Prefacio

 •  1 min. read  •  grade level: 19
Listen from:
Este breve escrito ha sido redactado con el deseo de ayudar a almas ansiosas, porque el Señor quisiera que conociéramos nuestra plena salvación y nos gozáramos en ella.
En Romanos 8:23 se nos dice que debemos esperar para la redención de nuestros cuerpos, lo que tendrá lugar a la venida del Señor, pero podemos regocijarnos en el conocimiento presente de que Dios ha quitado nuestros pecados mediante la preciosa sangre de Cristo, y también en lo que ha hecho acerca de la naturaleza caída en nosotros (llamada “el viejo hombre”).
Hasta que nosotros, como el Israel de antaño, “estemos quedos, y veamos la salvación del Señor” tendremos conflictos interiores, y cuanto más desea uno complacer al Señor, tanto más intenso será el conflicto interior. Cada bendición espiritual es un don, no conseguida por nuestros propios esfuerzos. Es el conocimiento de Su amor y de lo que Él ha hecho por nosotros lo que nos constriñe a vivir para Él.
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16).