Aunque Tú ausente estás, nuestro Señor, Te amamos;
Hoy, sin poderte ver, creyendo, con fervor
Nos place engrandecer tu nombre que adoramos
Tu nombre divinal, digno de todo honor,
Que excede a la virtud, gloria, dominio y loor.
¡Oh ven!, despliéganos, tu pueblo redimido,
No, deambulando aquí, nos dejes, buen Pastor;
Pues nos harás brillar — de tu trabajo el fruto —
Contigo en tu esplendor: ¡propio es de Ti, Señor!,
Contigo siempre estar do mora pleno amor.
Se desvanecerá, ¡oh!, ¿cuándo, cada nube,
Y se revelará tu gloria alrededor?;
Te hemos de admirar, contigo ya presentes,
Mas: ¿cuándo se verá tu rostro en su esplendor?
Pues, aunque no se ve, Te amamos, Salvador.
No se conocerán pena y disgusto entonces,
En nuestra placidez de gozo y gran solaz,
Adonde el lamentar, la prueba y tentaciones,
Que abundan siempre aquí, sobrevendrán jamás:
Trastorno allí no habrá que ha de romper la paz.
Si se acordare äún de tales en los cielos,
No se despertará ni pena, ni aflicción,
Sino el feliz brotar de nuevos pensamientos
De tu sublime amor, causando admiración,
Y haciéndonos cantar en voz de adoración.
Traducción ©1965 Messages of God's Love Multilingual. Todos derechos reservados. Usado con permiso.