Adopción (de Hijos)

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Es un término usado en la Escritura en conexión con Israel (Romanos 9:4) y la Iglesia (Romanos 8:14-15, 8:23; Gálatas 4:5-7; Efesios 1:5), pero de formas totalmente diferentes. En conexión con Israel, “adopción” se refiere a ellos siendo establecidos en un lugar privilegiado con relación a Dios entre las naciones de la tierra (Éxodo 4:22). Pero en el sentido cristiano, la “adopción” tiene que ver con un hijo de Dios en la familia de Dios siendo establecido en el lugar favorecido que tiene el Hijo mismo, por ser habitado por el Espíritu Santo. Esto va más allá de la aceptación y lleva al creyente a compartir los privilegios y la libertad que sólo un hijo puede tener en la presencia de Dios.
La palabra “adopción” en el griego significa literalmente “lugar de hijo”. (La nota al pie de la traducción de J. N. Darby de Romanos 8:15 dice: “Adopción es la misma palabra traducida ‘adopción de hijos’ en Gálatas 4:5”). “Adopción de hijos” es una bendición característica del cristiano. Es decir, es una bendición especial que Dios ha reservado para los cristianos solamente. Otros miembros de la familia de Dios como son los santos del Antiguo Testamento, el futuro remanente judío, los israelitas redimidos de las diez tribus, los gentiles convertidos en el Milenio, etcétera, no se encuentran en esta posición favorecida delante de Dios. Todos estos forman, junto con los cristianos, parte de la familia de Dios, pero en la dispensación de la gracia sólo los cristianos tienen la posición de hijos.
La adopción de hijos es la posición más alta de bendición que una criatura puede tener en relación con Dios el Padre. Los ángeles fueron llamados “hijos de Dios” en el Antiguo Testamento (Génesis 6:2; Job 1:66Now there was a day when the sons of God came to present themselves before the Lord, and Satan came also among them. (Job 1:6)). Sin embargo, cuando Cristo resucitó de entre los muertos y ascendió a lo alto, llevó a la naturaleza humana al lugar en que Él mismo está delante de Dios. Ahora los ángeles ya no tienen la designación de “hijos de Dios.” “Hijos de Dios” (Romanos 8:14) es un término ahora reservado exclusivamente para los cristianos, pues tienen un lugar superior de bendición y privilegio delante de Dios, por encima de todas las demás criaturas bendecidas. Dios podría habernos puesto en el lugar de los ángeles elegidos, o incluso nos podría haber elevado a la posición destacada de un arcángel y habríamos estado agradecidos por ello. Pero Él hizo algo mucho más elevado y más bendecido: Él nos colocó en la posición que tiene Su propio Hijo, ¡con todo el favor y privilegios que provienen de poseer dicha posición!
Lo más maravilloso de todo es que Dios planeó esta gran bendición para los cristianos “antes de la fundación del mundo” y es “según el puro afecto de Su voluntad” hacer que esto suceda (Efesios 1:3-6). Realmente trae alegría y satisfacción a Su corazón el tener una compañía de hijos ante Él, ¡en el mismo lugar que tiene Su propio Hijo! Como “hijos de Dios” compartimos:
•  La vida del Hijo: vida eterna (Juan 17:2).
•  La posición que tiene el Hijo: aceptación (Efesios 1:6).
•  La libertad del Hijo ante el Padre (Romanos 8:14-16).
•  La herencia del Hijo (Romanos 8:17).
•  La gloria del Hijo (Romanos 8:18; Juan 17:22).
Comúnmente se piensa que la “adopción” es una acción de Dios que hace que una persona entre a Su familia. Sin embargo, esto no es lo que enseña la Escritura. Hay sólo una vía para entrar a la familia de Dios: esto es, por el nuevo nacimiento (renacer). La “adopción de hijos” tiene que ver con una persona que ya ha nacido de nuevo (y que por lo tanto pertenece a la familia de Dios) siendo entonces elevada o promovida a un lugar especial de privilegio y distinción dentro de la familia. Como hemos mencionado, ¡es para colocarle en la misma posición que el Hijo de Dios tiene delante de Dios! Esto ocurre cuando una persona cree en el evangelio de su salvación y es sellada con el Espíritu Santo (Efesios 1:13). Así que cuando alguien nace de nuevo, se convierte en parte de la familia de Dios, pero cuando recibe el Espíritu al creer en el Evangelio, es colocado como hijo (es “adoptado hijo”) en la familia.
