Separación

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Esto se refiere a la convicción del cristiano en mantenerse apartado del mundo—tanto en el sentido religioso como el secular. Lo siguiente son algunas de las razones por las cuales Dios insiste en la separación en la vida de un cristiano:
En Primer Lugar
La separación es necesaria porque la asociación con el mundo resultará en la disminución del afecto del creyente por Cristo y por Su pueblo. En pocas palabras, trae frialdad al alma. En 2 Corintios 6:12-18, el apóstol Pablo explica que en nuestras “entrañas” (afectos) nos tornaríamos “estrechos” (limitados) si descuidamos caminar en separación del mundo. Este efecto triste es visto en el caso de Efraín que se “envolvió con los pueblos” (Oseas 7:8). El resultado fue que vino a ser “como paloma incauta, sin entendimiento” (Oseas 7:11). Su asociación con el mundo llevó su corazón lejos del Señor.
En Segundo Lugar
La asociación con el mundo echa a perder el apetito del creyente por la Palabra de Dios. Vemos esto ilustrado en la historia de Israel en el desierto. Dios les dio el “maná” por comida (Éxodo 16). El Nuevo Testamento nos dice que el maná es un tipo de Cristo, que es el alimento espiritual para el creyente (Juan 6:31-58). Sin embargo, hubo un tiempo en su jornada por el desierto en el cual ellos se cansaron del maná, y esto era porque estaban deseando los alimentos de Egipto—un tipo del mundo (Números 11:4-6). Así, los creyentes que desean los placeres y las diversiones mundanas echarán a perder su apetito por la Palabra de Dios.
En Tercer Lugar
La asociación con el mundo desensibiliza los estándares morales del creyente. El cristiano que se asocia con las personas mundanas será influenciado por ellas. Comenzará a pensar y actuar como ellos, y los valores mundanos y normas morales de ellos se convertirán en los suyos. La Palabra de Dios dice: “No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33). Los estándares morales de Lot cayeron al nivel de los hombres de Sodoma (Génesis 19). Esto es visto en el hecho alarmante de que ofreció sus hijas a los hombres de la ciudad.
En Cuarto Lugar
La asociación con el mundo dificulta el crecimiento espiritual del creyente. Una vez más, esto es visto en el caso de Efraín que se mezcló con los gentiles. El resultado fue que era como “torta no vuelta” (Oseas 7:8). Es decir, era como un panqueque a medio cocer—llegando a ser sólo medio desarrollado.
En Quinto Lugar
La asociación con el mundo hace que el cristiano pierda su energía espiritual en su vida personal. Josué advirtió al pueblo en su tiempo, que, si ellos se establecían entre los impíos cananeos, perderían su poder para resistirlos (Josué 23:12-13). Ya no serían capaces de estar de pie delante de sus enemigos. Una vez más, en cuanto a Efraín dice: “Comieron extraños su sustancia” (Oseas 7:9). Sansón es otro ejemplo de esto. Por su asociación con la joven filistea mundana (Dalila), “su fuerza se apartó de él” (Jueces 16:19).
En Sexto Lugar,
La asociación con el mundo hará que el creyente pierda su discernimiento espiritual. Otra vez, el ejemplo de Efraín ilustra esto. Dice: “Comieron extraños su sustancia, y él no lo supo; y aun vejez se ha esparcido por él, y él no lo entendió” (Oseas 7:9). Habiéndose asociado con el mundo, llegó a ser insensible a su estado personal. Había decadencia espiritual, ¡y él no lo sabía! Aconteció lo mismo con Sansón. Él no parecía saber que él también había perdido su fuerza. Dice: “no sabiendo que Jehová ya se había de él apartado” (Jueces 16:20). Los laodicenses estaban también desprovistos de discernimiento en cuanto a su verdadero estado e imaginaban que estaban correctos y andaban bien, pero su estado era realmente desagradable al Señor (Apocalipsis 3:14-22).
En Séptimo Lugar,
¡La asociación con el mundo acabará por apartar completamente al creyente de seguir al Señor! Los hijos de Israel son un ejemplo. No debían mezclarse con las naciones en la tierra de Canaán, las cuales no conocían al Señor, porque aquellas personas los iban a alejar del Señor (Deuteronomio 7:1-4). Ellos no prestaron atención a esta advertencia y eso es exactamente lo que sucedió.
En Octavo Lugar
La asociación con el mundo destruye el testimonio personal del creyente. Lot es un ejemplo. Por vivir en Sodoma (un tipo de este mundo en su corrupción moral) perdió su poder de testimonio. Cuando fue a llamar a sus yernos para que salieran de aquella ciudad que estaba bajo juicio, sus palabras les parecían “como que se burlaba” (Génesis 19:14). Ellos no lo tomaron en serio porque su vida contaba otra historia. Los cristianos, de forma general, no se han mantenido separados del mundo, y como resultado ha habido un testimonio deficiente ante el mundo. Es una maravilla que alguien se convierta al Señor y sea salvo. Gandhi, en la India, dijo que, si no fuera por los cristianos, ¡se habría convertido en uno!