Andar como es digno de nuestra vocación bajo el señorío de Cristo: Capítulos 4:17-5:21

Ephesians 4:17‑5:21
Las exhortaciones en esta sección de la epístola corresponden al segundo círculo de privilegio y responsabilidad cristianos en el capítulo 4:5: “Un Señor, una fe, un bautismo”. En la sección anterior vimos que es el deseo de Dios que el cuerpo de Cristo manifieste visiblemente una unidad íntegra entre sus miembros bajo la Cabeza ascendida en el cielo. En esta sección, aprendemos que es la mente de Dios que los miembros del un cuerpo también manifiesten visiblemente la belleza moral de Cristo en este mundo, durante el tiempo de Su ausencia. A lo largo de esta sección de la epístola, se insiste en la separación, porque sin ella, la manifestación de estas bellezas morales ciertamente quedará nublada.
En esta sección de la epístola se nos presentan varios aspectos del “andar” del creyente (capítulos 4:17, 5:2,8,15):
•  Andar en “justicia y en santidad de verdad” (capítulo 4:17-32).
•  Andar en “amor” (capítulo 5:1-7).
•  Andar en “luz” (capítulo 5:8-14).
•  Andar en “sabiduría” (capítulo 5:15-21).
Andando en justicia y santidad de verdad
Capítulo 4:17-32.— Si las bellezas morales de Cristo han de ser vistas en los santos, éstos deben experimentar un cambio de carácter completo en sus vidas en relación con lo que eran antes. La salvación de Dios ha producido un cambio enorme en nuestras almas. Hemos pasado “de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios” (Hechos 26:1818To open their eyes, and to turn them from darkness to light, and from the power of Satan unto God, that they may receive forgiveness of sins, and inheritance among them which are sanctified by faith that is in me. (Acts 26:18)). Pero Dios quiere que esto se vea en la vida de los santos en un sentido práctico. Las cosas que caracterizan al hombre en la carne deben ser sacadas de nuestra vida, y un estilo de vida completamente nuevo, caracterizado por la “justicia  ... santidad de verdad” debe adoptarse.
Un cambio de carácter
•  “Vanidad”.
•  “Teniendo el entendimiento entenebrecido”.
•  “Ajenos” de Dios.
•  “Dureza de ... corazón”.
•  “Perdieron el sentido de la conciencia”.
•  Estar entregados a la “desvergüenza”, la “impureza” y la “avidez”.
Este es el orden normal que caracteriza la vida de los que no conocen a Dios. Esto es lo que eran los santos de Éfeso, los cuales habían salido predominantemente de entre los gentiles. Dado que habían sido salvados, Pablo les dice que ahora ese estilo de vida es totalmente incompatible con su llamamiento en Cristo. Él les dice: “Mas vosotros no habéis aprendido así á el Cristo” (versículo 20, traducción J. N. Darby). Como ya se ha mencionado, “El Cristo” es un término que se usa en las epístolas de Pablo para denotar la unión espiritual de los miembros del cuerpo de Cristo con Él, quien es la Cabeza en el cielo (1 Corintios 12:12-1312For as the body is one, and hath many members, and all the members of that one body, being many, are one body: so also is Christ. 13For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. (1 Corinthians 12:12‑13)). Luego continúa diciendo: “Si empero lo habéis oído, y habéis sido por Él enseñados, como la verdad está en Jesús” (versículo 21). “Jesús” es el nombre humano del Señor. Cuando se usa solo, sin sus títulos normales como Señor y Cristo, se refiere a Él como Hombre en este mundo. Al hablar de aprender a “el Cristo” antes de que se les enseñe la verdad en “Jesús”, Pablo está indicando que primero debemos conocer nuestro llamamiento en el Cristo (desplegado en los primeros tres capítulos) antes de que podamos caminar correctamente como Jesús caminó en este mundo. De este modo somos “por Él enseñados”, por medio de observar Su ejemplo perfecto.
Por lo tanto, es importante notar el orden en los versículos 20-21. Vemos a muchos cristianos sinceros, que no conocen su llamamiento en “el Cristo”, tratando de vivir como lo hizo “Jesús”, pero en lugares y posiciones de este mundo en las que no deberían estar, pues son completamente inconsistentes con su llamamiento. Como resultado, el Espíritu de Dios no se identifica con ello de ninguna manera significativa. Un ejemplo de esto sería un cristiano tratando de comportarse como Jesús mientras ocupa un cargo en el gobierno.
El “viejo hombre” y el “nuevo hombre”
Versículos 22-24.— Para que podamos manifestar las características morales de Cristo en este mundo, primero debemos comprender ciertas verdades con respecto al “viejo hombre” y al “nuevo hombre”. Por eso el apóstol les habla de esto antes de exhortarlos a vivir una vida que vaya acorde con su llamamiento.
El “viejo hombre” es un término que se encuentra en tres lugares en las epístolas de Pablo: Romanos 6:6,6Knowing this, that our old man is crucified with him, that the body of sin might be destroyed, that henceforth we should not serve sin. (Romans 6:6) Efesios 4:2222That ye put off concerning the former conversation the old man, which is corrupt according to the deceitful lusts; (Ephesians 4:22) y Colosenses 3:99Lie not one to another, seeing that ye have put off the old man with his deeds; (Colossians 3:9). No es la carne, sino más bien es un término abstracto que describe el estado o condición corrupta de la raza caída de Adán. El viejo hombre es la personificación de todo lo horrible que caracteriza la raza humana caída.
