Isaías 1: Introducción a Isaías

Isaiah 1
La profecía ocupa un lugar muy destacado en las Escrituras y el libro de Isaías es uno de los más completos, pues trata muchos temas importantes y nos da bastantes detalles sobre lo que sucederá muy pronto aquí en la tierra. Pero las profecías de Isaías, en su mayoría, tienen que ver con Israel y no con nosotros, la iglesia. Entonces, ¿por qué es provechoso estudiar el libro? Primero porque habla sobre la gloria de Cristo nuestro Señor, Salvador y fiel Amigo. ¡Y todo lo que tiene que ver con Aquel Ser tan querido es precioso para nosotros! Segundo, cuando estamos estudiando la profecía respondemos al deseo que Él tiene de compartir con nosotros. Mira lo que dice Santiago 2:23: “Abraham creyó ... y fue llamado amigo de Dios” y en Génesis 18:17 leemos: “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer”. En estos pasajes observamos que Dios comparte sus secretos con sus amigos; pues iba a destruir Sodoma y Gomorra, pero quiso compartir aquellos planes con su amigo Abraham, antes de llevarlos a cabo. ¡Hoy en día anhela hacer lo mismo con nosotros! Finalmente, estudiar lo que va a pasar en el futuro debe tocar en lo más profundo nuestra conciencia y corazón. En la profecía leemos sobre la justicia de Dios, el mundo bajo condenación, Su modo de obrar en disciplina y Su amor constante. ¡Y todo esto debe tener un efecto moral en nosotros!
En esta pequeña meditación solo podemos considerar un bosquejo muy breve. El libro de Isaías tiene tres secciones importantes. Isaías 1-35 trata de manera histórica la restauración de Israel como una nación; describe el juicio contra las naciones e Israel; y, también nos enseña sobre la bendición que acontecerá en el milenio, después de los tiempos angustiosos. Isaías 36-39 menciona un intervalo histórico que muestra la liberación del pueblo de Dios. Isaías 40-66 habla de la historia moral de Israel y el reconocimiento de su Mesías, Cristo Jesús; pues al final reconocerán que han rechazado al Mesías y tendrán que arrepentirse por eso. El primer capítulo da una pequeña introducción a todo el libro y el último un pequeño resumen.
Veamos brevemente algunos detalles en Isaías capítulo 1. Es importante notar que Dios considera el estado moral de una persona como lo esencial y no mira simplemente a los detalles ceremoniales. Dios dice: “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación ... son iniquidad vuestras fiestas solemnes” (Isaías 1:13). ¡Las ceremonias sin Dios son una abominación para Él! Así que en el capítulo uno Dios presenta las causas contra Israel por su pecado, el juicio venidero y un llamado al arrepentimiento. En primer lugar dice: “ ... Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí” (Isaías 1:2). Esto muestra que los judíos han rechazado a su Mesías por la rebelión de sus corazones: Él les dio todo y ellos a cambio le crucificaron. Cuando hemos pecado hay que arrepentirnos para ser restaurados. Los problemas y tribulaciones de este libro tendrán como finalidad llevar a cabo la restauración del pueblo de Israel. En segundo lugar el pueblo provocó a Dios con sus ídolos: “ ... Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás” (Isaías 1:4). No es que solo se rebelaron contra un Dios bondadoso y poderoso, sino que escogieron ídolos sordos e impotentes para reemplazarle; la contaminación fue completa porque dice: “Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana ... ” (Isaías 1:6). Pero al final, Dios ofrece el perdón a los arrepentidos: “ ... si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). Dios siempre disciplina a los suyos en amor y con el fin de restaurarles.