Nuevo Hombre

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Este término es encontrado en Efesios 4:24 y Colosenses 3:10. Así como el “viejo hombre,” el “nuevo hombre” es una expresión abstracta. Denota el nuevo orden de perfección moral en la nueva raza de creación bajo Cristo. El viejo hombre se caracteriza por ser “viciado conforme á los deseos de error,” pero el nuevo hombre se caracteriza por la “justicia” y “santidad” (Efesios 4:22-24).
El término “el nuevo hombre” es frecuentemente utilizado por los cristianos como si fuera sinónimo de la nueva naturaleza en el creyente. Esto es un malentendido generalizado entre los cristianos. Las personas dirían: “el nuevo hombre en nosotros necesita alimentarse de Cristo.” O, “nuestro nuevo hombre precisa de un Objeto—Cristo.” Estas declaraciones confunden al nuevo hombre con la nueva vida y naturaleza en el creyente, que definitivamente tiene deseos y apetitos, y precisa de un Objeto. Como se ha mencionado, el nuevo hombre es un término abstracto—no algo vivo en el creyente—el cual denota el nuevo orden moral de perfección en la nueva raza de la creación. Este punto fue mencionado en un periódico hace años: “¿Nuevo hombre es lo que somos por el nuevo nacimiento? No. [El nuevo hombre] es un término abstracto colocado aquí en contraste con los judíos, así como los gentiles. Es un orden totalmente nuevo del hombre obteniendo su carácter de Cristo” (Precious Things, vol. 4, p. 302).
El “nuevo hombre” se vio por primera vez “en Jesús” (Efesios 4:21). Es decir, los hombres vieron por primera vez esta perfección moral cuando el Señor caminó aquí en este mundo como Hombre (“Jesús” es Su nombre como Hombre). Toda característica moral del nuevo hombre fue vista en perfección en Él. Así como el viejo hombre no es Adán personalmente, tampoco el nuevo hombre es Cristo personalmente. G. Davison dijo, “El nuevo hombre no es Cristo personalmente, pero sí Cristo característicamente” (Precious Things, vol. 3, p. 260).
El énfasis de la exhortación de Pablo en los últimos versículos de Efesios 4 es que debemos poner en práctica lo que es verdad en principio. Puesto que somos cristianos, nos hemos despojado del “viejo hombre” y revestido del “nuevo hombre”—es una cosa que ya fue hecha (Efesios 4:24; Colosenses 3:10 – traducción J. N. Darby). Por ello, somos exhortados a dejar ese viejo estilo de vida corrupto que marca al viejo y vivir según lo que caracteriza al nuevo hombre. En Efesios 4 Pablo menciona una serie de transiciones morales que naturalmente deben resultar en la vida del creyente mientras camina en “justicia y en santidad de verdad.” Ellas son:
•  Honestidad en vez de falsedad (versículo 25).
•  Ira firme y justa contra el mal en lugar de indiferencia (versículos 26-27).
•  Dándoles a otros en lugar de robarles (versículo 28).
•  Hablando con gracia a los otros, en lugar de usar palabras corrompidas (versículo 29).
•  Bondad en lugar de amargura (versículos 31-32).
•  Misericordia [compasión] en vez de enojo (versículos 31-32).
•  Mostrando gracia a los demás en lugar de ira, gritería y maledicencia y toda malicia (versículos 31-32).
En Colosenses 3, Pablo menciona diez características morales del “nuevo hombre” que deberían ser vistas en los santos, pues exhiben la verdad de “Cristo en vosotros la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27):
•   Compasión (versículo 12).
•   Bondad (versículo 12).
•   Humildad (versículo 12).
•   Mansedumbre (versículo 12).
•   Longanimidad (versículo 12).
•   Paciencia (versículo 13).
•   Perdón (versículo 13).
•   Amor (versículo 14).
•   Paz (versículo 15).
•   Agradecimiento (versículo 15).
Puesto que el nuevo hombre está modelado según “la imagen de Aquel que lo crió,” nosotros, siendo parte de la nueva raza de la creación que se ha vestido del nuevo (Efesios 4:24; Colosenses 3:10), somos plenamente capaces de representar a Dios en este mundo. Las características morales del nuevo hombre serán vistas en nosotros mientras andamos “en el Espíritu” (Gálatas 5:22-25).