Romanos 6:66Knowing this, that our old man is crucified with him, that the body of sin might be destroyed, that henceforth we should not serve sin. (Romans 6:6) dice: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué crucificado con Él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho [anulado], á fin de que no sirvamos más al pecado”. Aprendemos de esto que, en la cruz de Cristo, Dios ha pasado juicio al viejo hombre (Romanos 8:33For what the law could not do, in that it was weak through the flesh, God sending his own Son in the likeness of sinful flesh, and for sin, condemned sin in the flesh: (Romans 8:3)). Nuestro viejo hombre no solo fue juzgado en la cruz, sino que estos versículos en Efesios 4 nos dicen que, como parte de nuestra confesión cristiana, nos hemos despojado del viejo hombre y nos hemos vestido del nuevo. Al hacer la profesión de que somos cristianos, hemos confesado que nos hemos disociado de todo lo relacionado con el viejo hombre y nos hemos identificado con todo lo relacionado con el nuevo.
Desafortunadamente, la versión Reina-Valera Antigua (al igual que la versión 1960) traduce los versículos 22-24 como si el despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo fuera algo que deberíamos hacer en nuestras vidas. Sin embargo, este no es un ejercicio cristiano; es algo que ya hemos hecho al tomar nuestra posición con Cristo. El versículo 22 debería leerse: “habiéndoos despojado en cuanto a la pasada manera de vivir, del viejo hombre” (traducción J. N. Darby). Y el versículo 24 debería leerse, “Habiéndoos vestido del nuevo” (traducción J. N. Darby).
El “viejo hombre” es un término que la mayoría de los cristianos usa a menudo como sinónimo de “la carne” (la naturaleza caída y pecaminosa en nosotros). Sin embargo, esto es incorrecto. J. N. Darby señaló: “El viejo hombre se utiliza habitualmente como si fuera la carne, incorrectamente”. Cuando miramos las Escrituras con atención, vemos claramente que el viejo hombre y la carne no son lo mismo y, por lo tanto, no se pueden usar indistintamente. Si el “viejo hombre” fuera la carne, entonces este pasaje nos estaría diciendo que hemos sido despojados de la carne —¡que ya no tenemos la naturaleza pecaminosa en nosotros!—. Esto claramente no es cierto. Además, nunca se dice que el “viejo hombre” esté en nosotros, pero la carne ciertamente lo está. F. G. Patterson dijo: “Tampoco creo que las Escrituras nos permitan decir que tenemos al viejo hombre en nosotros, mientras que ellas enseñan llanamente que tenemos la carne en nosotros hasta el fin”.
Tampoco es correcto decir que el “viejo hombre” tiene apetitos, deseos y emociones, como es el caso con la carne. A menudo, los cristianos dirán cosas como: “El viejo hombre en nosotros desea esas cosas que son pecaminosas”. O, “Nuestro viejo hombre quiere hacer esto o aquello que es malo...”. Tales declaraciones confunden al viejo hombre con la carne. El hermano H. C. B. G. dijo: “Sé lo que quiere decir un cristiano cuando pierde la paciencia y dice que es el ‘viejo hombre’ actuando; sin embargo, la expresión es incorrecta. Si hubiera dicho que era ‘la carne’, habría tenido más razón”.
También agregaríamos que el “viejo hombre” no es Adán personalmente, sino lo que es característico de la raza caída bajo Adán. Para percibir lo que es el viejo hombre con mayor claridad, debemos mirar a la raza caída como un todo, ya que es poco probable que alguna persona esté marcada por todos los rasgos que caracterizan ese estado corrupto. Cuando vemos a la raza como un todo, observamos todas las horribles características que componen al viejo hombre.
El “viejo hombre”, por lo tanto, no es algo que vive dentro del creyente teniendo apetitos, deseos y emociones, sino más bien, es un término abstracto que describe el estado corrupto de la raza caída del hombre, el cual Dios ha juzgado en la cruz, y del que el creyente profesamente se ha despojado, al identificarse con el testimonio cristiano.
El “nuevo hombre” es también un término abstracto. Denota el nuevo orden de perfección moral en la nueva raza de la creación bajo Cristo. Es el nuevo estado que caracteriza a la nueva raza de hombres bajo Cristo. El viejo hombre se caracteriza por la “corrupción” y el “engaño”, pero el nuevo se caracteriza por la “justicia” y la “santidad”.
El “nuevo hombre” no es Cristo personalmente, sino es Cristo característicamente. Este nuevo orden moral de la humanidad fue manifestado por primera vez en “Jesús” cuando caminó aquí en este mundo (versículo 21), y ahora caracteriza a todos los que, en la nueva raza de la creación bajo Cristo, andan en el Espíritu. La nueva raza bajo Cristo no comenzó hasta que Él resucitó de entre los muertos para ser la Cabeza de esa nueva raza. Como “el primogénito de los muertos” (Colosenses 1:1818And he is the head of the body, the church: who is the beginning, the firstborn from the dead; that in all things he might have the preeminence. (Colossians 1:18)), Él ha enviado al Espíritu de Dios al mundo para unir a los creyentes (“muchos hermanos”) consigo Mismo (Romanos 8:2929For whom he did foreknow, he also did predestinate to be conformed to the image of his Son, that he might be the firstborn among many brethren. (Romans 8:29)). Ahora son del mismo orden de humanidad que Él (de la misma “especie”, Génesis 1:21,24-2521And God created great whales, and every living creature that moveth, which the waters brought forth abundantly, after their kind, and every winged fowl after his kind: and God saw that it was good. (Genesis 1:21)
24And God said, Let the earth bring forth the living creature after his kind, cattle, and creeping thing, and beast of the earth after his kind: and it was so. 25And God made the beast of the earth after his kind, and cattle after their kind, and every thing that creepeth upon the earth after his kind: and God saw that it was good. (Genesis 1:24‑25)
). Es en este sentido que “de uno son todos” con Él en esta nueva raza (Hebreos 2:10-1310For it became him, for whom are all things, and by whom are all things, in bringing many sons unto glory, to make the captain of their salvation perfect through sufferings. 11For both he that sanctifieth and they who are sanctified are all of one: for which cause he is not ashamed to call them brethren, 12Saying, I will declare thy name unto my brethren, in the midst of the church will I sing praise unto thee. 13And again, I will put my trust in him. And again, Behold I and the children which God hath given me. (Hebrews 2:10‑13)). El “nuevo hombre”, por tanto, es un término que denota las características morales de la nueva raza de hombres bajo Cristo.
