Gn. 1:1‑2:25• 1En el principio crió Dios los cielos y la tierra.
2Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.
3Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz.
4Y vió Dios que la luz era buena: y apartó Dios la luz de las tinieblas.
5Y llamó Dios á la luz Día, y á las tinieblas llamó Noche: y fué la tarde y la mañana un día.
6Y dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
7E hizo Dios la expansión, y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión: y fué así.
8Y llamó Dios á la expansión Cielos: y fué la tarde y la mañana el día segundo.
9Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca: y fué así.
10Y llamó Dios á la seca Tierra, y á la reunión de las aguas llamó Mares: y vió Dios que era bueno.
11Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su simiente esté en él, sobre la tierra: y fué así.
12Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da simiente según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya simiente está en él, según su género: y vió Dios que era bueno.
13Y fué la tarde y la mañana el día tercero.
14Y dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años;
15Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra: y fue.
16E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas.
17Y púsolas Dios en la expansión de los cielos, para alumbrar sobre la tierra,
18Y para señorear en el día y en la noche, y para apartar la luz y las tinieblas: y vió Dios que era bueno.
19Y fué la tarde y la mañana el día cuarto.
20Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.
21Y crió Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que anda arrastrando, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie: y vió Dios que era bueno.
22Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicad, y henchid las aguas en los mares, y las aves se multipliquen en la tierra.
23Y fué la tarde y la mañana el día quinto.
24Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie: y fué así.
25E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie: y vió Dios que era bueno.
26Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra.
27Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió.
28Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
29Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda hierba que da simiente, que está sobre la haz de toda la tierra; y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, seros ha para comer.
30Y á toda bestia de la tierra, y á todas las aves de los cielos, y á todo lo que se mueve sobre la tierra, en que hay vida, toda hierba verde les será para comer: y fué así.
31Y vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fué la tarde y la mañana el día sexto.
1Y fueron acabados los cielos y la tierra, y todo su ornamento.
2Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho.
3Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho.
4Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron criados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,
5Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese: porque aun no había Jehová Dios hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra;
6Mas subía de la tierra un vapor, que regaba toda la faz de la tierra.
7Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.
8Y había Jehová Dios plantado un huerto en Edén al oriente, y puso allí al hombre que había formado.
9Y había Jehová Dios hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso á la vista, y bueno para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal.
10Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro ramales.
11El nombre del uno era Pisón: éste es el que cerca toda la tierra de Havilah, donde hay oro:
12Y el oro de aquella tierra es bueno: hay allí también bdelio y piedra cornerina.
13El nombre del segundo río es Gihón: éste es el que rodea toda la tierra de Etiopía.
14Y el nombre del tercer río es Hiddekel: éste es el que va delante de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
15Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto comerás;
17Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás.
18Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él.
19Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y trájolas á Adam, para que viese cómo les había de llamar; y todo lo que Adam llamó á los animales vivientes, ese es su nombre.
20Y puso Adam nombres á toda bestia y ave de los cielos y á todo animal del campo: mas para Adam no halló ayuda que estuviese idónea para él.
21Y Jehová Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar;
22Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre.
23Y dijo Adam: Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne: ésta será llamada Varona, porque del varón fué tomada.
24Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán una sola carne.
25Y estaban ambos desnudos, Adam y su mujer, y no se avergonzaban. (Gn. 1:1‑2:25)