UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”. Sofonías 3:17
El único detalle personal dado de este profeta es de las cuatro generaciones de sus antepasados.
La fecha de esta profecía fue en los “días de Josías, hijo de Amén, rey de Judá”, quien reinó en los años 641-610 a. C.
El tema es el juicio de Dios con respecto al testimonio malo en aquel tiempo. Hubo mucha hipocresía e idolatría durante el reinado de Josías, demostrando que las reformas eran solamente exteriores y no de corazón.
El profeta amonestaba al pueblo diciendo que “el día grande de Jehová” se acercaba, un “día de ira aquel día, día de angustia y día de aprieto... de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento”. Dijo además que ellos andarían como ciegos, porque pecaron contra Jehová y la sangre de ellos sería derramada como polvo y su carne como estiércol (véase 1:14-18).
Esta profecía se cumplirá en un día futuro, pero un remanente terrenal —una gente afligida y pobre— será rescatado de este juicio. Dios en su misericordia les preservará y les libertará en medio del juicio terrible que caerá sobre las naciones en su alrededor. Se hace mención en el capítulo 2 de aquellas naciones que serán destruidas completamente.
Después de infligirles un castigo de esta manera, Dios tendrá compasión de Su pueblo Israel, librándoles de sus enemigos.
En el capítulo tres, versículos 11-17, Dios, al fin, descansa en Su amor sobre Jerusalén, haciendo de Su pueblo la alabanza de la tierra.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Sofonías 3:14
“Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén”. Cuando vemos nuestra infidelidad debemos llorar; pero cuando vemos la fidelidad de Dios debemos cantar, gozarnos, alabar, y adorar. La fuente verdadera para estas cosas debe ser el corazón. Vayamos meditando en quién es el Señor Jesucristo y en lo que Él ha hecho y esto producirá frutos en nuestra vida que resultarán en loor y alabanza al Señor.