Nahum

 
Un profeta, como Jonás, de Galilea, a pesar del prejuicio judío
Singular fue el reproche de los judíos en el tiempo de nuestro Señor (Juan 7:52); porque había profetas que habían surgido de Galilea. Josías y Nahúm eran galileos. No hay nada en lo que los hombres sean propensos a ser tan ciegos como en la lectura de la Biblia; E incluso los hechos de las Escrituras son frecuentemente pasados por alto con mayor descuido que los de cualquier otro libro. La gente olvida fácilmente lo que no les conviene recordar.
“Segnius irritant animos demissa per aurem, Quam quae sunt oculis subjecta fidelibus, et quae\u000bIpso sibi tradit espectador.”
Los afectos también gobiernan el juicio. De ahí la tendencia a olvidar los hechos más claros y a encontrar algún medio artificial de exaltar lo que sea para nuestras mentes ocupa el lugar más alto en asuntos religiosos. Como una vez por nombramiento de Dios Jerusalén tenía tal lugar, los judíos, a pesar de su frase invertida, se esforzaban por exagerar todo lo que lo invistió con halo y negar lo que Dios había hecho en otros lugares. Pero a Dios le encanta obrar en gracia inesperada; y por lo tanto no dudo que había una aptitud en el llamado de estos dos profetas, ambos relacionados con Nínive. Galilea era un distrito que limitaba con los gentiles y tenía no pocas viviendas en su medio. Por lo tanto, la gente allí, aunque prejuiciosa como en todas partes, no podía sino estar abierta a pensamientos y ejercicios de corazón acerca de los gentiles. Sin embargo, como hemos visto en Jonás, puede haber un sentimiento tan decididamente judío como en cualquier profeta que Dios haya levantado incluso en Jerusalén misma.