"ALLÍ ESTOY": la presencia divina

Narrator: Luiz Genthree
Duration: 4min
Matthew 18:20
Listen from:
Aquí se realiza Su presencia divina. No hay nada que pueda atraer tanto nuestros corazones, como la realización de que el Señor Jesús está en medio de nosotros. Ningún otro nombre nos embelesa como el Nombre de Cristo, y Su presencia es sólo prometida a aquellos que reúnen en este Nombre. “Y llamarás Su Nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios” (Mateo 1:21-2321And she shall bring forth a son, and thou shalt call his name JESUS: for he shall save his people from their sins. 22Now all this was done, that it might be fulfilled which was spoken of the Lord by the prophet, saying, 23Behold, a virgin shall be with child, and shall bring forth a son, and they shall call his name Emmanuel, which being interpreted is, God with us. (Matthew 1:21‑23)). No significa “Dios conmigo”, sino “con nosotros Dios”. Esto es lo que tenemos en Mateo. Los judíos nunca Le reconocieron como el Mesías; reconocemos a Él en medio de los dos o tres reunidos al Nombre del Señor Jesús. “Dios con nosotros”; “En medio de ellos”. ¡Bendita y maravillosa realidad! Algunos pueden decir, “Tal vez era así en aquellos tiempos, pero ahora no”. Nótese el último capítulo de Mateo. En la misma manera que Mateo empieza, así termina. “He aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:2020Teaching them to observe all things whatsoever I have commanded you: and, lo, I am with you alway, even unto the end of the world. Amen. (Matthew 28:20)).
¿A quiénes está hablando? ¿a personas individualmente? No. Él se dirige a Sus discípulos reunidos quienes han obedecido Su deseo y mandato. Para que gocen en sus corazones, Él está en medio de ellos. Así pues, tenemos en el primer capítulo del Evangelio de Mateo, “Con nosotros Dios”. Y en el capítulo 18, Él nos dice: “Allí estoy en medio de ellos”. Ahora bien, ¿por cuánto tiempo? Tenemos la respuesta de Sus labios en el capítulo 28:20: “Hasta el fin del mundo”. ¡Que nada ni nadie nos impida en la realización de esta Su promesa, y Su gozo en nosotros!
Retrocedamos a Génesis 28:10-12,1610And Jacob went out from Beer-sheba, and went toward Haran. 11And he lighted upon a certain place, and tarried there all night, because the sun was set; and he took of the stones of that place, and put them for his pillows, and lay down in that place to sleep. 12And he dreamed, and behold a ladder set up on the earth, and the top of it reached to heaven: and behold the angels of God ascending and descending on it. (Genesis 28:10‑12)
16And Jacob awaked out of his sleep, and he said, Surely the Lord is in this place; and I knew it not. (Genesis 28:16)
. “Y salió Jacob de Beer-seba, y fue a Harán; y encontró con un lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto: y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y acostóse en aquel lugar. Y soñó, y he aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella ... y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía”.
Si se ha puesto para nosotros el sol sobre este mundo (quiere decir si este mundo para nosotros ha perdido su resplandor), es muy probable que nosotros encontraremos más que encontró Jacob. ¿O es que se ha desviado nuestro corazón y se han cerrado nuestros ojos a lo que tenemos aquí? Notad el versículo 16. ¿Hemos sido alguna vez impulsados a decir, cuando nos reunimos a Su Nombre, “Ciertamente el Señor está en este lugar”? En Mateo 28 algunos “dudaban”. Jesús señaló un lugar para encontrarse y reunirse. Ellos de acuerdo con Sus instrucciones y mandato lo encontraron allí y se alegraron de verle. Sin embargo algunos dudaban. Muy probablemente ellos opinaron que era una reunión sin provecho; aún tenían sus almas bajo los efectos engañosos de este mundo. El hombre natural quiere siempre ver cosas espectaculares. “Porque por fe andamos, no por vista”.
Cuando nos sentamos a la mesa del Señor, podemos decir, “Ciertamente el Señor está en este lugar”. ¿Qué conclusión sacó Jacob de esto? Él dijo, “No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo”.