Exhortaciones basadas en el hecho de que hemos sido despojados del “viejo hombre” y vestidos del “nuevo hombre”
Todos los creyentes en el Señor Jesucristo hemos sido despojados del “viejo hombre” y vestidos del “nuevo hombre”, pero esto no significa que no necesitamos ejercitarnos en cuanto a estas cosas. Toda verdad doctrinal debe producir un comportamiento práctico en nuestras vidas. Los versículos que siguen en este capítulo muestran que el creyente ya no debe manifestar las características del viejo hombre en su vida, sino las del nuevo hombre. Este es el punto en la exhortación de Pablo aquí.
Aunque ya no estamos “en la carne” (Romanos 7:5; 8:8-95For when we were in the flesh, the motions of sins, which were by the law, did work in our members to bring forth fruit unto death. (Romans 7:5)
8So then they that are in the flesh cannot please God. 9But ye are not in the flesh, but in the Spirit, if so be that the Spirit of God dwell in you. Now if any man have not the Spirit of Christ, he is none of his. (Romans 8:8‑9)
), la carne todavía está en nosotros y entrará en operación si no andamos en el Espíritu. Si ella opera, manifestará los horribles rasgos del viejo hombre. Significa que definitivamente necesitamos tener el ejercicio de manifestar las características del nuevo hombre, y eso requiere caminar en el poder del Espíritu de Dios sin contristarlo (versículo 30).
El énfasis de la exhortación de Pablo en los versículos restantes de Efesios 4 es que pongamos en práctica lo que es un hecho en verdad. Si hemos sido despojados del “viejo hombre” y vestidos del “nuevo hombre”, entonces terminemos con esa vieja forma de vida corrupta y vivamos de acuerdo con lo que caracteriza al nuevo hombre. Pablo menciona una serie de transformaciones que naturalmente deberían ocurrir en la vida del creyente cuando camina en “justicia y en santidad de verdad”. Si estudiamos la vida del Señor, seremos “por Él enseñados, como la verdad está en Jesús”. Cada una de estas características que marcan este nuevo orden de humanidad fue vista en Él a la perfección.
Honestidad en lugar de falsedad
Versículo 25.— Debe haber honestidad en lugar de falsedad. La versión Reina-Valera Antigua y la versión de 1960 han usado la palabra “mentira” en la traducción, pero esta palabra no abarca lo suficiente. Sería mejor traducirla como “falsedad”, pues ella incluye todo lo que es falso y deshonesto, y no solo nuestras palabras. Podríamos fácilmente tanto vivir una mentira con nuestras vidas como decir una mentira con nuestras lenguas. Ananías y Safira ilustran esto. Él vivió una mentira, y su esposa dijo una mentira (Hechos 5:1-101But a certain man named Ananias, with Sapphira his wife, sold a possession, 2And kept back part of the price, his wife also being privy to it, and brought a certain part, and laid it at the apostles' feet. 3But Peter said, Ananias, why hath Satan filled thine heart to lie to the Holy Ghost, and to keep back part of the price of the land? 4Whiles it remained, was it not thine own? and after it was sold, was it not in thine own power? why hast thou conceived this thing in thine heart? thou hast not lied unto men, but unto God. 5And Ananias hearing these words fell down, and gave up the ghost: and great fear came on all them that heard these things. 6And the young men arose, wound him up, and carried him out, and buried him. 7And it was about the space of three hours after, when his wife, not knowing what was done, came in. 8And Peter answered unto her, Tell me whether ye sold the land for so much? And she said, Yea, for so much. 9Then Peter said unto her, How is it that ye have agreed together to tempt the Spirit of the Lord? behold, the feet of them which have buried thy husband are at the door, and shall carry thee out. 10Then fell she down straightway at his feet, and yielded up the ghost: and the young men came in, and found her dead, and, carrying her forth, buried her by her husband. (Acts 5:1‑10)).
Esta transparencia procedente de un carácter honesto fue vista a lo largo de la vida del Señor. Él podría decir legítimamente que Él era el mismo “que al principio también os he dicho” (Juan 8:2525Then said they unto him, Who art thou? And Jesus saith unto them, Even the same that I said unto you from the beginning. (John 8:25)). La nota al pie de la versión J. N. Darby dice: “Su hablar le presentaba a Él, siendo la verdad”.
Una ira justa contra el mal en lugar de indiferencia hacia él
Versículos 26-27.— Debe haber una ira justa e inquebrantable contra el mal, en lugar de indiferencia hacia él. Hay dos tipos de ira en estos versículos: uno es correcto y apropiado y el otro no. El versículo 26 habla de la ira justa, que no es pecado, pero el versículo 31 habla de la ira carnal, que es rotundamente pecado.
