Epístola a los Hebreos

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UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de
Dios, retengamos nuestra profesión." Hebreos 4:14
Esta carta fue escrita, sin dudas, por el apóstol Pablo, aunque no lleva su nombre. Fue escrita a los judíos, quienes manifestaron su fe en Cristo como Mediador, y así se constituyeron en "participantes de la vocación celestial" (3:1).
Estos creyentes necesitaban alejarse del mundo y de las doctrinas judaizantes y adherirse más al Señor Jesús en el cielo. En esta epístola se les ve a ellos, como que están vagando en el desierto en camino al descanso de Dios.
El gran tema es el acceso a Dios, basado sobre la Persona y obra del Señor Jesucristo, como Hijo de Dios, Su gloria excelsa se revela en 1:2,3 y es Él mismo por quien Dios habla en estos postreros días.
Cristo había muerto y resucitó de entre los muertos, siendo así el gran Pontífice sobre la casa de Dios.
Tenían que aprender que Él llevó una superioridad incomparable sobre todo lo que Moisés les enseñaba, que ahora en Cristo había una mejor esperanza (7:19), porque nada perfeccionó la ley; mejores promesas (8:6); mejor país (celestial) (11:16); mejor intercesión, Jesús, el Mediador del Nuevo Testamento, y la sangre rociada que hablaba mejor que la de Abel (12:24). La palabra mejor ocurre trece veces en la epístola de los Hebreos.
Estos cristianos judíos tenían que aprender que todos los eslabones existentes, como hermanos en Cristo, eran celestiales, ya no terrenales. Había falta de entendimiento de esta verdad sublime entre ellos y por eso se manifestaba bastante debilidad; pero el Dios de paz que sacó de los muertos al Señor Jesucristo era su suficiencia en todo.
Hay una maravillosa llamada de atención en 13:13 para salir de la esfera de la profesión cristiana y para allegarnos solo a Jesús, aunque tengamos que llevar Su vituperio.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Hebreos 5:14
"pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal." ¿Puedes distinguir entre el bien y el mal?
Solamente es posible si estás usando los sentidos espirituales, lo cual quiere decir discernir en las situaciones diarias si una cosa es buena o mala. Los que no tienen la costumbre de guardar la Palabra de Dios en sus corazones e ir al Padre en las decisiones aun más pequeñas de la vida, no tienen el discernimiento en las cosas grandes. Es como mandar a un niño para que cruce una calle principal en una ciudad que no ha aprendido cómo hacerlo y que no es igual que cruzar la calle en donde vive y que tiene poco tráfico. En el siguiente versículo, la perfección significa madurez espiritual. Una forma de madurar es poner en práctica lo que vamos aprendiendo. ¿Estás madurando espiritualmente aun en tu juventud?