Y respondió Sophar Naamathita, y dijo:
¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre parlero será justificado?
¿Harán tus falacias callar á los hombres? ¿Y harás escarnio, y no habrá quien te avergüence?
Tú dices: Mi conversar es puro, Y yo soy limpio delante de tus ojos.
Mas oh quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo,
Y que te declarara los arcanos de la sabiduría, Que son de doble valor que la hacienda! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos que tu iniquidad merece.
¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú á la perfección del Todopoderoso?
Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?
Su dimensión es más larga que la tierra, Y más ancha que la mar.
Si cortare, ó encerrare, O juntare, ¿quién podrá contrarrestarle?
Porque él conoce á los hombres vanos: Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?
El hombre vano se hará entendido, Aunque nazca como el pollino del asno montés.
Si tú apercibieres tu corazón, Y extendieres á él tus manos;
Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more maldad en tus habitaciones;
Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte y no temerás:
Y olvidarás tu trabajo, O te acordarás de él como de aguas que pasaron:
Y en mitad de la siesta se levantará bonanza; Resplandecerás, y serás como la mañana:
Y confiarás, que habrá esperanza; Y cavarás, y dormirás seguro:
Y te acostarás, y no habrá quien te espante: Y muchos te rogarán.
Mas los ojos de los malos se consumirán, Y no tendrán refugio; Y su esperanza será agonía del alma.