Se nos dice en el versículo 26: “Airaos”. Esto no puede ser un pecado, porque Dios nunca nos diría que hagamos algo malo. Dice que Dios mismo se aíra de esta manera. El Salmo 7:1111God judgeth the righteous, and God is angry with the wicked every day. (Psalm 7:11) dice: “Dios está airado todos los días contra el impío” (ver también 1 Reyes 11:99And the Lord was angry with Solomon, because his heart was turned from the Lord God of Israel, which had appeared unto him twice, (1 Kings 11:9)). Este tipo de ira a la que se refiere Pablo es, por supuesto, la justa indignación contra el mal. De manera similar, el salmista dijo: “¿No tengo en odio, oh Jehová, á los que te aborrecen, y me conmuevo contra tus enemigos? Aborrézcolos con perfecto odio” (Salmo 139:21-2221Do not I hate them, O Lord, that hate thee? and am not I grieved with those that rise up against thee? 22I hate them with perfect hatred: I count them mine enemies. (Psalm 139:21‑22)). El Señor Jesús, que es perfecto y sin pecado, se enojó cuando vio que la bendición quería ser impedida para que no llegara a personas necesitadas (Marcos 3:5; 10:145And when he had looked round about on them with anger, being grieved for the hardness of their hearts, he saith unto the man, Stretch forth thine hand. And he stretched it out: and his hand was restored whole as the other. (Mark 3:5)
14But when Jesus saw it, he was much displeased, and said unto them, Suffer the little children to come unto me, and forbid them not: for of such is the kingdom of God. (Mark 10:14)
). Pablo agrega, “no pequéis”, porque hay que tener cuidado de que lo que comience como ira justa no termine como ira carnal.
Algunos, al leer, “No se ponga el sol sobre vuestro enojo”, piensan que Pablo está diciendo que no debemos irnos a la cama enojados, sino resolver las cosas en nuestra alma ante el Señor, por medio del juicio propio, el mismo día que ellas pasan. Sin embargo, aquí no está hablando literalmente de la puesta del sol; es un lenguaje figurado que habla de mantener viva la ira justa. No podemos permitir que nuestra ira justa contra el pecado disminuya, de lo contrario nos volveremos indiferentes al mal. La figura es tomada de Josué 10:12-14,12Then spake Joshua to the Lord in the day when the Lord delivered up the Amorites before the children of Israel, and he said in the sight of Israel, Sun, stand thou still upon Gibeon; and thou, Moon, in the valley of Ajalon. 13And the sun stood still, and the moon stayed, until the people had avenged themselves upon their enemies. Is not this written in the book of Jasher? So the sun stood still in the midst of heaven, and hasted not to go down about a whole day. 14And there was no day like that before it or after it, that the Lord hearkened unto the voice of a man: for the Lord fought for Israel. (Joshua 10:12‑14) cuando Josué clamó a Dios que mantuviera el sol brillando hasta que los ejércitos de Israel hubieran ejecutado juicio sobre sus enemigos. El punto de la exhortación es que nunca debemos volvernos complacientes con el mal. Siempre debemos tener una ira sana, constante y justa contra el mal. Nuevamente, el Señor Jesús es un ejemplo de esto. Mostró ira justa en el templo hacia los comerciantes. Dos veces expulsó a los comerciantes: una vez al comienzo de Su ministerio (Juan 2:14-1714And found in the temple those that sold oxen and sheep and doves, and the changers of money sitting: 15And when he had made a scourge of small cords, he drove them all out of the temple, and the sheep, and the oxen; and poured out the changers' money, and overthrew the tables; 16And said unto them that sold doves, Take these things hence; make not my Father's house an house of merchandise. 17And his disciples remembered that it was written, The zeal of thine house hath eaten me up. (John 2:14‑17)) y nuevamente al final de Su vida (Mateo 21:12-1312And Jesus went into the temple of God, and cast out all them that sold and bought in the temple, and overthrew the tables of the moneychangers, and the seats of them that sold doves, 13And said unto them, It is written, My house shall be called the house of prayer; but ye have made it a den of thieves. (Matthew 21:12‑13)). Su actitud hacia este pecado no había disminuido.
En el versículo 27, Pablo agrega que debemos tener cuidado de no dar “lugar al diablo”. Esto sucede cuando dejamos que nuestra ira contra el pecado disminuya. La indiferencia hacia el mal de cualquier tipo abre la puerta para que el diablo obre en nuestras vidas.
Dar a los demás en lugar de robarles
Versículo 28.— Debemos dar a los demás en lugar de robarles. Robar puede haber sido una forma de vida para algunos antes de convertirse, pero ahora no solo debían preocuparse de no tomar de los demás, sino también de dar. En el cristianismo debemos trabajar con nuestras manos, no solo para satisfacer nuestras necesidades diarias, sino para superarlas, de modo que tengamos algo para dar a los demás. Esto muestra que una de las características del “nuevo hombre” es tener genuino cuidado y preocupación por los demás, lo que se demuestra dando sacrificialmente. El Señor Jesús ejemplificó perfectamente esto en Su vida. Nos enseñó, con el ejemplo, que “más bienaventurada cosa es dar que recibir” (Hechos 20:3535I have showed you all things, how that so laboring ye ought to support the weak, and to remember the words of the Lord Jesus, how he said, It is more blessed to give than to receive. (Acts 20:35)).
Hablar con gracia a los demás en lugar de usar una comunicación corrupta
Versículos 29-30.— Lo que caracteriza al mundo por el que pasa el creyente son las “palabras torpes”. Algunas personas apenas pueden completar una oración sin usar un lenguaje corrupto. Como contraste notable, los cristianos deben hablar con palabras de gracia a todas las personas con las que interactúan. Nuevamente el Señor es nuestro ejemplo. Todos los que lo escucharon “estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de Su boca” (Lucas 4:2222And all bare him witness, and wondered at the gracious words which proceeded out of his mouth. And they said, Is not this Joseph's son? (Luke 4:22)).
