La propiciación significa el sacrificio que cumple con los reclamos de la naturaleza santa de Dios, con respecto a los pecados.
“Cristo Jesús; al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en Su sangre” (Romanos 3:24-25). En este pasaje se presenta a Cristo como Aquel que ha hecho la propiciación perfecta con Su propia sangre. Por la fe obtenemos el beneficio.
“Al cual Dios ha propuesto” habla del magnífico hecho de que era el corazón de Dios el que en pura gracia proveyó el sacrificio, el de Su propio Hijo amado.
Cristo “es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2). Este pasaje nos dice que la obra de la propiciación es para todo el mundo, a fin de que cualquiera de la raza de Adam pudiera venir a Cristo y ser salvo.
Dios no fue revelado como el “Dios Salvador” para todo el mundo hasta que vino Cristo e hizo la propiciación por el pecado. ¡Glorifiquémosle por su misericordia y cantemos a Su Nombre! (Romanos 15:9-10).