Regeneración

 •  6 min. read  •  grade level: 15
Listen from:
Esta palabra significa un nuevo comienzo en la vida de un creyente—un cambio moral exterior, resultante de ser salvo y sellado con el Espíritu Santo. Este cambio es algo que las personas deberían ver en la vida de cada creyente. W. Scott dijo: “El lavamiento de la regeneración puede ser percibido por los ojos de los hombres, pues es un cambio exterior” (Doctrinal Summaries, p. 28).
El “lavacro de la regeneración” (Tito 3:5) se refiere a la limpieza moral de la vida de un creyente, como resultado de su separación de su antiguo estilo de vida que tuvo antes de la conversión, que era según la carne. Tiene que ver con el pasar de la antigua forma de vida en la que una vez vivió una persona a un nuevo orden de vida que va de acuerdo con el cristianismo. De ahí viene el comentario que muchas veces se oye: “¡Esa persona limpió su vida y ahora anda en buen camino!” Si este cambio viene de una obra verdadera de Dios en la vida de una persona, es el resultado del lavamiento de la regeneración. El “lavacro” envuelto en la regeneración está conectado con lo que significan las aguas del bautismo para el bautizado. La persona es así colocada en un lugar nuevo y limpio en la tierra, en la casa de Dios, en donde debe caminar en santidad como cristiano (Salmo 93:5; Hebreos 12:14; 1 Tesalonicenses 4:7; 1 Pedro 1:16). Pablo le enfatizó a Tito la necesidad de la regeneración entre los creyentes en la isla de Creta, porque había una clara falta de justicia práctica en sus vidas (Tito 1:12).
No obstante, cristianos de todas las escuelas de pensamiento generalmente no entienden el significado de la regeneración. Piensan que, ya que la palabra “regenerar” significa reiniciar algo, se está refiriendo a nacer de nuevo, y, por lo tanto, utilizan estos términos indistintamente. Sin embargo, aunque el nuevo nacimiento y la regeneración se refieren a un nuevo comienzo, son dos comienzos diferentes en la vida de una persona.
•  El nuevo nacimiento (que ocurre primero en la vida de una persona) es un nuevo comienzo interior en el alma, por recibir una nueva vida de Dios. Una evidencia de esto se verá en su búsqueda de Dios.
•  La regeneración es un nuevo comienzo exterior de la vida de un creyente, como consecuencia de ser salvo y sellado con el Espíritu Santo. La evidencia de esto se verá en su visible ruptura de las asociaciones y hábitos profanos que tenía, y su adopción del estilo de vida cristiano.
El Sr. Darby dijo: “La regeneración no es la misma palabra que ‘nacer de nuevo’, ni es usada de esa forma en la Escritura” (nota al rodapié en la traducción J. N. Darby en Tito 3:5). W. Scott dijo: “El nuevo nacimiento no es lo mismo que la regeneración, y este último término sólo ocurre dos veces en el Nuevo Testamento (Tito 3:5; Mateo 19:28). El primer término se refiere a una obra interior; el último a un cambio exterior” (The Young Christian, vol. 2, p. 131). El Sr. Scott también dijo: “[La regeneración] es casi universalmente considerada equivalente al nuevo nacimiento, pero no es así en la Escritura. La regeneración es un estado o condición objetiva, mientras que el nuevo nacimiento es la expresión de un estado interno y subjetivo” (Bible Handbook, Old Testament, p. 372).
El nuevo nacimiento y la regeneración, ambos envuelven lavamiento, lo cual implica limpieza. El “lavacro” envuelto en el nuevo nacimiento es una limpieza interior en el alma por el hecho de recibir una nueva vida limpia de Dios (Juan 13:10 – traducción W. Kelly; 1 Corintios 6:11), mientras que el “lavacro” en la regeneración es una limpieza exterior en la vida de la persona en un sentido práctico (Tito 3:5 – nota al rodapié de la traducción J. N. Darby). El primero es efectuado por la “vivificación” del Espíritu Santo (Juan 6:63). El último es efectuado por la “renovación” del Espíritu Santo (Tito 3:5). El efecto práctico de la regeneración puede ser ilustrado por el ejemplo dado en el bautismo de un nuevo creyente. Este deja sus pertenencias (sus cigarrillos, su frasco de licor, revistas mundanas, etcétera) a la orilla del agua y entra en el agua. Después de ser bautizado y salir del agua, él prosigue su camino con los otros cristianos que asistieron al bautismo. Pero alguien le llama y le dice: “Juan, olvidó sus cosas.” Él responde: “déjelas allí; pertenecen al viejo Juan.” Este debe ser el efecto práctico del lavamiento mencionado en la regeneración; hay una separación (y por lo tanto una limpieza) del estilo de vida antiguo. Significa un nuevo comienzo en la vida de un creyente que debe ser observable por todos.
Para complicar aún más los malentendidos que surgen de suponer que la regeneración es lo mismo que el nuevo nacimiento, muchos cristianos tienen la idea de que la regeneración es una obra milagrosa de Dios en renovar o rehacer la naturaleza de una persona cuando cree el evangelio. Piensan que es una infusión de nueva vida en la naturaleza antigua de una persona, tornándola nueva. Partiendo de esta idea errónea, la mayoría de los teólogos de la Reforma, y muchos predicadores evangélicos también, enseñan que los cristianos no tienen dos naturalezas, ¡sino una naturaleza que ha sido regenerada! Esto hace que el nuevo nacimiento y la regeneración no sean nada más que una rehabilitación de la carne. La verdad es que la vieja naturaleza no es capaz de ser mejorada, y, por lo tanto, no puede ser rehabilitada. La Escritura dice: “La intención de la carne ... no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede” (Romanos 8:7). La carne simplemente no puede ser sujeta a Dios. El Señor enseñó esto a Nicodemo. Él le dijo, “Lo que es nacido de la carne, carne es” (Juan 3:6). Es decir, los hombres pueden aplicar muchas cosas a la carne en un esfuerzo para mejorarla—la influencia de la cultura, la educación, la religión, etcétera—pero el resultado final es que nada cambia moralmente. La carne sigue siendo carne. Y es eso por lo que el Señor le dijo: “Os es necesario nacer otra vez.” Es decir, los hombres necesitan una vida enteramente nueva y de una naturaleza separada y distinta de la vieja naturaleza que les fue impartida (Juan 3:7).
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Mateo 19:28 habla también de “regeneración,” pero de una manera ligeramente diferente. Se refiere al nuevo orden moral exterior de la vida que permeará el mundo venidero—el Milenio (Salmo 72:8; Zacarías 14:9). Los hombres en aquel día se verán forzados a vivir conforme a los principios justos por miedo a la muerte (Isaías 32:1; Salmo 101:7-8; Zacarías 5:1-4).