Sión como fundada por Dios
El Salmo 87 ve a Sion como fundada por Dios, una ciudad que tiene fundamentos. Los hombres tenían ciudades, y se jactaban de ellas; pero Dios tenía una ciudad que fundó en los santos montes. Incluso aquí no era José ni la riqueza de la naturaleza; Dios era sus riquezas, su lugar los santos montes, lo que estaba consagrado a sí mismo. En el poder del Espíritu, los piadosos no se avergüenzan de ello (se hablan cosas gloriosas de ello), no, no en presencia de todos los asientos de jactancia de la tierra. Egipto y Babilonia en vano se jactaron de sí mismos; Filistea, Tiro y Etiopía, que habían tenido su día. Los piadosos podían hablar de ellos sin temor a la comparación. Se contaba el lugar de nacimiento del hombre de Dios; el lugar de nacimiento de los amados de Jehová. El Altísimo la estableció. Cuando Jehová hizo el registro del pueblo, consideró que este hombre había nacido allí. El gozo y la celebración de Su alabanza se encontraron allí, y todos los manantiales frescos de Jehová. Tengo pocas dudas de que “este hombre” se refiere a Cristo. Zion se jacta de sus héroes. La palabra traducida “hombre” (vs. 5), se refiere a los grandes hombres, no a los pobres y miserables. Son los hijos de los una vez desolados. (Compárese con Isaías 49:21-22.)