Pero pasamos a otro tema aún más importante, una imagen maravillosamente completa incluso para la Palabra de Dios, el despliegue más perfecto y hermoso del amor divino que tenemos en 1 Corintios 13. Después de todo, si los corintios habían codiciado regalos, no habían codiciado lo mejor. Pero incluso si podemos desear los mejores regalos, hay mejores aún; Y lo mejor de todo es la caridad, el amor. En consecuencia, tenemos esto de la manera más admirable puesto de manifiesto tanto en lo que es como en lo que no es, y eso también como correctivo de los deseos erróneos de los corintios, y el espíritu maligno que se había manifestado en el ejercicio de sus dones; de modo que lo que parece ser una interrupción es el más sabio de los paréntesis entre el capítulo 12, que nos muestra la distribución de los dones y su carácter, y 1 Corintios 14, que dirige el debido ejercicio de los dones en la asamblea de Dios. Sólo hay un motivo seguro: el poder para su uso, incluso el amor. Sin ella, incluso un don espiritual sólo tiende a inflar a su dueño, y a corromper a aquellos que son sus objetos.