By:
Ralph Erisman, L. Douglas Nicolet, R. Ruga y T. Roach
Duration:
3min
Probablemente todos disfrutamos al recibir dones. Dios se deleita en dar y quiere que seamos semejantes a Él. El apóstol Pablo anima a los Cristianos a que aprendan a ser dadores generosos y a que sus dones ayuden a los demás a conocer y alabar al mayor dador de todos, el Dios de ellos. Alguien que sólo siembra o planta un poco de semilla sólo segará escasamente o recibirá una pequeña cosecha. Pero si sembramos generosamente, recibiremos una cosecha grande y abundante. Esto nos enseña a dar generosamente. Dios da con alegría y ama el hecho de que nosotros también seamos un dador alegre, no el dador por necesidad que se siente obligado por los demás a compartir. El resultado de que nosotros demos de la manera que Dios ha enseñado será que nuestro Dios recibe la acción de gracias de muchos corazones. Otros reconocerán que Dios ha dado a través de nosotros y Le alabarán como la fuente de toda buena dádiva. Ellos glorificarán a Dios cuando vean nuestra obediencia a las maravillosas nuevas de Cristo. Lo mejor de todo es que cuando los Cristianos dan de la misma manera que lo hace Dios, entonces a Él se Le agradece por un don que nadie puede expresar adecuadamente en palabras. Dios llama a Su dar, “inefable”, porque es mejor de lo que podemos expresar.
1. ¿Cómo tenemos que sembrar si esperamos recoger una siega abundante? ___________________ 2 Corintios 9:___
2. ¿Qué clase de dador ama Dios en lugar de uno por necesidad? Dios ama ___________________ 2 Corintios 9:___
3. ¿Qué puede hacer que la acción de gracias llegue a Dios a través de nosotros? Que estemos __________________________________________ 2 Corintios 9:___
4. ¿Por qué los hombres glorifican a Dios cuando son testigos de la liberalidad de nuestra contribución a los demás? Por _____________________________________ 2 Corintios 9:___
5. ¿Qué palabra única describe el impresionante don de Dios para nosotros, por el cual debemos darle gracias continuamente? ______________ 2 Corintios 9:___