Los judíos comprenderían más fácilmente que los gentiles la manera en cual la adopción es usada en las Escrituras. En una familia judía, cuando un niño llega a la edad de 13 años, sus padres le celebran un “Bar Mitzvah”, en el cual es promovido formalmente de ser niño en la familia para venir a ser hijo. Él entonces pasa a gozar de mayores libertades y privilegios en el hogar. El “Bar Mitzvah” no trae al niño a la familia, sino que le eleva a un lugar privilegiado dentro de ella. Es lo mismo con la adopción del Espíritu en la familia de Dios.
El apóstol Pablo enseña esto en Gálatas 4:1-7. Él hace distinción entre “niños” e “hijos” en la familia de Dios, usando de ejemplo una familia judía para ilustrarlo. Los niños, en el sentido en que él usa el término en este pasaje, son vistos como teniendo una posición diminuta en la familia. Él lo relaciona con el lugar que los creyentes tenían en los tiempos del Antiguo Testamento. Pero con la venida de Cristo para llevar a cabo la redención y enviar el Espíritu Santo, los creyentes de ese viejo sistema que Le recibieron como Salvador, también recibieron “la adopción de hijos” y así fueron promovidos o elevados a la posición cristiana de “hijos.” Salieron de la posición de un menor de edad y entraron al lugar privilegiado de “hijos” en la familia de Dios. (El apóstol Juan, sin embargo, al escribir “hijos” e “hijitos” no está diferenciando entre dos posiciones en la familia como lo hace Pablo en Gálatas. En los escritos de Juan, a los hijitos se les ve como teniendo el Espíritu Santo y por lo tanto están en una posición plenamente cristiana. Ver: 1 Juan 2:20, 3:24, 4:13. Los “hijitos” son los nuevos convertidos, ver: 1 Juan 2:18. Juan en sus epístolas enfatiza la vida eterna y la relación de amor que tenemos para con el Padre, representadas por los términos “hijos” e “hijitos”. Así, a los cristianos se les ve en la Escritura tanto como hijos en la familia, en los escritos de Juan, e hijos adoptados, en los escritos de Pablo.)
Aunque Dios bendice a todos los que están en Su familia, Él es soberano y puede conceder favor especial a algunos de Su familia por encima de otros, si Él quiere. Esto es lo que ha hecho eligiendo a los creyentes de esta dispensación actual (a los cristianos) para la adopción de hijos. Existen cuatro lugares principales en las Escrituras donde se menciona la adopción; cada referencia se enfoca en un aspecto diferente de esta gran bendición cristiana:
•  Gálatas 4:1-7 enfatiza la posición privilegiada que tenemos por encima de las otras personas bendecidas en la familia de Dios.
•  Romanos 8:14-15 enfatiza la libertad especial que tenemos delante de Dios, teniendo acceso a Su presencia en cualquier momento y pudiendo dirigirnos a Él como nuestro Padre, con una intimidad que ninguna otra criatura bendecida ha conocido jamás, clamando: “Abba, Padre.”
•  Efesios 1:3-10 enfatiza las bendiciones superiores e inteligencia que tenemos en cuanto al propósito de Dios, el cual hasta este tiempo presente se había mantenido en secreto en “el Misterio.”
•  Hebreos 2:10-13 enfatiza la dignidad que tenemos por ser identificados con Cristo como Sus “hermanos” en la nueva raza de la creación: siendo Cristo la Cabeza de esa raza como el “Primogénito” (Romanos 8:29; Colosenses 1:18; Apocalipsis 3:14).