El gran objetivo del apóstol en esta porción de la epístola es desarrollar el carácter bendito del sacerdocio de Cristo. Habiéndose referido al sacerdocio de Melquisedec para mostrar por analogía la dignidad del sacerdocio de Cristo, el apóstol rompe el hilo de su discurso para retomarlo al comienzo del capítulo 7.
En estos versículos entre paréntesis, el apóstol se refiere al estado espiritual de aquellos a quienes está escribiendo. Su aburrida condición de alma los expuso a una seria dificultad y un grave peligro. La dificultad era que eran incapaces de interpretar las figuras del Antiguo Testamento. Esto se menciona en el capítulo 5:11 al 6:1-3. El peligro era que, en su baja condición, algunos podrían abandonar la profesión del cristianismo y volver al judaísmo. Este peligro se desarrolla en el capítulo 6:4-8. Los versículos restantes del paréntesis expresan la confianza y esperanza del apóstol con respecto a aquellos a quienes está escribiendo (Heb. 6:9-20).