Derechos Divinos De Perdón En Ejercicio
Después, Él entra otra vez en la ciudad, y una multitud se reúne inmediatamente. ¡Qué retrato viviente de la vida de servicio del Señor! Él les predica. Éste era Su objetivo y Su servicio (véase el cap. 1:38). Pero de nuevo, al dedicarse al humilde cumplimiento de este servicio tal como le había sido encomendado, Su mismo servicio, Su amor—porque, ¿quién sirve como Dios cuando Él se digna hacerlo?—esta dedicación presenta Sus derechos divinos. Él conocía la verdadera fuente de todos esos males, y podía introducir sus remedios. “Tus pecados”, dijo al pobre paralítico, quien fue traído a Él con una fe que superó las dificultades, perseverando a pesar de ellas—esa perseverancia de la fe que es alimentada por el sentido de necesidad, y por la certeza de que se hallará poder en Aquel que es buscado—“tus pecados te son perdonados.” Para el razonamiento de los escribas, Él da una respuesta que silenciaba a todo negador. Él ejerce el poder que le autoriza a pronunciar el perdón del pobre sufriente. La murmuración de los escribas sacó a la luz doctrinalmente quién estaba allí; puesto que el veredicto de los sacerdotes, que declaran limpio al leproso, pone el sello de su autoridad sobre la verdad de que Jehová, el sanador de Israel, estaba allí. Aquello que Jesús lleva a cabo es Su obra, Su testimonio. El efecto es poner de manifiesto que Jehová está allí, y que ha visitado a Su pueblo. Es el Salmo 103 el que se cumple, con respecto a los derechos y la revelación de la Persona de Aquel que obraba.
El Llamamiento De Leví, De Pecadores, Un Nuevo Progreso Del Ministerio Del Señor
Jesús deja la ciudad; el pueblo se reúne en torno a Él; y de nuevo les enseña. El llamamiento de Leví da ocasión para una nueva fase de Su ministerio. Él vino a llamar a pecadores, y no a los justos. Después de esto, Él les dice que no podía colocar la nueva energía divina, desplegada en Él mismo, en las viejas formas del Fariseísmo. Y había otra razón para ello—la presencia del Esposo. ¿Cómo podían los que están de bodas ayunar mientras el esposo estuviera con ellos? Él les sería quitado, y entonces sería el momento de ayunar. Él continua insistiendo en la incompatibilidad entre los viejos odres judíos y el poder del evangelio. Éste último no haría sino subvertir el judaísmo, al cual ellos procuraban apegarse. Aquello que sucedió cuando los discípulos pasaron por los sembrados, confirma esta doctrina.
Las Cosas Nuevas De Gracia Y Poder; Las Cosas Viejas Pasaron
Las ordenanzas perdieron su autoridad en presencia del Rey constituido por Dios, rechazado y peregrino en la tierra. Además, el día de reposo—una señal del pacto entre Dios y los judíos—fue hecho para el hombre, y no el hombre para el día de reposo. Como Hijo de David rechazado, las ordenanzas perdieron su fuerza y fueron subordinadas a Él. Como Hijo del Hombre poseedor (delante de Dios) de todos los derechos que Dios había otorgado a los hombres, Él era Señor del día de reposo, día que fue hecho para el hombre. En principio, las cosas viejas habían pasado. Se trata, de hecho, de las cosas nuevas en gracia y poder, que no admitían el antiguo orden de cosas. Pero la pregunta era si Dios podía actuar en gracia y otorgar bendición, soberanamente, a Su pueblo—si acaso Él tenía que someterse a la autoridad de los hombres que esgrimen Sus ordenanzas en contra de Su bondad, o bien tenía que hacer el bien conforme a Su propio poder y amor que estaban por encima de todo. ¿Iba el hombre a poner límites a la operación de la bondad de Dios? Y esto, a decir verdad, era el vino nuevo que el Señor trajo al hombre.