Redención

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Esto significa “comprado de nuevo y liberado.” Es usada en el Nuevo Testamento en aplicación a Israel y también a los cristianos.
En relación con Israel, históricamente, la nación fue redimida o liberada de la esclavitud de Egipto por el poder de Dios por medio de Moisés (Éxodo 6:6, 15:13, etcétera). Pero la redención completa y final de Israel de sus enemigos es todavía futura, cuando el Señor aparezca (Lucas 21:28). En un sentido exterior, la redención de ellos podría haber ocurrido cuando el Señor vino la primera vez (Lucas 1:68, 2:38), pero Él fue rechazado por Su pueblo (Isaías 53:3; Juan 1:11). En consecuencia, la redención de Israel como nación fue postergada para un tiempo futuro (Lucas 24:21). Cuando el Señor aparezca, Él redimirá a un remanente de los judíos y de las diez tribus, y así los libertará de todo poder adverso y hostil que ha operado contra ellos (Isaías 52:9; Oseas 13:14).
Con relación a los cristianos, la redención es vista de cuatro maneras:
1) La Redención de Nuestras Almas
Esto es algo que ocurre de una vez por todas cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador. Somos libertados de la sentencia de juicio que estaba sobre nosotros (Romanos 3:24; Gálatas 3:13, 4:5; Efesios 1:7; Colosenses 1:14; Tito 2:13-14; Hebreos 9:12; 1 Pedro 1:18). Una vez que hemos sido redimidos de esta manera, jamás tenemos que ser redimidos nuevamente.
Este aspecto de la redención tiene en vista la liberación del creyente para que pueda hacer la voluntad de Dios—en adoración y en servicio. Esto es ilustrado típicamente en las palabras del Señor a Faraón por medio de Moisés, “Deja ir á Mi pueblo, para que Me sirvan” (Éxodo 8:1). Como regla general, puesto que la palabra redimir envuelve “liberar,” la redención siempre es presentada en las Escrituras como siendo esto “de” alguna cosa adversa que mantiene a las personas en esclavitud (Éxodo 15:13; Salmo 25:22; Salmo 49:15; Salmo 130:8; Jeremías 15:21; Malaquías 4:10; Romanos 8:23; Gálatas 3:13; Tito 2:14). (En la versión Reina-Valera, Apocalipsis 5:9 dice, “Nos has redimido para Dios...” pero ahí, redimido no es la palabra correcta; debería ser traducido, “Nos has comprado para Dios”).
2) La Redención de Nuestro Tiempo
Este aspecto de la redención es algo que debería persistir durante toda nuestra vida como una cuestión de ejercicio diario. Tiene que ver con liberar “tiempo” (“aprovechar cada oportunidad buena y favorable” – Nota al rodapié de la traducción J. N. Darby en Efesios 5:16) y usarlo para el Señor. Este aspecto de la redención es mencionado dos veces en la Escritura, cada una con una esfera diferente de actividad y servicio cristianos.
•  Debemos liberar tiempo en nuestras vidas para que pueda ser usado en promover comunión y ánimo dentro de la comunidad cristiana (Efesios 5:15-21 – “entre vosotros”).
•  Debemos liberar tiempo y aprovechar las oportunidades para ser utilizados en el evangelio hacia aquellos que están fuera de la comunidad cristiana (Colosenses 4:5 – “para con los extraños”).
Dios colocó esta preciosa provisión—el tiempo—en nuestras manos. Algunos recibirán más, y otros menos. Ha sido dicho que la mayor pérdida de tiempo es gastarla en la satisfacción de intereses egoístas, pero que el mayor uso del tiempo es emplearlo al servicio del Maestro.
3) La Redención de Nuestros Cuerpos
Esto ocurrirá en el Arrebatamiento cuando seremos glorificados como Cristo (Romanos 8:23; 1 Corintios 15:51-57; Efesios 4:30; Filipenses 3:21). En aquel momento, seremos libertados de todos los obstáculos que tocan a nuestros cuerpos físicos. Este aspecto de la redención incluye la erradicación de nuestra naturaleza caída de pecado.
4) La Redención de Nuestra Herencia
Esto ocurrirá en la Aparición de Cristo, cuando los juicios del Señor serán derramados sobre la tierra (Efesios 1:14). La herencia incluye todas las cosas creadas en el cielo y en la tierra. La herencia fue “adquirida [comprada]” por la obra de Cristo en la cruz (Hebreos 2:9—Él gustó la muerte “por todos [todo]” – traducción J. N. Darby), pero ello todavía está en una condición de esclavitud a los efectos del pecado y necesita ser redimida (Romanos 8:20-22).
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Muchos confunden ser “comprado” con ser “redimido,” asumiendo que son la misma cosa—pero estos términos no son sinónimos en la Escritura. El Sr. Kelly dijo: “La palabra ‘comprar’ no significa ‘redimir;’ pero estos dos pensamientos han sido tan confundidos en la mente de los cristianos en general, que la diferencia fue completamente ignorada por las dos partes que se oponen la una a la otra como lo han sido durante 1400 años... El hecho notable es que ambas concuerdan en considerar estas dos palabras como equivalentes, al punto de no pensar en discriminarlas; existe una confusión habitual de las dos ideas en ‘compra’ y ‘redención’” (Bible Witness and Review, vol. 2, p. 433). La verdad es que ser redimido incluye ser comprado, pero va más allá de la idea de compra para introducir el hecho de ser libertado. Ser comprado tiene que ver con un cambio de propiedad, mientras que ser redimido tiene que ver con un cambio de condición. Efesios 1:14 prueba que existe una diferencia entre adquisición [compra] y redención. Nos dice que hay algo—la “posesión adquirida” (que es la herencia)—que ha sido comprada, pero aún no ha sido redimida. ¿Qué podría esto significar, si ambos términos fueran sinónimos? Todos los hombres y todas las cosas fueron compradas por Cristo, y, por lo tanto, Le pertenecen (Mateo 13:44; Hebreos 2:9), pero solamente aquellos que reconocen la compra de Cristo por la fe son redimidos. Así, los hombres y mujeres perdidos en este mundo han sido comprados (2 Pedro 2:1) pero no son redimidos.
La siguiente ilustración nos ayuda a entender la diferencia entre comprado y redimido. Supongamos que usted ve a un perro enjaulado cautivo por un amo cruel. Usted muchas veces presencia la escena lamentable de aquel hombre cruel golpeando y maltratando a su perro. Para libertar al perro de tal crueldad, usted se aproxima al amo con una oferta para comprar el animal. El hombre acepta la oferta, y establece su precio y usted paga el valor. Usted compra el perro junto con la jaula y se va. Hasta este punto, el perro ha sido comprado; tiene un nuevo dueño. Ha habido un cambio de propiedad, pero no ha habido un cambio de condición—el perro continúa preso en la jaula. Pero cuando usted llega a la casa y abre la jaula y el perro sale y corre alrededor, ¡entonces hay un cambio de condición—el perro es puesto en libertad! Este es el significado de la redención; no sólo implica compra, sino también liberación. W. Scott dijo: “La redención es una cosa muy diferente de la adquisición [compra]; la primera se refiere a un cambio de estado o condición, mientras que la última sólo indica un cambio de dueño. Usted puede comprar un esclavo, pero esto no implica liberación del estado de esclavitud” (Handbook of the Old Testament, p. 370). (Ver Compra).