Definitivamente no debemos “contristar”, con las cosas que decimos y hacemos, al “Espíritu Santo de Dios” que habita en nosotros (versículo 30). Él es una Persona Divina con sentimientos, y cuando hacemos algo que Él no nos indicó que hiciéramos, Él se entristece. El versículo 31 nos da ejemplos de cosas que lo entristecerían. En otro lugar se nos dice que “no apaguemos” el Espíritu (1 Tesalonicenses 5:1919Quench not the Spirit. (1 Thessalonians 5:19)), lo cual es no permitir que Él obre en nosotros como Él quisiera. Contristar y apagar, por lo tanto, son opuestos. Contristar al Espíritu es hacer algo que Él no nos ha guiado a hacer, y apagar el Espíritu es no hacer algo que Él quiere que hagamos. Dado que el Espíritu nos ha sellado “para el día de la redención” al habitar en nosotros, debemos tener cuidado de caminar de acuerdo con el Huésped divino que tenemos dentro. Todo lo que Dios está haciendo es en vista del día en que seremos libres (el significado de la redención) de la presencia y del poder del pecado, para que podamos ser usados para mostrar la gloria de Cristo.
Bondad y compasión en lugar de amargura e ira
Versículos 31-32.— “Toda amargura, y enojo, é ira”, etc., también deben ser “quitadas” de nuestras vidas. Todo esto debe ser reemplazado por bondad y compasión. Nadie ejemplificó esto mejor que el Señor mismo. Cuando el pobre leproso se acercó al Señor, Él tuvo “misericordia de él” y “extendió su mano, y le tocó” (Marcos 1:4141And Jesus, moved with compassion, put forth his hand, and touched him, and saith unto him, I will; be thou clean. (Mark 1:41)). Esta podría haber sido la primera vez en años que alguien haya tocado a ese hombre.
Perdonarnos los unos a otros en lugar de estar enojados, ser perjudiciales y maliciosos
Versículo 32.— Otra característica del “nuevo hombre” es que no guardemos rencor. Como receptores de la gracia de Dios, nos conviene actuar con los demás como Él ha actuado con nosotros. Habiendo recibido el perdón eterno de Dios, debemos manifestar el mismo espíritu de perdón con otros que han actuado con nosotros de una manera amarga y enojada (versículo 32). Una vez más, el Señor Jesús manifestó perfectamente este espíritu. Cuando la nación lo rechazó clavándolo en una cruz, Él dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:3434Then said Jesus, Father, forgive them; for they know not what they do. And they parted his raiment, and cast lots. (Luke 23:34)).
Andando en amor
Capítulo 5:1-7.— Las exhortaciones que siguen en el capítulo 5 continúan la línea de pensamiento del capítulo 4; es decir, que los santos manifiesten un cambio total de carácter que corresponda a los santos de Dios.
Puesto que ahora somos parte de la familia de Dios, debemos ser “imitadores de Dios como hijos amados”. En el capítulo 4 debíamos imitar los caminos perfectos de “Jesús”. Ahora en el capítulo 5 debemos imitar los atributos morales de Dios. Por lo general, un niño imitará a sus padres en cuanto a la forma de ser y hablar. Asimismo, como hijos de Dios, debemos imitar a Dios nuestro Padre. Como se ha mencionado, esto se refiere a Sus atributos morales, porque no podemos imitar los atributos de Dios en deidad. Los dos grandes atributos morales de Dios en este capítulo son en particular “amor” y “luz”. El amor es la actividad de Su naturaleza; la luz es la esencia de Su ser.
Caminar como “hijos amados” significa que debemos andar como aquellos que disfrutan del amor de Dios. El énfasis aquí no es que amemos a Dios, sino que vivamos en el gozo de Su amor por nosotros. Somos “amados” por Él. Si caminamos con ese sentimiento, “andaremos en amor” hacia los demás.
Cristo Mismo es el gran ejemplo de cómo andar en amor . En el Antiguo Testamento, los hijos de Israel debían amar a su prójimo como a sí mismos (Lucas 10:2727And he answering said, Thou shalt love the Lord thy God with all thy heart, and with all thy soul, and with all thy strength, and with all thy mind; and thy neighbor as thyself. (Luke 10:27)). Pero en el Nuevo Testamento, el amor se coloca en un plano mucho más elevado —debemos amar “como” Cristo nos amó—. ¿Y cómo es que nos amó? Se sometió a Sí mismo a la voluntad de Su Padre —incluso hasta soportar la muerte— en lealtad y amor inquebrantables. Fue un amor que manifestó sumisión y obediencia total, y que ascendía “en olor suave” a Dios. Fue un amor de sacrificio marcado por la obediencia. Este es el carácter de amor que debemos tener.
Versículo 3.— Nuestro andar, por lo tanto, debe ser “como conviene á santos”. Un santo significa literalmente “uno santificado” o “uno separado”. No solo no debe haber “fornicación y toda inmundicia, ó avaricia” entre los santos, sino que “ni aun se nombre” en nuestra conversación. Estas cosas no deben ser temas de discusión porque hay contaminación relacionada con pensar o hablar de ellas, aunque sea para condenarlas. Si nos envolvemos en estas cosas y vienen a ser parte de nuestra conversación común, puede ser que entren sigilosamente en nuestras vidas. De manera similar, se advirtió a los hijos de Israel que no observaran cómo las naciones paganas practicaban la idolatría porque había el peligro de que ellos mismos cayeran en ella (Deuteronomio 12:29-3229When the Lord thy God shall cut off the nations from before thee, whither thou goest to possess them, and thou succeedest them, and dwellest in their land; 30Take heed to thyself that thou be not snared by following them, after that they be destroyed from before thee; and that thou inquire not after their gods, saying, How did these nations serve their gods? even so will I do likewise. 31Thou shalt not do so unto the Lord thy God: for every abomination to the Lord, which he hateth, have they done unto their gods; for even their sons and their daughters they have burnt in the fire to their gods. 32What thing soever I command you, observe to do it: thou shalt not add thereto, nor diminish from it. (Deuteronomy 12:29‑32)). El viejo dicho de que uno puede ensuciarse tanto abrazando a un deshollinador como luchando con él es indudablemente cierto. Aquellos que a menudo hablan de estas cosas corruptas no parecen estar lejos de ellas en su alma. Es un terreno peligroso.
