“Por el olor de Tus suaves ungüentos, (ungüento derramado es Tu nombre,) por eso las doncellas te amaron”.
Ahora ella nos da alguna idea de Su nombre. Tu nombre es ungüento derramado. Para su corazón es muy fragante. Todos Sus nombres, títulos, atributos y relaciones son muy dulces para su gusto. Su nombre es El Mismo. Es expresivo de Su naturaleza, excelencias y gracias. Ella casi no puede pronunciar las riquezas de Su bondad, por lo tanto dice: “Ungüento derramado es Tu nombre”. El olor de Su ungüento no se limita a ella nada más; aquellas personas que se asocian con ella comparten de su profesión. Las vírgenes que la asisten son atraídas y refrescadas por las dulces aromas de Su nombre. ¡Pensamiento feliz! No es un ungüento cerrado, sino “derramado”. ¡Oh qué comunión hay en el amor de Jesús! Aquí detente un poco, oh alma mía, y medita en la plenitud del nombre de Jesús: “Porque en Él habita toda la plenitud de la Divinidad corporalmente”. ¡Qué centro y qué fuente es! Al derredor de Él la Iglesia de Dios está ahora congregada como su único centro por el poder vivificante y morador del Espíritu Santo. “Porque donde dos o tres están congregados en Mi Nombre, allí estoy en medio de ellos”. Pero no tardará en que los cielos y la tierra sean unidos por Su poder y gloria. La Jerusalem terrenal y las ciudades de Judá, con todas las naciones que las rodean; la Jerusalem celestial y la compañía innumerable de ángeles, una asamblea general; y la iglesia de los primogénitos que están escritos en el cielo, serán todos atraídos y unidos hacia ese querido nombre unificador y por él. El Padre había intencionado esta gloria admirable de su Hijo, y ciertamente sucederá, “de reunir” (bajo una cabeza) “todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos” (el milenio), “así las que están en los cielos, como las que están en la tierra, en Él” (Efesios 1:10-1110That in the dispensation of the fulness of times he might gather together in one all things in Christ, both which are in heaven, and which are on earth; even in him: 11In whom also we have obtained an inheritance, being predestinated according to the purpose of him who worketh all things after the counsel of his own will: (Ephesians 1:10‑11)). Entonces la fragancia de Su nombre será batida por cada brisa, y toda nación y lengua serán unidas en esa nota de alabanza: “Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es Tu nombre en toda la tierra” (Salmo 8).
Y cuando los mil años de bendición milenaria y de gloria hayan cumplido su curso, los cielos y la tierra desaparecieren, y el juicio final haya pasado, ese nombre no habrá perdido nada de su fragancia, poder y gloria. Entonces unirá en el amor más dulce, en los vínculos más sagrados, los muchos círculos, las innumerables miríadas de los nuevos cielos y nueva tierra. El gozo de todo corazón, la melodía de toda lengua, encontrarán su fuente, poder, motivo y objeto en Él. Cada monte de mirra, y cada loma de incienso, deberán su dulzura a Su presencia. Y aún Su nombre será como ungüento derramado, sí “derramado”, y “derramado” para siempre: todas sus ropas oliendo a mirra, aloes y casia, en los palacios de marfil. Y mientras siglo tras siglo pasa, las ricas y variadas gracias de Su amor serán todavía derramadas con infinita profusión, causando que todas las manos y corazones y labios destilen la mirra de dulce aroma, y llenando cada escena por todos los vastos reinos de los benditos con la fragancia eterna de Su nombre.