Primera epístola de Pedro

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UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que
también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría." 1 Pedro 4:13
Esta carta fue dirigida a los creyentes judíos, esparcidos en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, pero se extiende a todo el pueblo de Dios (2:10). Aparentemente fue mandada desde Babilonia, donde radicaban muchos judíos. La fecha en que fue escrita no se nos indica.
El tema es sobre la esperanza viva en los cielos, por la resurrección de Cristo, en contraste con la porción terrenal de los judíos. A los creyentes se les considera como extranjeros y peregrinos, cuya salvación será completada en el futuro (1:3-5).
Mientras tanto ellos estaban guardados en la virtud de Dios por la fe, para que alcanzasen la salvación preparada para ser manifestada cuando Cristo apareciera. Es decir, tendrán entonces su rescate completo. "Seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es" (1 Jn. 3:2).
El apóstol cita Éxodo 19 y Oseas 2:23, exhortándoles a andar sin tacha en medio de los gentiles y sufrir con paciencia, porque Cristo padeció una vez por los pecadores, el Justo por los injustos para llevarnos a Dios.
Les da varios consejos en cuanto a su conducta, referentes al gobierno de Dios en favor de los justos. Tenían que sufrir duras pruebas por amor de Cristo, y gozarse de ser participantes de las aflicciones de Él. Dice el apóstol: "Si alguno padece como cristiano, no se avergüence; sino glorifique a Dios por ello" (1 P. 4:16).
Pedro termina con ciertas recomendaciones a los ancianos, a los jóvenes y a las mujeres cuyos adornos no deben ser "el extremo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón." A los maridos se les exhorta: "... vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no tengan estorbo."
Esta epístola se dirige a nosotros como cristianos, para declararnos la realidad de nuestros privilegios espirituales, pero a la vez para que entendamos y reconozcamos que nuestro deber es sujetarnos al gobierno moral de nuestro Dios.
En conclusión, el apóstol exhorta a que se apaciente la grey de Dios, cuidando de ella, no por fuerza; tampoco por ganancia deshonesta; ni para tener señorío sobre los que están al cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
1 Pedro 5:5
"Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes." En el mundo, uno avanza muchas veces por defender sus derechos; pero en la iglesia Dios honra al que se sujeta a otros. La primera instrucción es que los jóvenes estén sujetos a los ancianos. ¿Dice aquí que los ancianos siempre están en lo correcto? ¡No! Pero esto no cambia la responsabilidad de los jóvenes. La segunda frase es aún más amplia, porque no define "los unos" y "los otros". Podemos ser muy afectados por el grito del mundo sobre los "derechos humanos"; sin embargo, Cristo enmudeció muchas veces en vez de defenderse, pero nosotros no mostramos la humildad del Hombre Divino. Y debemos recordar, cada día, cuando estemos vistiéndonos, revestirnos de humildad a la vez.