Versículo 4.— Además, como “santos”, no debemos descender de la dignidad de nuestra posición de hijos de Dios para involucrarnos en “necedades” o “truhanerías” (versículo 4). El apóstol no está condenando el humor aquí; la reprimenda es contra del hablar inútil que desprecia las cosas sagradas, y del pecado. El cristiano debe estar lleno de amor, gratitud y “acciones de gracias”. Esto es lo que conviene a los que hemos sido llamados a la elevada posición que ocupamos en Cristo. Bufonear solo estropea la manifestación del amor cristiano.
Versículos 5-6.— El apóstol continúa reprendiendo cualquier complicidad de los santos con los pecados de la época. Él hace una distinción muy clara entre los que están en “el reino de Cristo y de Dios” y los que no lo están. Habla de los que no son creyentes caracterizados por diversos pecados, quienes ciertamente no tienen parte en el reino. Él agrega: “Nadie os engañe con palabras vanas”. Él anticipó que habría quienes se levantarían y tratarían de excusar estos pecados en los creyentes profesantes, presentando argumentos plausibles de que no son tan malos. El apóstol disipa esto inmediatamente diciéndonos que todos estos argumentos son falsos. Deja claro que “por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia”. La palabra “hijos” implica que estas personas están plenamente desarrolladas en su corrupción moral y desobediencia. Es cierto que un creyente puede caer en cualquiera de estos pecados, pero ningún verdadero creyente es caracterizado por ellos.
Su objetivo al mencionar esto es mostrar que debe haber una marcada distinción entre creyentes e incrédulos. Si queremos manifestar adecuadamente los atributos morales de Dios en este mundo y andar “en amor, como también Cristo” anduvo, la separación es imperativa. En consecuencia, dice: “No seáis pues aparceros con ellos” (versículo 7).
Andando en la luz
Capítulo 5:8-14.— En los primeros siete versículos el gran atributo moral que el apóstol presenta para que los hijos de Dios lo manifiesten es el “amor”. Ahora, en la siguiente serie de versos, el atributo moral en el que él se centra es la “luz”. Usa las figuras de “luz” y “tinieblas” para enfatizar la importancia de que el creyente camine separado del mal.
Versículos 8-10.— Él dijo: “Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor”. La oscuridad implica la ausencia del conocimiento de Dios, la ignorancia total de la voluntad divina. Los santos de Éfeso no solo estaban en tinieblas en sus días de inconversos; ellos mismos eran “tinieblas”. Ahora que fueron salvos, debería haber un contraste evidente en sus vidas en relación con todo lo que fueron. La verdad del evangelio ha penetrado en sus almas y ha transformado sus vidas. La luz de Dios los iluminó moral y espiritualmente. No solo estaban en la luz; ahora eran “luz en el Señor”.
Pablo usa estas figuras de luz y oscuridad para mostrar que nuestra nueva vida en el Señor es completamente opuesta a nuestra antigua vida en la carne. Las dos son opuestas y no pueden convivir. Si la luz se manifiesta, la oscuridad desaparece. Como las dos son incompatibles, para ser consistentes con lo que somos, el apóstol insiste en que haya separación en nuestras vidas. Somos “luz en el Señor”, por lo tanto, debemos andar “como hijos de luz” (versículo 8). Debemos practicar lo que realmente somos en verdad. Esta es una de las principales diferencias entre la Ley y el evangelio. La Ley exige que los hombres sean lo que no son; el evangelio exhorta a los creyentes a ser lo que son. Para no dejar dudas sobre lo que la luz produce en la vida de los santos, él dice entre paréntesis, “(Porque el fruto de la luz [no del Espíritu, como en la Reina-Valera Antigua] es en toda bondad, y justicia, y verdad;)” (versículo 9, traducción J. N. Darby). Cuando estas cosas son manifestadas en nuestra vida, probamos por experiencia “lo que es agradable al Señor” (versículo 10).
Versículos 11-13.— En el versículo 7 se nos amonesta a no tener comunión con los obradores de iniquidad de este mundo, pero en el versículo 11 Se nos amonesta a no tener comunión con sus malas obras. Nuevamente, se ordena la separación al creyente. Se nos dice que no tengamos comunión “con las obras infructuosas de las tinieblas”. Separándonos de todo ello, nuestra vida, como la luz, va a “exponer” estas malas obras (versículo 13, traducción J. N. Darby). La versión Reina-Valera Antigua traduce “exponer” como “redargüir”, lo que implica amonestación y reprimenda de las personas y las cosas malas. Pero eso no es exactamente a lo que se refiere el apóstol aquí. No es el testimonio que hablamos, sino el testimonio que vivimos que él está enfatizando aquí. Exponer las obras infructuosas de las tinieblas no es denunciar todas las malas prácticas del mundo, hablando de ellas. Es más bien caminar separados de ellas, por medio de lo cual la luz en nosotros brillará más clara e intensamente. Esto expondrá todo aquello con lo que entramos en contacto. Hablar de la corrupción, aunque sea para reprenderla, nos va a corromper. Por esta razón Pablo dijo: “Porque torpe cosa es aún hablar de lo que ellos hacen en oculto” (versículo 12). El punto de Pablo aquí es que no necesitamos hablar sobre el mal para exponerlo. Él dijo: “Mas todas las cosas teniendo su verdadero carácter expuesto por la luz, son manifestadas; porque lo que manifiesta todo es luz” (versículo 13, traducción J. N. Darby). Nuestra responsabilidad es dejar que la luz brille, y expondrá todo.
