Herido, escarnecido y apenado,
A Cristo ve muriendo en la cruz,
A Cristo por el hombre rechazado,
¡Oh alma mía!, es el Señor, Jesús.
¡Oh mira el sacrificio allí ofrecido,
Mira al que lleva así tu carga atroz! :
“El Verbo” es Él, veraz, de Dios ungido,
Del hombre el Hijo, y el también de Dios.
Ahí se halla el “fundamento” estable,
Del pecador el puerto de solaz;
Ya nos gloriamos en su excelso nombre:
Gran Roca de salud que es “nuestra paz.”
De Dios Cordero herido por nosotros,
Ofrenda para así el pecado expiar,
Ninguno nunca puede confundirnos,
Que en Cristo sólo hemos de confiar.