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The Explorer's Last Words: Full Color Gospel Tract
Full Text of Las Últimas Palabras
Le hallaron muerto en una solitaria choza con un plato sobre sus rodillas, el cual había usado como escritorio. En su mano, de la que apenas quedaba el esqueleto, reposaba la siguiente carta, que escribió evidentemente antes de morir.
“El sol brilla, madre, pero aun así siento mucho frío. Aún puedo caminar un poco, pero nada más. Ya no hay sangre en mí porque no he comido durante mucho tiempo. Y no he visto un ser humano hace ya cuarenta días. Tengo algunas revistas aquí, pero las historias me parecen sin sentido. Tengo algunas barajas, pero realmente no me interesa jugar al solitario. La única cosa por la cual estoy preocupado es por saber si Dios perdonará mis pecados.”
Estas son las últimas palabras del joven explorador en Long Rapids, Alberta, Canadá; antes de que pasara a la oscura eternidad.
La eternidad
¿Quién no podría sentir simpatía por un joven solo y moribundo, con miedo a enfrentarse a Dios? Sin embargo, algún día usted también tendrá que enfrentarse a Dios, aunque su lecho de muerte sea diferente al de este joven. Quizá usted pueda estar rodeado de todas las comodidades que el dinero puede comprar y disfrutar del cuidado y amor de todos sus amigos; pero la verdad es que el último paso tendrá que darlo solo. Cuando usted se dirija a la eternidad, ¿será para dar un salto hacia la oscuridad o hacia la luz?
Por favor no ignore esta pregunta, sino contéstela honestamente delante de Dios. Si usted no puede responder: “Al morir, yo daré un salto hacia la luz”, entonces diríjase a Jesús hoy mismo, confíe en Él en este instante y así usted sabrá a ciencia cierta hacia dónde se dirige al morir.
El Señor Jesús dijo en Juan 12:46: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en Mí no permanezca en tinieblas.”
Ciertamente, Él murió para que nosotros podamos vivir; tuvo que experimentar las tinieblas de la muerte, para que así ahora podamos disfrutar la luz de la vida; fue Él quien soportó el juicio de Dios, para que nosotros pudiésemos ser libertados y justificados de nuestros pecados. Considere lo siguiente:
“Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1ª Pedro 3:18).
“Se presentó una vez para siempre por el sacrificio de Sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que Le esperan” (Hebreos 9:26‑28).
Sencillamente, confíe en Él y así usted podrá estar seguro de que ya sea que duerma en Jesús o que cuando Él regrese por Su Iglesia usted podrá encontrarse con Él en las nubes y dar “un salto a la luz”.