Estatutos de Jehová dados para evitar que el hombre se deshonre a sí mismo en las relaciones naturales
El capítulo 18 les impide deshonrarse a sí mismos en las cosas que pertenecen a la naturaleza misma, a lo que el hombre debe ser en sus relaciones naturales, para que no se deshonre a sí mismo. El hombre no debe hacerlo; pero, al no haber honrado a Dios, se le ha dejado deshonrarse a sí mismo (comparar Romanos 1). Al pueblo de Dios, acercándose a Él, se le enseña sobre este tema. Estaban separados de la maldad del mundo del que fueron llamados, y del despilfarro imprudente en el que Satanás había llevado degradado al hombre como su deporte. El versículo 6 es el gran principio en el que se insiste en el capítulo: no confundir las intimidades del matrimonio con la confianza de la relación natural. Están prohibidas aquellas cosas en las que, en la indulgencia satánica y antinatural de la carne, Satanás sumergió al hombre, y a las que Dios las había entregado para obrar toda inmundicia con codicia. Se mantiene la bondad de la naturaleza; lo que está prohibido profanar. Los estatutos y juicios de Jehová debían guiarlos: el hombre en probación que caminaba en ellos viviría.