Versículo 14.— Esta necesidad de separación del mal era la preocupación del apóstol. Había el peligro de que los santos de Éfeso no caminaran en separación, y no hubiera ningún poder en su testimonio para el Señor. Por lo tanto, da la exhortación necesaria: “Despiértate, tú que duermes, y levántate de [entre] los muertos, y te alumbrará Cristo”. La imagen de alguien durmiendo entre los muertos es una imagen apropiada de un creyente que vive en comunión con los perdidos. Un hombre dormido y un hombre muerto se ven casi iguales. Aunque uno está vivo y el otro no, todas las apariencias externas son similares. Esto habla de un fracaso en la separación práctica en la vida de un creyente. En tal estado, ciertamente no manifestará la luz. Solo levantándonos de entre los muertos tenemos la promesa de que “te alumbrará Cristo”. El Señor no se identificará con nosotros en testimonio mientras estemos acostados entre los que están espiritualmente muertos. Pero cuando nos separamos y nos levantamos de entre ellos, Él brilla sobre nosotros y manifestaremos nuestro verdadero carácter como una luz poderosa y brillante.
Andando en sabiduría
Capítulo 5:15-21— El apóstol continúa hablando de la necesidad de andar sabiamente. Él dice: “Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como necios, mas como sabios”. Nuestra sabiduría se verá “redimiendo el tiempo [la ocasión]” y caminando en la “voluntad del Señor”. Pablo da el porqué de esto —“porque los días son malos”—. La sabiduría nos encomienda a aprovechar cada ocasión para comprender cual es “la voluntad del Señor”, que, en su esencia, es la verdad, siendo revelada en el Misterio en su aplicación práctica. Él quiere que conozcamos Su voluntad para que podamos promover inteligentemente la “dispensación de Dios” en este tiempo presente (1 Timoteo 1:4,4Neither give heed to fables and endless genealogies, which minister questions, rather than godly edifying which is in faith: so do. (1 Timothy 1:4) traducción J. N. Darby). No solo debemos aprovechar las oportunidades para aprender la verdad, sino también para servir al Señor. Dado que hay pocas oportunidades para sacar a los hombres a la luz, debemos aprovechar cada ocasión que se presente y usarla con sabiduría.
Versículo 18.— Pablo nos advierte que, si por descuido dejamos pasar estas oportunidades, nuestras vidas pueden desperdiciarse rápidamente yendo tras las cosas terrenales y mundanas, que no tienen valor eterno. Existe un peligro real de que nos intoxiquemos con estas cosas hasta el punto de perder el discernimiento. El caso extremo de la mundanalidad es emborracharse “de vino, en lo cual hay disolución”. En contraste con esto, nos exhorta a llenarnos “de[l] Espíritu”. El apóstol quiere que notemos que, así como una persona emborrachada está completamente bajo el control del alcohol que tiene dentro, lo cual se hace evidente por sus acciones, así el creyente también debe estar bajo el control del Espíritu de Dios que habita en él, y esto se hará evidente en su vida.
Estar “lleno” del Espíritu (capítulo 5:18) no es lo mismo que ser “sellado” con el Espíritu (capítulo 1:13). Todos los cristianos han sido sellados con el Espíritu, pero no todos los cristianos están llenos del Espíritu. Esto se debe a que es una cosa tener el Espíritu Santo morando en nosotros y otra muy distinta que Él nos llene y así controle todos los movimientos de nuestras vidas. Un creyente es sellado una vez cuando cree en el evangelio de su salvación, pero puede ser llenado muchas veces. No hay una exhortación en las Escrituras a que seamos sellados con el Espíritu, pero sí hay esta exhortación a que seamos llenos de esa Persona divina. Esto no significa que necesitemos tener más del Espíritu (porque Dios no da Su Espíritu “por medida”, Juan 3:3434For he whom God hath sent speaketh the words of God: for God giveth not the Spirit by measure unto him. (John 3:34)), sino que el Espíritu necesita tener más de nosotros. Necesitamos entregarnos más a Él y dejar que Él llene y controle cada aspecto de nuestras vidas. Esto implica una condición de suprema entrega a Cristo como Señor.
Tenemos el ejemplo de los discípulos en la Iglesia primitiva estando llenos del Espíritu, como se ve en el libro de Hechos (Hechos 2:4; 4:8,31; 7:55; 13:94And they were all filled with the Holy Ghost, and began to speak with other tongues, as the Spirit gave them utterance. (Acts 2:4)
8Then Peter, filled with the Holy Ghost, said unto them, Ye rulers of the people, and elders of Israel, (Acts 4:8)
31And when they had prayed, the place was shaken where they were assembled together; and they were all filled with the Holy Ghost, and they spake the word of God with boldness. (Acts 4:31)
55But he, being full of the Holy Ghost, looked up stedfastly into heaven, and saw the glory of God, and Jesus standing on the right hand of God, (Acts 7:55)
9Then Saul, (who also is called Paul,) filled with the Holy Ghost, set his eyes on him, (Acts 13:9)
), y tal vez nuestra tendencia es pensar que esta es una experiencia excepcional que está por encima de todo lo que podríamos esperar hoy. Pero es evidente, en este versículo 18, que esto es algo que debemos desear y tener como meta en nuestra vida cristiana. Definitivamente está al alcance de todo cristiano, de lo contrario no habría tal exhortación.
