseñanzas del Señor Jesús, que dijo: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20).
Bosquejo de la epístola
Como ya se ha mencionado, Santiago aborda una serie de ámbitos de la vida cristiana en los que la fe es necesaria y debe manifestarse. Si estas situaciones de la vida cotidiana se afrontan con fe, probaremos la realidad de nuestra fe; las virtudes y gracias morales del cristianismo se verán en nuestras vidas como prueba de nuestra fe.
•  La FE demostrada por la forma en que afrontamos las pruebas: con alegre sumisión y confianza en la bondad de Dios (capítulo 1:2-18).
•  La FE demostrada por la forma en que recibimos y respondemos a la Palabra de Dios: con obediencia (capítulo 1:19-27).
•  La FE demostrada por la forma en que tratamos a otros: con gracia y misericordia (capítulo 2:1-26).
•  La FE demostrada en nuestro hablar: con autocontrol (capítulo 3:1-18).
•  La FE demostrada al no ser gobernados por la carne, el mundo, y el diablo: con santidad (capítulo 4:1-17).
•  La FE demostrada por la forma en que afrontamos las injusticias: con paciencia (capítulo 5:1-13).
•  La FE demostrada por nuestra atención a los enfermos (físicamente y espiritualmente): con amor (capítulo 5:14-20).
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Publicado por:
CHRISTIAN TRUTH PUBLISHING
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CANADÁ
Primera edición en inglés: abril de 2013
Primera edición en español: febrero de 2025
Nota: La mayoría de las Escrituras citadas en este libro han sido tomadas de la versión Reina-Valera Antigua. Aunque la mayoría de los lectores probablemente están más familiarizados con la versión de 1960, ésta tiene derechos de autor, por lo que hemos utilizado la Antigua versión. En las instancias donde la Antigua versión no provee el sentido correcto, se ha usado La Biblia de las Américas (LBLA) o se han traducido pasajes de las traducciones de King James, J. N. Darby, o W. Kelly para ayudar a transmitir los pensamientos de la obra original en inglés. Estas versiones, en especial la de J. N. Darby, son fieles traducciones de los idiomas originales.
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