Los vestidos

Es muy marcada la diferencia entre los vestidos prescritos para los israelitas, mayormente para los sacerdotes. Citamos algunos pasajes al respecto: “... harás vestidos a Aarón tu hermano, para honra y hermosura. Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes Yo he henchido de espíritu de sabiduría, a fin que hagan los vestidos de Aarón, para consagrarle a que Me sirva de sacerdote. Los vestidos que harán son estos: el racional, y el ephod, y el manto, y la túnica labrada, la mitra y el cinturón. Hagan, pues, los sagrados vestidos a Aarón tu hermano, y a sus hijos, para que sean Mis sacerdotes. Tomarán oro, y cárdeno, y púrpura, y carmesí, y lino torcido de obra de bordador” (Éxodo 28:2-6).
“Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro por expiación, y un carnero en holocausto. La túnica santa de lino se vestirá, y sobre su carne tendrá pañetes de lino, y ceñiráse el cinto de lino; y con la mitra de lino se cubrirá: son las santas vestiduras; con ellas, después de lavar su carne con agua, se ha de vestir” (Levítico 16:3-4).
Son suficientes estos dos pasajes para mostrar que ni Aarón ni sus hijos podían desempeñar su oficio sacerdotal sin llevar los vestidos sagrados prescritos por mandamiento de Jehová.
Acerca del vestido, había un mandamiento para todo el pueblo: “No te vestirás de mistura, de lana y lino juntamente. Hacerte has flecos en los cuatros cabos de tu manto con que te cubrieres” (Deuteronomio 22:11-12).
Los israelitas fueron obligados a obedecer al pie de la letra esos mandamientos. Sin embargo, aun entre ellos, el pueblo terrenal de Jehová, el vestido fue usado en sentido simbólico; por ejemplo: “manto de alegría en lugar del espíritu angustiado” (Isaías 61:3); “en gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió de vestidos de salud, rodeóme de manto de justicia” (Isaías 61:10).