Versículos 19-21.— Cuando un cristiano está “lleno del Espíritu”, se le encontrará regocijándose y hablando a otros con “salmos, y con himnos, y canciones espirituales” (versículo 19). Se trata de tres tipos diferentes de composiciones cristianas que expresan pensamientos y sentimientos espirituales con respecto al Señor, la verdad y el camino en que andamos.
“Salmos” aquí no son, como piensan algunos cristianos, los Salmos del Antiguo Testamento. Si lo fueran, el Espíritu de Dios habría añadido el artículo “los” antes de la palabra “salmos”, como lo hace en otros pasajes de la Escritura al referirse a ellos (Lucas 24:4444And he said unto them, These are the words which I spake unto you, while I was yet with you, that all things must be fulfilled, which were written in the law of Moses, and in the prophets, and in the psalms, concerning me. (Luke 24:44); Hechos 13:3333God hath fulfilled the same unto us their children, in that he hath raised up Jesus again; as it is also written in the second psalm, Thou art my Son, this day have I begotten thee. (Acts 13:33)). Estos salmos son composiciones que se basan en experiencias cristianas por las que hemos pasado andando con el Señor.
Los Salmos del Antiguo Testamento son composiciones judías que expresan experiencias y sentimientos judíos; no se hallan en un entorno cristiano y no transmiten correctamente el conocimiento y los sentimientos cristianos. Por ejemplo, el nombre del Padre, que es característico del cristianismo, no se ve en ellos. Por tanto, la vida eterna no está en la perspectiva de los Salmos. Además, la obra consumada de Cristo no se conoce en los Salmos, ni la aceptación del creyente en Cristo ante Dios por medio de la morada del Espíritu. Los Salmos del Antiguo Testamento no describen los sentimientos de alguien que tiene una conciencia purificada y que conoce la paz con Dios. En consecuencia, están compuestos con un elemento de temor al juicio de Dios, a pesar de tener fe. Además, la esperanza en los Salmos no es en el cielo, sino en vivir en la tierra en el reino del Mesías de Israel (Salmo 25:1313His soul shall dwell at ease; and his seed shall inherit the earth. (Psalm 25:13); Salmo 37:9,11,29,34,9For evildoers shall be cut off: but those that wait upon the Lord, they shall inherit the earth. (Psalm 37:9)
11But the meek shall inherit the earth; and shall delight themselves in the abundance of peace. (Psalm 37:11)
29The righteous shall inherit the land, and dwell therein for ever. (Psalm 37:29)
34Wait on the Lord, and keep his way, and he shall exalt thee to inherit the land: when the wicked are cut off, thou shalt see it. (Psalm 37:34)
etc.). Su adoración tiene también un orden judío, en un templo terrenal; la posición de un cristiano adorando dentro del velo es totalmente desconocida en ellos. Además, el clamor en muchas de las oraciones de los Salmos es para la venganza sobre sus enemigos, lo que no es la actitud de un cristiano, el cual bendice a los que lo maldicen y ora por los que lo maltratan. No debe pensarse que los Santos del Antiguo Testamento representan la expresión normal de los pensamientos y circunstancias cristianas. Podemos leerlos para tener un entendimiento de las circunstancias del remanente judío en la Tribulación venidera, y también podemos captar los principios morales de Dios a través de ellos, que son aplicables a los santos de todas las edades.
“Himnos” son composiciones que expresan adoración y se dirigen directamente a Dios el Padre y al Señor Jesucristo. Estos pueden tomar la forma de oraciones.
“Canciones espirituales” son composiciones que contienen verdades espirituales de acuerdo con la revelación cristiana, mediante las cuales somos instruidos y exhortados en el camino cristiano. Pueden actuar “enseñando” algún aspecto de la verdad o “exhortando” acerca de algún punto práctico de la vida cristiana (Colosenses 3:1616Let the word of Christ dwell in you richly in all wisdom; teaching and admonishing one another in psalms and hymns and spiritual songs, singing with grace in your hearts to the Lord. (Colossians 3:16)).
Ser “llenos de Espíritu” no sólo se evidencia en los cristianos “cantando y alabando” con el corazón (versículo 19), sino también “dando gracias” en todas las circunstancias en las que se encuentran (versículo 20). También se manifestará cuando estén “sujetándose” felizmente el uno al otro y caminando juntos en unidad (versículo 21).
Una triple evidencia de estar llenos del Espíritu Santo
•  Tenemos un espíritu gozoso en el “Señor” (versículo 19).
•  Estamos agradecidos con nuestro “Dios y Padre” (versículo 20).
•  Tenemos un espíritu sumiso “los unos á los otros” (versículo 21).
En conclusión, si vamos a manifestar un cambio de carácter en nuestras vidas, debemos tener las dos cosas que Pablo menciona al principio y al final de esta porción. Necesitamos ser “por Él enseñados, como la verdad está en Jesús” (capítulo 4:21) y ser “llenos de Espíritu” (capítulo 5:18). En otras palabras, debemos tener la vida perfecta del Señor Jesús ante nuestras almas como modelo, y caminar en el poder del Espíritu de Dios sin entristecerle (capítulo 4:30). El primero se refiere a la necesidad de tener un objeto correcto para nuestro corazón y el segundo a un ejercicio moral para andar en el Espíritu.